Cinco películas que no gustan a Montoro

La razón por la que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no tiene aprecio por el cine español es ideológica. Si el cine español se ha caracterizado por algo es por su militancia y la denuncia social que ha mostrado en muchos de sus títulos. El cine español cuestiona las ideas básicas de las estructuras mentales del PP y sus simpatizantes. Por ello, el menosprecio y ataque al que se ve sometido continuamente el cine no tiene nada que ver con la economía, la calidad o la cultura. Es un ataque ideológico porque nuestro cine ha mostrado, en numerosas ocasiones, historias que denuncian injusticias y muestran unos valores que no conviene que se extiendan.

Las subvenciones son sólo la excusa para lo que no es más que otra línea maestra de la táctica del sector conservador español para extender el discurso único permitido. Su discurso.

LOS LUNES AL SOL. Desempleo y lucha obrera

La película de Fernando León de Aranoa, uno de los directores con más cine de denuncia en su filmografía, narra la historia de tres extrabajadores de un astillero del norte de España que pierden su empleo y tienen que luchar para salir adelante. La historia, según reconoció el propio director, estaba basada en los sindicalistas Cándido y Morala, de la Naval Gijón. Dos trabajadores de los astilleros que fueron condenados a tres años de prisión cada uno por actos en la huelga.

Las ideas que se muestran en Los lunes al sol son las antagónicas de Montoro. Es fácilmente comprensible por qué un cine de este tipo no le gusta y merece su ataque. La película muestra la crudeza de la lucha obrera, aflora y ensalza valores como la solidaridad y la unión frente a la competitividad y la competencia entre iguales.

TAMBIÉN LA LLUVIA. Privatizaciones de servicios esenciales

“Tú no puedes comprar el viento, tú no puedes comprar el sol, tú no puedes comprar la lluvia, tú no puedes comprar el calor” dice la letra de la canción Latinoamérica de Calle 13. Pues precisamente lo contrario es lo que ocurrió en Bolivia en la denominada guerra del agua de Cochabamaba en el año 2000. El presidente de Bolivia, Hugo Banzer, por exigencia del Banco Mundial, privatizó el sistema de distribución de agua potable de la región de Cochabamba otorgándoselo a un consorcio de empresas entre las que se encontraba la española Abengoa. La ley aprobada para la concesión daba el monopolio de los recursos hídricos a la empresa concesionaria. Una claúsula de la ley exigía a los campesinos una licencia para usar el agua recogida de la lluvia.

Eso es lo que llevó a la gran pantalla Itziar Bollaín, una denuncia de la brutal apropiación por parte de los gobiernos conservadores y las grandes corporaciones de los recursos que nos pertenecen a todos, como la lluvia en Bolivia… y el sol en España.

LA VOZ DORMIDA. Revisión de la historia

No es muy del agrado del PP y Montoro la constatación de lo que ocurrió durante la Guerra Civil, un periodo que desde las filas populares se empeñan en revisar para que parezca que todo lo que allí ocurrió fue tan sólo fruto del azar y de la intolerancia compartida. La Voz Dormida es una película de Benito Zambrano basada en una novela del mismo nombre de Dulce Chacón. En ella se narra la historia de dos hermanas, en la posguerra, una encarcelada por su relación con un guerrillero y otra que lucha por hacerse con la custodia del bebé que su hermana ha tenido en la cárcel antes de que sea cumplida la sentencia a muerte que recae sobre ella.

Un film que muestra un periodo de la historia que el partido de Montoro se ha empeñado en minimizar, ocultar y revisar para que no se muestre la verdadera cara de los actores reales de la represión durante 40 años. Iglesia y Estado.

EL TAXISTA FUL. Las mentiras de las clases medias

Un hombre que roba taxis para poder trabajar y al final de su jornada los deja en el mismo sitio donde los ha tomado. Ese es el argumento de una poca conocida película del director catalán Jordi Solé, El taxista ful. Pasa por ser una crítica provocativa y mordaz de la mentira que significa ser clase media, y cómo lo que se ha venido a llamar como tal es tan sólo la realidad ficticia del que posee un puesto de trabajo.

La clase media sólo se diferencia de la clase obrera en que es poseedora de un puesto de trabajo, clase que abandona al ser desposeída de este mismo empleo. El autor propone la idea de un obrero que okupa su puesto de trabajo. Una idea que trastoca los esquemas y las estructuras de la sociedad al usar el robo como herramienta para desarrollar su empleo. Una idea que muestra de manera brillante cómo la denominación de la clase media es sólo un instrumento para segregar y atomizar a la clase trabajadora.

HAY MOTIVO. Las mentiras de quien nos gobierna

Pero a Montoro, una de las películas que menos debe gustar del cine español es Hay Motivo. Una película coral de 2004 con diferentes directores que criticaban con 32 cortometrajes la situación del país, que en aquellos momentos llevaba 8 años gobernado por el PP. Uno de ellos, el que dirigió Jose Luis Cuerda, reflejaba lo que fue el Partido Popular en el pasado y que sirve perfectamente para reflejar lo que el Partido Popular es hoy. Por el mar corren las liebres llevaba como título, y no era más que una sucesión de cortes de video en el que los miembros del PP encabezados por Jose María Aznar desgranaban la plétora de mentiras que durante 8 años nos dijeron a los españoles. Jose Luis Cuerda tiene ya material suficiente en sus nuevos dos años de gobierno para Por el monte las sardinas.

El cine español no gusta a Montoro porque expresa y ensalza ideas como las de Santa en Los lunes al sol: “Si no estamos juntos, nos joden”.