Internacional

‘Halcones’ de la guerra de Irak instan a Obama a atacar Siria

Exaltos cargos de la administración Bush, incluido el exgobernador en Irak Paul Bremer, piden al presidente de EEUU que acabe con "los pilares" del régimen sirio

MADRID // Un grupo de 71 personajes públicos que se definen como  «exaltos cargos del gobierno de EEUU»  y «expertos en política exterior» han remitido una carta al presidente de EEUU, Barack Obama,  instándole a atacar Siria y «destruir los pilares del régimen de Bachar al Assad», a iniciativa de un think tank que difunde las ideas más ultraconservadoras y belicistas del ala dura del Partido Republicano: la Foreign Policy Initiative.

En la web de este centro se define la iniciativa como «bipartisana» -republicana y demócrata-, pero el elenco de firmantes que se incluye es harto elocuente. En él figuran algunos de los llamados halcones de la Administración de George Bush que promovieron la guerra de Irak. También periodistas, intelectuales y expertos que defendieron a capa y espada el argumento de las -como después se comprobó- inexistentes armas de destrucción masiva en ese país.

Entre los halcones de aquella guerra que ahora claman por la que ya se anuncia en Siria, destaca Paul Bremer el hombre al que Bush nombró a la cabeza de la Administración interina de Irak-en la práctica, una especie de virrey- entre 2003 y 2004. También Elliot Abrams, exviceconsejero de Seguridad Nacional durante el segundo mandato de George Bush, un personaje que en los 80 estuvo implicado en las maniobras de la CIA en Centroamérica, especialmente en el escándalo Irán-Contra. La firma de Karl Rove, el consejero al que George Bush agradeció públicamente su victoria en las elecciones de 2004, aparece a su vez al final de la misiva.

Junto a éstos y otros nombres (la lista completa aquí) aparecen destacados personajes, considerados voceros de la tendencia neocon, como Max Boot, un historiador y columnista que, entre otras ideas, proclama la necesidad de que la política exterior de EEUU defienda «los ideales americanos» entendidos bajo el prisma de su visión ultraconservadora.

Entre los nombres que rubrican la carta, está a su vez el de diplomático Ken Adelman, que en su momento promovió también la guerra de Irak en diversos artículos de prensa para después arrepentirse de ello, o bien personalidades como el filósofo francés Bernard Henry-Lévy, denostado por una parte de la izquierda gala por haber aplaudido con entusiasmo la intervención de su país en la reciente guerra de Libia.

La «línea roja»

«Si no hay una respuesta, los crecientes ataques con armas químicas por parte del régimen de Assad mostrarán al mundo que las ‘líneas rojas’ de América eran sólo amenazas vacías», reza la carta en alusión a la afirmación de Obama que advirtió al Gobierno sirio de que el límite de tolerancia de su país – la línea roja- se encontraba en el uso de esas armas prohibidas.

En la misiva se da por hecho que el ataque en las afueras de Damasco, supuestamente con gas nervioso, «que mató a 1.400 personas» el 21 de agosto fue obra del dictador sirio, por lo que sus autores urgen a que este hecho tenga «consecuencias significativas» para el régimen sirio.

«Como mínimo, Estados Unidos, junto con sus aliados, debería utilizar misiles y su poder militar aéreo para golpear a las unidades militares de la dictadura siria que estuvieron implicadas en el reciente uso a gran escala de armas químicas. También deberíamos proporcionar a elementos moderados de la oposición siria del apoyo militar preciso para identificar y atacar a las unidades del régimen que disponen de armas químicas».

Los 69 firmantes recomiendan luego a Obama que se marque como objetivo destruir «los pilares del régimen de Assad», pero no sólo «para asegurar que sus armas químicas no amenacen a América, a sus aliados en la región o al  pueblo sirio, pero también para disuadir y destruir la capacidad militar aérea de Assad y otros medios convencionales para cometer atrocidades contra los civiles no combatientes».

La carta prosigue: «Al mismo tiempo, EEUU debe acelerar sus esfuerzos para entrenar y armar a los elementos moderados de la oposición siria armada, con el fin de capacitarlos para que se impongan, tanto al régimen sirio como a la creciente presencia de miembros de Al Qaeda y otras facciones rebeldes extremistas en el país».

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