Política
Inquietud entre el soberanismo catalán por que las élites quieran frenar la consulta
Destacados empresarios catalanes buscan forzar que Madrid ofrezca una oferta a Cataluña que apacigüe el movimiento independentista. Mas afirmó ayer que “las élites no deben pretender cambiar el curso de la historia”.
BARCELONA // Lo sostuvo ayer en una entrevista en Catalunya Ràdio el diputado de la CUP-AE David Fernández: las élites económicas catalanas buscan en Madrid que el Gobierno central traslade una oferta a la Generalitat para forzar al president, Artur Mas, a echarse atrás en la celebración de una consulta independentista en Cataluña. “Hay movimientos detectados en las élites. No somos nosotros quienes vamos a la Moncloa, son el señor Godó y el señor Fainé quienes van a visitar a Rajoy reclamando que abra puertas, que haga una oferta atractiva para Cataluña”, declaró Fernández.
Su referencia al dueño del Grupo Godó (editor de La Vanguardia y vicepresidente de La Caixa) y al presidente de la mayor entidad financiera catalana no es nueva. Entre el independentismo catalán, especialmente en ámbitos de la izquierda como el de la CUP, preocupa desde el inicio del proceso soberanista de Cataluña que los principales empresarios del país lo acaben frenando para no cambiar el status quo actual, y por lo tanto, poner en riesgo su situación privilegiada.
Ese temor se ha extendido al papel que pueda ejercer finalmente CiU, muy cercana a estos núcleos de poder. Así lo aseguraba hace un año Albert Botrán, miembro del secretariado nacional de la CUP, en una entrevista en lamarea.com: “El proyecto histórico de Convergència es el proyecto histórico de la burguesía catalana: reformar el Estado español para poder participar en su gobernabilidad, y por tanto es totalmente opuesto al proyecto independentista, que es romper con él para edificar un nuevo proyecto político y social. Analizando el papel histórico de CiU y los intereses de clase que hay detrás, pensamos que priorizarán algún tipo de acuerdo hasta el último minuto”.
Encuentro de Fainé y Godó con Rajoy en Moncloa
La mayor parte del selecto grupo, entre los que se podría incluir a La Caixa, el grupo Godó, el Banco Sabadell o Abertis han preferido no posicionarse públicamente respecto al proceso soberanista catalán y parece que han optado por una estrategia de trabajo subterráneo. Fainé y Godó se reunieron en abril pasado con Rajoy en el palacio de la Moncloa, según confirmó la agencia EFE, que informó que la reunión se centró en la actualidad catalana y española. El diario Economía Digital iba más allá y aseguraba que el encuentro giró alrededor de cómo apaciguar el soberanismo en Cataluña.
Uno de los lobbies empresariales que más están pujando en este sentido es el Foro Puente Aéreo, que como su propio nombre sugiere incluye a algunos de los mayores empresarios tanto de Cataluña como del resto del Estado, con sede principal en la capital. En él se encuentran el presidente de Abertis, Salvador Alemany; el director general de La Caixa, Joan Maria Nin; el director de La Vanguardia, José Antich; y el presidente de Planeta, José Manuel Lara, de los pocos que han tomado una postura clara y pública al respecto: “Si Cataluña fuera independiente, el Grupo Planeta se tendría que ir”, declaró en septiembre del año pasado tras la manifestación de la Diada. También integran el lobby destacados empresarios como el presidente de Repsol, Antonio Brufau; Florentino Pérez, presidente de ACS; y José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona.
Según reveló elconfidencial.com, el Foro Puente Aéreo encargó este verano a los abogados Luis de Carlos, socio director de Uría Menéndez, y Emilio Cuatrecasas, la confección de una plataforma corporativa de actuación para reconducir el proceso catalán, centrado en proponer un nuevo merco de relaciones entre Cataluña y España, con el objetivo de frenar la deriva independentista.
Las empresas pequeñas, más favorables a la independencia
Entre las patronales catalanas, la postura respecto a la independencia diverge, pero atendiendo a las declaraciones de varias de ellas parece que las pequeñas y medianas empresas son más favorables a la independencia que las grandes corporaciones. Así lo ha afirmado el presidente de Pimec (Micro, pequeña y mediana empresa de Cataluña), Josep González, que asegura que entre los pequeños empresarios catalanes existe un “sentimiento de agravio”. La patronal realizó una encuesta entre asociados según la cual el 66,8% está a favor de la independencia.
Sin embargo, desde la principal patronal catalana, Foment del Treball, su presidente, Joaquim Gay de Montellà, miembro también del Foro Puente Aéreo, ha declarado que la independencia puede conducir a un cierto “aislamiento”. Gay de Montellà asegura que la organización que preside “no se opone” al referéndum”, pero que “lo que debemos conocer es el contenido y la dirección de la consulta”. Lo cierto es que entre los círculos empresariales catalanes se trata de volver algunos pasos atrás en el proceso soberanista, hasta la consecución de un nuevo pacto fiscal que frene la deriva independentista. “El pacto fiscal es válido y en este momento daría mucha paz empresarial. Para nosotros sería muy tangible”, declaró este lunes.
Las palabras pronunciadas ayer por Artur Mas durante la inauguración de la nueva sede en Barcelona del Colegio de Economistas de Cataluña parecen indicar que el president no variará el rumbo al que se ha comprometido ante los catalanes y que figuraba en su programa electoral, en un momento en que CiU se tambalea por la disparidad de opiniones entre los socios de coalición, CDC y UDC. Pero también vienen a confirmar los movimientos de las élites catalanes para parar el proceso: “Las élites no deben pretender cambiar el curso de la historia”, sostuvo Mas. «El proceso sale de la base porque es muy transversal, pacífico y mayoritario. Las élites deben canalizar bien el movimiento de base soberanista”, concluyó.
En Bolivia también intentaron referenda soberanistas, en la Nación Camba (Beni, Panda, Cochabanmba y Santa Cruz), los ganaron los soberanistas de la Nación Camba con mas del 80 %, pero el Presidente Evo Morales y la OEA hicieron respetar la Constitución y los ignoraron.
Pero lo más increíble de todo es que a pesar de todo este show mediático de los soberanistas de la Nación Camba, del amedrentamiento, las amenazas de la «Unión Juventud Cruceñista», grupos de choque con claras características fascistas de los «demócratas» de Santa Cruz, no lograron sus objetivos, dado que más del 50 por ciento no votaron o votaron NO en este referéndum.
Sin que se les mueva un músculo de la cara los autonomistas han declarado que más del 85 por ciento esta a favor de la autonomía, ni siquiera Pinochet, que parece ser uno de sus inspiradores, se hubiera atrevido a dar a conocer cifras similares en un plebiscito.
Este referéndum autonómico, es el primer paso de un plan reaccionario, dado que se espera que en el próximo mes se realicen otros en Tarija, Beni y Pando, la idea final es poner fin al gobierno de Evo Morales y frenar los cambios que su gobierno esta impulsando.
Estos cuatro departamentos representan dos tercios del territorio boliviano, un tercio de la población y más del 50 por ciento de la producción del país. En el plan conspirador también están contemplados otros dos departamentos, Chuquisaca y Cochabamba, que quieren hacer caminar en la dirección divisionista.
El Racismo y el divisionismo, van de la mano.
La división y el racismo de los promotores de la autonomía cruceña salta a la vista en las declaraciones de sus principales lideres, aunque por ahora traten de ocultarlo. A los representantes «autonomistas» de la llamada «media luna» se les nota el odio y el desprecio que sienten hacia Evo Morales (por ser «indio»), acusándolo de centralista, dictador, autoritario, radical y fundamentalista. Su consigna central debiera ser: «Por una Bolivia sin indios»
El cinismo de estos dirigentes no conoce limites, por ejemplo, el prefecto del departamento de Santa Cruz, Rubén Costas, ha llegado a afirmar que el referéndum autonómico es una respuesta del pueblo cruceño contra el centralismo gubernamental.
Lo que queda claro es que el objetivo de los «autonomistas» es empujar la tensión y la controversia hasta el punto de hacerla derivar en una confrontación abierta, algo que inevitablemente tendrá repercusiones en el resto de los países de la región.
A pesar de que los «autonomistas reaccionarios» controlan la mayoría de los medios de comunicación, que tienen el control económico, no han podido convencer a la mayoría de la población de Santa Cruz y menos al resto del país con sus planes racistas y divisionistas.
¿Quiénes están detrás de la autonomía cruceña?
De acuerdo a algunas investigaciones, esto inicialmente partió de un núcleo aproximado de un centenar de clanes familiares que en Bolivia poseen poco más de 25 millones de hectáreas de tierra y que además controlan la agroindustria, el comercio exterior, la banca y los grandes medios de comunicación. Estos clanes, junto a políticos que fueron parte de los gobiernos de los ex presidentes Gonzalo Sánchez de Lozada, Jorge Quiroga o Jaime Paz Zamora se convirtieron en poderosos opositores al gobierno de Evo Morales. Estos personajes poseen cinco veces más tierra que más de dos millones de campesinos e indígenas bolivianos.
El Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) de Bolivia, a informado que sólo quince familias disponen de medio millón de hectáreas de tierras fértiles y que además cuentan con la ventaja de estar muy cerca de los mercados, con lo cual pueden aumentar aun más sus ingresos, gastando menos en el trasporte de sus productos
Pero con la llegada de Evo Morales al gobierno y ante la posibilidad de que este implemente una reforma agraria en el país en favor de los indígenas y campesinos, estas familias han usado su poder para generar un movimiento político-social cuya finalidad es dividir el país, para que las medidas que pretende impulsar la nueva constitución del gobierno de Morales, no pueda tocar sus intereses.
Las contradicciones del gobierno de Evo Morales
Lamentablemente Evo Morales y otros personeros presentan muchas contradicciones y ambigüedades al interior del núcleo gobernante. El gobierno debe ser mas claro a la hora de explicar y tomar pasos concretos para llevar a cabo una reforma agraria, la tierra tiene que ser para los que la trabajan y garantizar el derecho a la autodeterminación a los indígenas, sin ambigüedades y negociaciones con las logias latifundistas que hoy están usurpando el territorio.
El llamado a este referéndum, debería haber sido el momento de pasar a la ofensiva y explicar de cara a los indígenas y campesinos pobres, hasta donde se va a llegar con el tema de la reforma agraria y no para negociar con los grandes latifundistas.
La situación política boliviana es demasiado complicada en este momento como para permitirse ser ambiguos, no basta con decir que el referéndum no tiene ningún valor legal, por que a la reacción le importa muy poco la legalidad, la democracia y la constitución, si estas no le sirven para defender sus intereses, no será vía «dialogo» la forma en que se detendrá la conspiración oligárquica. La conspiración que se esta implementando en el departamento de Santa Cruz debe ser frenada ahora y no esperar a que siga fortaleciéndose.
Esta claro que la mayoría de los bolivianos y bolivianas, del campo y la ciudad, como ya ha quedado demostrado están en contra de los intentos divisionistas de los sectores conservadores y reaccionarios, la mayoría de la población no puede quedar prisionera de un pequeño grupo de oligarcas.
Los grandes empresarios tienen posiciones de clase y estrategias para aplicarlas. La cuestión es si los asalariados son capaces de aclararse acerca de cuáles son sus intereses, sus posiciones y las estrategias para hacerlas prevalecer frente a los de la patronal. Hay un viejo principio que dice «la unión hace la fuerza» y otro que dice que los trabajadores no deben tener patria (entre otras cosas porque eso les divide; lo cual es muy cierto en España pues las clases populares son más plurales en sus identidades que nunca: catalanes, castellanos, andaluces, vascos, magrebíes, pakistaníes, chinos, latinoamericanos, etc.). La cuestión de la independencia de Cataluña habría que examinarla desde ese prisma. Como asalariado catalán, no me convence nada quedarme a solas con la burguesía catalana y las clases medias nacionalistas. Me siento más fuerte si sé que tengo el apoyo y la solidaridad de las «mareas», los sindicatos, la Coordinadora 25-S, el SATC andaluz, etc. La PAH es buen ejemplo de ello. Los chicos de la CUP son buena gente pero primero son independentistas y luego de «izquierdas». Eso que la dimensión nacional y social van juntas puede cuadrar en su cabeza, pero no en la realidad social y política de aquí y ahora.
Muy interesante este artículo.
Muestra cómo los poderes fácticos están intentando reorientar el movimiento ciudadano, por muy debatible que sea que la independencia sea positiva para el pueblo catalán.