Economía
La deuda pública española, un filón para el Banco Vaticano
La Iglesia Católica invirtió 589.635 euros en deuda pública en 2012. Sus obligaciones sólo están superadas por las adquiridas en Italia y Holanda.
Dios también anda pendiente de la prima de riesgo española: El Banco Vaticano tuvo 589.635 euros invertidos en deuda pública el año pasado, según el informe que ha publicado la entidad esta semana, con datos del 31 de diciembre de 2012.
El Informe Anual del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el nombre oficial del Banco Vaticano, explica que el departamento económico de la Iglesia “monitoriza” la prima de riesgo española “para reconocer a tiempo las situaciones que puedan indicar un comportamiento anómalo, garantizando que el Banco Vaticano define acciones correctoras que puedan ser tomadas por adelantado”.
Así, los servicios financieros siguen viendo a España como un buen negocio. En comparación con el año 2011 (590.057 euros), la cantidad invertida en 2012 en deuda pública española fue apenas 422 euros inferior.
No obstante, los grandes inversores en deuda pública española siguen siendo los bancos. Desde 2010, el 75% de las compras de obligaciones las realizaron estas entidades. En el 25% restante destaca el papel de los fondos de inversión y las aseguradoras.
Sólo hay dos países en los que la Iglesia Católica haya encontrado un mayor filón en el que sacar rentabilidad a sus riquezas: Holanda e Italia. La banca católica invirtió en el primero 855.337 de euros. Pero la palma se la llevó Italia, donde los servicios financieros aumentaron en 293.789 euros la compra de deuda pública italiana, hasta los 1.179.619 euros.
86,6 millones de beneficio en 2012
En total, el Banco Vaticano obtuvo unos beneficios de 86,6 millones de euros en 2012, cifra que cuadruplica la de 2011, cuando se registró un beneficio neto de 20,3 millones de euros, según el Informe Anual del Instituto para las Obras de Religión (IOR).
La publicación del informe, por primera vez en la historia, es un paso del Vaticano para salir de la lista negra de instituciones financieras mundiales, en la que se encontraba por su secretismo y no haber publicado jamás sus cuentas.