Opinión
Hoy es Colombia: el parón de los campesinos
Los motivos de la lucha de los campesinos en Colombia hoy no son solo domésticos, sino globales. Motivos ligados a las consecuencias brutales de un nuevo orden alimentario.
Esta semana pasada en Colombia más de 200.000 campesinos y campesinas se han movilizado contra las políticas públicas llevadas a cabo por el gobierno de Juan Manuel Santos.
Los que alimentan al país han dicho basta y declararon un paro agrario que ha sido violentamente reprimido por las fuerzas de orden público
Con este paro la agricultura campesina en Colombia dice basta. Basta de la pobreza secular a la que han sido sometidas sus comunidades, basta de la falta de inversión en servicios públicos a la población rural, basta del deterioro de sus rentas que les empobrece día a día, basta de que el 77% de la tierra esté en manos del 13%.
Pero los motivos de la lucha de los campesinos en Colombia hoy no son solo domésticos, sino globales. Motivos ligados a las consecuencias brutales de un nuevo orden alimentario que privilegia a transnacionales y bancos, convirtiendo los alimentos en mera mercancía o activos bursátiles y excluyendo al campesinado. Un nuevo orden cuya punta de lanza ha sido la desregulación y globalización del mercado agrario que se ha llevado a cabo través de los Tratados de Libre Comercio impulsados por EEUU y Europa.
Así es fácil ver como lo que sucede en el campo colombiano está pasando en varios países, también en el nuestro. Pasa cuando el diferencial de precio entre lo que gana el supermercado y lo que recibe el agricultor es de más del 500%, cuando en 1994 existían 140.000 explotaciones lácteas y hoy sólo quedan 23.000 o cuando los datos de concentración agraria en España son hoy mayores que en el año 1930 o pasa cuando se destruyen y privatizan los servicios públicos de nuestro pueblos. Un nuevo sistema agrario que ha logrado el record de 1000 millones de hambrientos en el mundo.
Esta lucha global de millones de campesinos y campesinas es muchas veces invisible para el mundo urbano, pero a todos nos concierne, se trata de nuestra alimentación y todo apunta que el próximo escenario de la lucha tendrá lugar en Europa, que en estos momentos negocia el mayor acuerdo de libre comercio de la historia, el que tendrá lugar entre EEUU y la UE, y donde la agricultura es uno de los capítulos más importantes.
[Este artículo ha sido publicado originalmente en el blog Justicia Alimentaria Global]
El eje del capital, «gente como dios manda», de los crímenes, violencia y injusticias que crean a su paso y donde se instalan, siempre son inocentes, en Colombia son las FARC quienes, según ellos, los cometen.
Las organizaciones locales e internacionales que trabajan en defensa de los Derechos Humanos en Colombia conocen muy bien el récord de campesinos y activistas, a quienes las multinacionales quieren espulsar de sus tierras, asesinados por paramilitares con el consentimiento, cuando no abierta colaboración (en la etapa Uribe) de las fuerzas gubernamentales.
Es cierto que las Farc han cometido asesinatos; pero por cada uno cometido por las Farc los del eje del bien han cometido 25.
Y para Noticias Cuatro lo más importante es reseñar al final de un breve comentario sobre éste problema es que se sospecha que hay infiltrados de las FARC reseñándolo alto y claro. !De vergüenza¡