La comunidad educativa recupera su fuerza con marchas multitudinarias

La lluvia no ha arrugado a la marea verde. Como mucho, la ha transformado de forma intermitente en una inmensa marea multicolor, en aquellos momentos en los que padres, madres, alumnos de todas las edades y profesores se veían obligados a sacar sus paraguas para evitar mojarse. Decenas de miles de personas han marchado en más de medio centenar de ciudades a modo de cierre de una intensa jornada de huelga general de la comunidad educativa contra los recortes y la LOMCE.

Entre camisetas verdes -o amarillas en regiones como Cataluña- y carteles en los que se podían leer frases como “No a los recortes, sí a la educación” o “El peor enemigo de un Gobierno corrupto es un pueblo culto”, la comunidad educativa ha sacado pecho justo al comienzo de un nuevo curso. Y ha conjurado las malas sensaciones que dejó el pasado junio, cuando, pese a la exitosa huelga del 9 de mayo, se acumulaba el cansancio de demasiados meses de lucha.

La movilización de este jueves ha sido en este sentido un auténtico revulsivo para la lucha que se avecina. Familias enteras han acudido a la marcha. Había razones de sobra, tantas como asistentes: “Para hacer esta nueva ley están tirando de informes PISA, desvirtuándolos o usándolos según les interesa, pero en realidad es sólo una excusa para recortar un servicio que es de todos, como el de la sanidad”. Quien así habla es José Luis Gallardón, que ha acudido a la manifestación junto a su hijo, de pocos meses, agarrado al pecho. Llevaba cinco años trabajando en Castilla-La Mancha cuando los recortes, como a decenas de miles de compañeros de profesión, le condenaron al paro.

Entre pitadas al Ministerio de Educación, en la calle Alcalá, avanzan tres estudiantes universitarios. Clara Jiménez, una de ellas, aún está pendiente de la beca que le permita pagar sus estudios de Medicina. “La subida de tasas ha sido demasiado grande este curso, así que como al final no nos den la beca, no sé cómo lo vamos a hacer”, asegura. A su lado, su amiga, Sofía Sánchez, estudiante de Fisioterapia en la misma situación, asiente con la cabeza. El tercero del grupo, Lucas Rodríguez, asegura que hay más motivos que nunca para luchar, algo eso se ha notado, y mucho, en el campus donde estudia el grado de Relaciones Internacionales. “Estos dos días anteriores en menor medida, pero hoy todo el mundo ha hecho huelga, ha sido increíble. En mi clase, el seguimiento ha sido del 100%”, sostiene.

Las cifras de participación en las manifestaciones por todo el Estado también es muy alta. Según los sindicatos, unas 170.000 personas han marchado en Barcelona ataviadas con sus camisetas amarillas -equivalente a la verde en Cataluña-. En Madrid, aunque los convocantes no han dado cifras, ha sido una de las manifestaciones más multitudinarias de los dos últimos años. Sí han dado una estimación sobre los participantes en las protestas a nivel de todo el Estado: hasta dos millones, según los sindicatos.

En Madrid, al término de la marcha, ha tomado la palabra el presidente de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres Guiner de los Ríos, José Luis Pazos, quien ha asegurado que se acabó «el tiempo del diálogo». «Ahora no nos pida ya diálogo, señor ministro, usted se tiene que marchar porque ya es un cadáver político». «Lo único que pueden hacer estos políticos es coger las maletas y salir del país. Y no sólo nos referimos al Gobierno central, también a [la consejera madrileña de educación, Lucía] Figar, a [el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio] González, esta huelga también va contra vosotros, contra vuestras políticas», ha advertido.

Pazos ha querido también responder a la Secretaria de Estado de la Educación, Montserrat Gomendio, que trató de enfrentar a padres y profesores alegando que estos últimos tienen «un puesto de trabajo asegurado», mientras millones de ciudadanos están en paro. «Los padres y las madres no somos estúpidos, no vamos a ir contra los docentes, son nuestros docentes. Tampoco criminalicéis a los estudiantes, son nuestras hijas e hijos», ha clamado, entre aplausos de los asistentes.