Opinión
¿Por qué defiendo el derecho a decidir?
Por principio democrático, para evitar apropiaciones indebidas de la opinión de los catalanes y clarificar las mayorías. Si hay voluntad política, tanto la Constitución como el Estatut permiten consultar al pueblo catalán sobre su futuro.
Catalunya se encuentra en una encrucijada política de difícil gestión y, por lo tanto, también de difícil solución. Conviven en nuestra realidad nacional diferentes puntos de vista sobre el derecho a la autodeterminación de los pueblos y el llamado ‘encaje’ entre Catalunya y España. Hay que dejar claro que el conflicto es político y no jurídico. Tanto la Constitución española como el Estatut de Autonomía de Catalunya permiten, si hay voluntad política, consultar al pueblo catalán sobre su futuro. El problema está, por lo tanto, en la voluntad. Y la voluntad es siempre Política, con mayúsculas.
Existen aquellas personas que son legítimamente independentistas, y que siempre lo han defendido, que reivindican el derecho a decidir y un rotundo SÍ a la independencia de Catalunya. Hay también quien, como CiU y Artur Mas, se ha subido al carro de la independencia y utiliza el derecho a decidir como cortina de humo para tapar una nefasta e insensible gestión de gobierno y, además, para intentar anestesiar a la población evitando movilizaciones sociales que podrían hacer caer el gobierno de la derecha catalana, como ha ocurrido en muchos de los países europeos que han aplicado recortes tan salvajes como los de Mas en Catalunya.
Y existen, también en Catalunya, aquellas personas que defendemos el derecho a decidir de nuestro país, venimos de una tradición federalista y apostamos por una relación de igual a igual, de pacto entre soberanías que haga resurgir una necesaria segunda transición en el estado español que garantice, negro sobre blanco, que el futuro pasa por blindar políticamente un estado plurinacional, pluricultural y plurilingüe. Lamentablemente, esta visión del futuro de nuestro país pretende ser expulsada por algunos de la visualización pública, ya sea a través de la ridiculización o bien de la invisibilidad. Bien es cierto que, en esto del federalismo, la surrealista postura de PSC-PSOE ha contaminado la palabra, la ha desnaturalizado y está colaborando a apartarla de la pregunta final. Y es que el federalismo o es democrático o no es federalismo. Es decir, o la relación federal entre dos o más estados es libre, voluntaria y decidida por el pueblo, o se trata de una nueva imposición que mantiene la situación preeminente de uno sobre el otro. Por lo tanto, o el federalismo es de libre adscripción y basado en el derecho a la autodeterminación de ambas partes, o no es federalismo.
Dicho esto, quiero argumentar por qué, desde un punto de vista de izquierdas, comunista e internacionalista defiendo, sin condiciones y sin complejos, el derecho a decidir de Catalunya. Lo haré bajo tres parámetros que, para mí, son fundamentales: la democracia, la argumentación y el derecho.
Primero.- Lo defiendo pura y llanamente por democrático. No hay nada más democrático que situar una urna y escuchar la opinión de la ciudadanía. Se trata de aquello que defendemos algunos de ‘Queremos decidirlo todo’. No sólo la mayor. Yo quiero decidir sobre el modelo de escuela pública, sobre los recortes sanitarios, sobre la rebaja de las pensiones, sobre la estafa bancaria en la que vivimos, sobre el modelo de estado basado en una monarquía corrupta, sobre las ayudas a empresas que luego se deslocalizan, sobre políticos corruptos que mantienen su cargo público, etc… y, por lo tanto, también quiero decidir sobre la mayor: sobre el futuro político de mi país. No hay que temerle a las urnas. La izquierda en general (socialistas, comunistas, trotskistas…) lucharon en plena dictadura y se dejaron literalmente la vida para construir una democracia. Y, para no ser sectarios, también lo hizo una parte de lo que es el centro-derecha.
Segundo.- Ya estoy cansado de escuchar argumentos, que por cierto provienen de todos lados, apropiándose de la opinión de los catalanes y las catalanas. Parece ser que, sin siquiera consultar, muchos ya saben cuál sería la decisión mayoritaria en Catalunya. Artur Mas se presentó a las elecciones catalanas de 2012 bajo el eslogan de “La voluntat d’un poble” (La voluntad de un pueblo), erigiéndose en portavoz de los catalanes y dando por sentado cuál era esa voluntad. Soraya Sáez de Santamaría (PP), la vicepresidenta del gobierno español, afirmó aquello de ‘la mayoría silenciosa’. Nuevamente apropiándose de la opinión los millones de catalanes que, por un motivo o por otro, no salieron a la calle el pasado once de septiembre. Y es que, hasta la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en el debate de política general del Parlament de Catalunya afirmó que “todos los que luchaban contra los recortes eran también independentistas” cayendo en el argumento fácil de apropiarse de la opinión de miles y miles de ciudadanos. Así que, llegados a este punto, lo mejor sería realizar cuanto antes la consulta y saber, de verdad, qué es lo que opina la ciudadanía. Para evitar nuevas apropiaciones indebidas y, en muchos casos, manipuladas. Yo quiero saber qué opinan los ciudadanos de su propia voz, no a través de portavoces. Y la única manera de saberlo es abrir un colegio electoral y colocar una urna.
Tercero.- Defiendo el derecho a decidir porque el diálogo y la aceptación de las mayorías sociales es lo que nos cohesiona y lo que nos hace crecer como democracia. Lo he defendido históricamente en el conflicto nacional de muchos pueblos: Palestina, Sahara Occidental, Tíbet… así que, por coherencia y por convicción, lo defiendo también para mi pueblo. Además, si la gente que es independentista ha aceptado, en Catalunya de forma muy pacífica, depender de un estado como el español, si cambian las mayorías, los que no son independentistas deberíamos asumir, con la misma actitud pacífica, un cambio de status.
Todo lo demás (argumentos sobre la inclusión o no en la Unión Europea, sobre si vendrán más empresas o se marcharán, sobre si tendremos más o menos recursos…) son estrategias, de unos y otros, para corromper el debate. No caigamos en su trampa. Que cada uno pueda decidir, libre y conscientemente, sobre el futuro de Catalunya. Yo lo tengo claro: apuesto por una unión republicana y federal entre los diferentes pueblos de España y de Europa para evitar que sea, como ahora ocurre, el capital y los mercados quien nos gobierne. El futuro de una España y una Europa más democrática, más participativa y más social puede comenzar con el derecho a decidir de Catalunya. Hagamos de este conflicto una oportunidad para la clase trabajadora.
Joan Mena, diputado de Esquerra Unida i Alternativa en el Parlament de Catalunya y portavoz adjunto del grupo ICV-EUiA
Como ex militante del PSUC y luchador represaliado por el franquismo: Colgué una senyera en la Sagrada Familia en 172 y otra en El Corte Inglés en 1974. Los lemas del PSUC eran «Llibertat, Amnistia i Estatut de Autonomia). Leed la tercera como Autodeterminación cuando soñábamos con una España Federal. Después de la humillación sufrida tras el intento de reforma del Estatut de Maragall, cerradas todas las puertas, me volví independentista. Y militante. España y Catalunya solo podemos aspirar a ser buenos vecinos. Espero que ICV-EUiA no pierdan de vista sus raices y su ideología democrática. Ya hablaremos de con quién nos federamos/confederamos de igual a igual, una vez seamos independientes. España cada vez más lejos.
1972
Me hace gracia que ahora la clase política se presente como «la más» democrática y «la más» a favor del derecho a decidir del pueblo. Cuando durante décadas habéis estado ignorando esto y ahora el tema os ha estallado en la cara.
La reivindicación del derecho a decidir es más que independencia o caos, es manifestar a los políticos que «estem cansats» de vuestra forma de gobierno, de vuestros intereses alejados de la ciudadanía y de vuestro beneficio personal a costa el pueblo.
Benvolgut Eric,
Fa molt de temps (dècades!) que els programes electorals d’ICV-EUiA i d, almenys, part de les seves marques electorals entariors defensen el dret d’autodeterminació del poble català, molt abans de la progressiva conversió a l’independentisme de la majoria de la població catalana.
En aquest sentit, es pot mostrar que aquesta coalició (i els seus antecedents) es van endavantar al carro del dret a decidir, com tu ho dius.
Como he comentado más abajo, no habéis hecho nada respecto al derecho de autodeterminación o la defensa del federalismo. La autodeterminación no se defiende con sólo escribirlo en un panfleto publicitario. Facta non verba.
He realizado un breve estudio para demostrar la subida al carro del derecho a decidir de Esquerra Unida i Alternativa:
Documentos subidos a su web, según el tema:
– Mundo laboral (51)
– Salud (39)
– Mujer (27)
– Educación (18)
– Paz y solidaridad (12)
– Política social (9)
– Vivienda (8)
– FEDERALISMO(6)
– Inmigración (5)
EUiA sólo dispone de 6 documentos sobre el tan «ansiado» federalismo, 5 de ellos subidos un mes después de la manifestación que reunió a más de un millón de ciudadanos en Barcelona reivindicando la autodeterminación.
Lo dicho, la ciudadanía siempre por delante de la política.
Al carro del derecho a decidir se han subido todos los partidos políticos. Incluso aquellos que están en contra, como Ciutadans o el Partido Popular, también intentan sacar tajada. También vosotros, que durante décadas habéis escrito la palabra federalismo en vuestros programas como quien escribe la dirección y el teléfono de la sección local, pero no habéis pasado de ahí.
Ni unos ni otros habéis hecho nada en este sentido y ahora os encontráis con las masas en el horno y calientes por la crisis. El movimiento es social y no político. Habéis llegado tarde, vosotros y todos. Como siempre, el pueblo va por delante de sus políticos.