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Dos internos del CIE de Valencia denuncian maltrato policial por negarse a comer
Han presentado denuncias en el juzgado e identificado a los agentes que, presuntamente, les agredieron. También piden que revisar las cámaras de vigilancia
VALENCIA // El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores de Valencia vuelve a ser objeto de una denuncia por parte de internos. En esta ocasión, han sido dos extranjeros los que han acusado a policías que les custodian de propinarles puñetazos y vejaciones por negarse a abandonar una huelga de hambre.
Dos de esos internos han decidido acudir al juzgado para que se identifique a los agresores, se les llame a declarar junto a los testigos y se pidan las grabaciones del sistema de videovigilancia a las horas que sucedieron los hechos.
Se trata de dos denuncias que tienen como origen una huelga de hambre que varios internos de origen argelino iniciaron el pasado 11 de octubre para denunciar la situación en la que se encuentran y exigir la puesta en libertad o que les devolviesen ya a sus países de origen.
Yossaf Alwalid relata en su denuncia que entregó el pasado lunes que, el sábado 12 de octubre, la policía cerró con llave las habitaciones, algo bastante inusual y reunieron a los internos que se encontraban en huelga de hambre, junto a 15 policías antidisturbios “para intimidarnos”, según asegura el denunciante. “En ese momento nos aseguraron que no lo consideraban una huelga de hambre, sino un motín”, relata.
A la hora de cenar, cuatro personas mantuvieron la huelga de hambre y los internos fueron encerrados. Según Alwalid, en ese momento encendieron “un papel para mantener el fuego y poder fumar más adelante”. Al oler a quemado, siempre según la denuncia, entraron los agentes y comenzaron a golpear en los lados de la provocándole un hematoma en el ojo. El interno no fue atendido hasta cuatro días después.
“Avísame si viene el jefe de servicio”
Por otro lado, el interno argelino Redouane Badrine presentó una segunda denuncia, en la que aseguró haber sufrido vejaciones el pasado domingo.
Según su relato, durante la hora del desayuno, uno de los agentes le encerró en el baño hasta que pasó el jefe de servicio. Cuando se fue volvieron a encerrarle y un agente pidió a su compañero que le avisase si venía el jefe de servicio.
Badrine denuncia que, mientras estaba encerrado en el baño, un policía le golpeó con el puño cerrado en su pómulo izquierdo, le cogió del hombro fuertemente, le obligó a abrir la boca, le escupió dentro y se marchó. El joven argelino denuncia que no pudo dormir esa noche.
Tanto Alwalid como Badrdine continúan encerrados en el CIE. Según fuentes de la campaña, “el problema ahora es que el caso se cierre con la deportación de ambos” por lo que piden que se investigue lo antes posible.
En el barrio donde vivo, los inmigrantes que te cruzas en la calle, todavía saben mirarte a los ojos y sonreirte. Menos mal, ya que entre los que somos del pueblo de toda la vida, éso ya no se estila,
hemos llegado al extremo de que llega a extrañar y a algunos hasta parece que les ofenda.
Dos comportamientos bien distintos.