OTRAS NOTICIAS | Política
Madrid y Cataluña exigen a Rajoy que acabe con su “infrafinanciación”
Ambas autonomías consideran que aportan mucho más de lo que el ejecutivo central reparte con el actual modelo de financiación.
El anuncio de Mariano Rajoy, ayer, ante el Comité Ejecutivo Nacional de su partido de que antes de que acabe el año va a hacer pública la balanza fiscal de cada autonomía ha desatado adhesiones y reticencias entre los barones conservadores. Rajoy quiere con este anuncio desactivar el victimismo que, a su juicio, se vende desde Cataluña y parar los pies a los deseos de otras autonomías.
Pero la reunión de ayer también sirvió para calmar, relativamente, a otros barones como Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid quien pide que “cuanto antes” se apruebe el nuevo modelo de financiación. Rajoy le prometió que, el segundo trimestre del año que viene, el nuevo modelo será un hecho.
¿Por qué tanta prisa? Básicamente por una cuestión económica. González considera que, con el actual modelo, la Comunidad de Madrid esta infrafinanciada y que aporta mucho más de lo que recibe del Estado.
La última vez que se revisó el modelo de financiación fue en 2009 con José Luís Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno. Entonces, la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre ya mostró su desacuerdo, aunque por “lealtad al partido” se abstuvo en la votación de Política Fiscal.
El modelo de 2009 tiene en cuenta la población para repartir el dinero entre las autonomías. A la espera de que se publique la balanza fiscal de cada autonomía, los últimos datos que ofrece el Ministerio de Hacienda indican que en 2011 se repartieron 104.872 millones entre todas las autonomías (excepto País Vasco y Navarra que por su carácter foral). De este dinero, Cataluña recibió 19.076 millones, Andalucía 18.563 millones, Madrid 14.894 y el País Valenciano 11.093. A estos datos es a los que apela Ignacio González para decir que el actual modelo “se hizo a la carta para Cataluña y Andalucía”.
De lo que se olvida González es que Cataluña es la autonomía que más aporta a la caja común. Con el actual modelo de financiación, el Estado cede la mitad de los impuestos como el IRPF o IVA y los especiales sobre el alcohol y tabaco e hidrocarburos para que sean gestionados por los gobiernos autonómicos. Del resto, lo reparte según los parámetros establecidos en el Consejo de Política Fiscal.
Pacto fiscal para Cataluña
Pero esa gestión de la mitad de los impuestos no es suficiente para el gobierno de Mas, teniendo en cuenta el contexto actual de crisis económica que hace que caigan el dinero recaudado por estos conceptos.
El gobierno catalán quiere un sistema propio de financiación, similar al que tienen el País Vasco o Navarra. Así Cataluña recaudaría todos los impuestos y luego pagaría una parte de ellos al estado. Este sistema sería muy beneficioso para esta autonomía ya que tendría la llave de la caja, además es importante porque el su nivel de renta es superior al de la media española.
Las reivindicaciones de Cataluña vienen de lejos. Ya en el año 1997, con Artur Mas como consejero de Economía y Jordi Pujol apoyando el primer gobierno de José María Aznar, se pedía ese pacto fiscal que equiparará Cataluña con el País Vasco o Navarra.
En aquella época, a cambio del apoyo al PP a nivel nacional, los nacionalistas catalanes consiguieron una cesión del 30% del IRPF y el traspaso de las competencias en tráfico, entre otras cesiones del Partido Popular.
Sin embargo, esos deseos de pacto fiscal se vio truncado por la mayoría absoluta de José María Aznar que lo aparcó para otro momento y que ahora, en pleno proceso soberanista, se ha vuelto a retomar. Incluso, la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, ha pedido un sistema especial para Cataluña.
Se trata entonces de consolidar el impacto en la actividad económica de las grandes empresas que se han establecido históricamente por sus propios intereses sólo en Madrid y Barcelona. Pero no hay que olvidar que ya están sobrefinanciadas ambas con más empleo y más actividad económica, en detrimento de las zonas en las que esas empresas de todos no plantan sus macrosedes, empresas que no dudan en cobrarnos luz, gas, gasolina o teléfono a todos..