Internacional
Libia usa parte del zoo de Trípoli como centro de detención de inmigrantes
Los trabajadores extranjeros, procedentes del Magreb y de África Subshariana, son identificados y sometidos a test de VIH y hepatitis // Si están enfermos o no tienen papeles, son expulsados
MADRID // El zoo de Trípoli, la capital libia, está cerrado al público desde hace meses. La mayoría de los 700 animales que fueron allí abandonados a su suerte durante la guerra de 2011 ya no están en sus jaulas, aunque en sus instalaciones aún quedan algunos ejemplares. Muy cerca de sus jaulas, se alza una construcción en cemento donde esperan otros prisioneros: trabajadores inmigrantes en Libia.
Casi dos años después de que un grupo de veterinarios lanzara, en medios de comunicación y en youtube, una campaña de solidaridad para socorrer a los desgraciados inquilinos de ese zoo, algunas de sus instalaciones se han convertido en un improvisado centro de identificación y detención de inmigrantes, procedentes de otros países del Magreb y sobre todo de África Subsahariana, según recoge un amplio reportaje del diario The Lybia Herald.
En este centro, gestionado por la brigada Abdul Razag Al-Gerjame, formada por excombatientes de la guerra y bajo la autoridad del gobierno (otras milicias no rinden cuentas a las autoridades del país), no sólo se comprueba la identidad de los trabajadores inmigrantes, sino que también se les somete a análisis de sangre para averiguar si son seropositivos, o bien si padecen enfermedades como la hepatitis, en cuyo caso son inmediatamente expulsados del país.
En el reportaje se da cuenta de cómo los miembros de la brigada efectúan controles de identidad en las calles de la capital libia para comprobar si los extranjeros tienen permiso de trabajo en el país. Si no es así, o en el caso de que estas personas no lleven los papeles encima, los conducen al centro de detención del zoo, donde quedan recluidos en las dos habitaciones de la construcción de cemento, con barrotes en las ventanas.
Los autores del texto precisan, citando al comandante de la brigada, que los inmigrantes pasan en este centro un máximo de 72 horas. Si finalmente pueden demostrar que tienen visado y permiso de trabajo, son liberados; si no es así, son trasladados a centros de detención permanente, o bien expulsados del país.
Bocadillos y un colchón en el suelo
En los últimos cuatro meses, asegura el diario, han pasado por ese lugar «5.000 inmigrantes», aunque en el momento en el que los periodistas visitaron las instalaciones, sólo un subsahariano se encontraba allí recluido, sentado en el único mobiliario -un colchón en el suelo- de una habitación «no particularmente limpia» pero dotada de aseo y de un aparato de aire acondicionado.
El comandante Said Gars Alaha, jefe de la brigada que detienen e identifica a los trabajadores extranjeros, citado por el The Libya Herald, asegura que sus hombres «respetan los derechos humanos» de los inmigrantes y que el trato es bueno.
«Estamos alimentando a esta gente con la misma comida que comen mis hombres», recalcó este militar libio, una comida -consistente en bocadillos- que, según dijo, pagan los milicianos de su bolsillo.
Tanto en la época del coronel Muamar Gadafi, como en la Siria postrevolucionaria, organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rigths Watch (HRW) han denunciado en sucesivas ocasiones los abusos y el maltrato recurrente a los inmigrantes en Libia, una situación que se agravó durante la guerra, cuando, en muchas ocasiones, se asimiló a los ciudadanos de países de África subsahariana con mercenarios a las órdenes del régimen de Gadafi.
En el informe de 2013 de HRW sobre Libia, se denuncia: «Los no libios procedentes de África Subsahariana, fundamentalmente trabajadores inmigrantes, son especialmente vulnerables a los abusos y afrontan el acoso, los arrestos y el maltrato durante el periodo de detención, así como el trabajo forzado. Tampoco tienen acceso al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) [en caso de ser refugiados políticos o solicitantes de asilo]» .
Amnistía Internacional también denunció recientemente las condiciones de detención de este tipo de centros en Libia, donde inmigrantes sin papeles, incluidos niños, son retenidos indefinidamente en condiciones que definió como «deplorables» . La organización instó luego al Gobierno libio a poner fin de forma inmediata a la práctica de detener de forma indefinida a los trabajadores extranjeros para someterlos a controles de inmigración.
También ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, describió la situación en estos centros como precaria y denunció que, en la mayoría de los casos, las condiciones sanitarias son ínfimas con lo que el riesgo de contagio de enfermedades infecciosas es muy alto.
***El PP entrega al juez un ordenador de Bárcenas sin disco duro***
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En Norteamérica o en cualquier otro país democrático ese escarnio a la Justicia sería motivo de levantamiento de acusación del Fiscal contra Pepé en nombre del Pueblo.
Aquí, con una Constitución que con el Pepé se está convirtiendo en un tebeo,
de Mortajoy y Filemón, el Fiscal va a hacer la vista gorda aún sabiendo que el haber saboteado esos ordenadores es ya un delito grave y una prueba mas de las prácticas delictivas de esta banda pepera.
Van a terminar ilegalizando el Poder Judicial y privatizando la Policía Científica, ya que con lo que guardó Bárcenas para para ellos en Suiza tienen suficiente para pagarse ejércitos y policías privadas.