Opinión

¿Será Francisco realmente el papa de los homosexuales?

El papa, durante su viaje de vuelta desde Brasil, se pronunció aparentemente a favor de la homosexualidad. ¿Hasta qué punto es esto cierto?

Ha cobrado especial relevancia la opinión del nuevo papa Francisco sobre el tema de la homosexualidad durante su viaje de vuelta desde Brasil que hay, sin embargo, que tomar con cautela. “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”, ha espetado ante un grupo de periodistas, en una expresión que ha llenado miles de titulares de todo el mundo. Muchos han celebrado lo que parece un cambio radical de la postura del catolicismo en este sentido.

Pero, ¿hasta qué punto supone esta frase un cambio real en la Iglesia? Lo malo de las palabras es que, si se quiere, pueden servir para decir una cosa y la contraria. Según el catecismo de la Iglesia y las directrices establecidas desde 2008, durante un simposio en Roma en el que participó la alta jerarquía católica, un gay no es una persona a la que haya que marginar, sino a la que hay que curar, con “acogida, acompañamiento y terapia espiritual”, así como ayuda médica. En ningún momento el manual de la Iglesia habla de marginar a los homosexuales, como sí se hacía siglos atrás, sino de enderezarlos, de hacer que nieguen su identidad sexual para volver a ser “normales” e “integrarse” en la sociedad.

Volvamos a leer: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”. En este sentido, ¿qué hay de nuevo en las palabras de Francisco? ¿A qué se refiere con “buscar al Señor”? ¿A seguir las indicaciones de la Iglesia en este sentido? De hecho, cuando al papa le preguntaron posteriormente por el aborto o el matrimonio homosexual, alegó que la Iglesia “se ha expresado ya perfectamente sobre eso”. “Los jóvenes saben perfectamente cuál es la postura de la Iglesia”, agregó, tras lo que puntualizó que su postura es exactamente la misma que la oficial. Es decir, nada nuevo bajo el sol.

También es interesante leer lo que pensaba el papa Francisco en 2010, cuando aún era Jorge Bergoglio, reflejado en una carta que envió a las Carmelitas:

“[El matrimonio gay] es “una ‘movida’ del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios […]. No seamos ingenuos: No se trata de una simple lucha política, es la pretensión destructiva al plan de Dios”

“Aquí también está la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra”

Otro curioso debate dentro de la Iglesia gira en torno a la existencia de un supuesto “lobby gay”, infiltrado en la misma jerarquía, que presionaría a favor de los derechos de los homosexuales. “Cuando uno se encuentra con una persona así, debe distinguir entre el hecho de ser una persona gay y el hecho de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno”, ha expresado Francisco al respecto. Según la RAE, un lobby es un “grupo de personas influyentes, organizado para presionar en favor de determinados intereses”. ¿Y qué es la Iglesia sino un inmenso y poderoso lobby? Al menos en España, en algunos ámbitos como la educación o los derechos civiles, hacen lobby constantemente y, además, de manera muy eficiente.

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Comentarios
  1. Algunos miembros de la iglesia argentina denunciaron, en su tiempo, los crímenes de la dictadura y otros los encubrieron.
    Francisco por las noticias que tengo pertenece al de los encubridores.
    Por otro lado, para empezar, tengo claro que la iglesia no representa a aquel Jesús revolucionario que estaba del lado de los más humildes, de las clases más bajas, de los marginados.
    Sencillamente: Se han montado un buen negocio en su nombre, en nombre del que los combatió en su tiempo y, si volviera, volvería a combatirlos hoy.
    Ni Jesús los nombró representantes ni lo representan.
    Sencillamente son unos impostores.
    Quienes crean en Dios: diríjanse directamente. No le den el poder a alguien que es peor que ustedes.

  2. ¿Cómo puede haber personas que en pleno siglo XXI defiendan el MATRIMONIO?

    Las personas somos libres, y hacer un contrato por el que uno cede su libertad las 24 horas del día y sin límite de tiempo, es un completo sinsentido.

    Aunque ya no haya prisión ni latigazos para los adúlteros, el contenido simbólico sigue siendo el mismo, y las personas se esfuerzan por vivir de una forma que, claramente, no es de Dios. Pues si Dios hubiera querido crear al ser humano monógamo, lo hubiera hecho.

    El matrimonio es una aberración que viene de la misma época en que se instituyó la propiedad privada y la esclavitud.

    No te dejes engañar, aunque «te hayas casado», eres libre!

  3. El Papa usa la palabra «movida» en sus escritos??!!

    Dios, el Papa es Mario Vaquerizo!!

    Sobre el asunto en sí: nada nuevo en el Vaticano, este Papa se está trabajando una imagen humilde y de vez en cuando suelta ambigüedades.

  4. Muchas gracias, Eduardo, por tu acertado análisis.
    No parece que el Papa actual vaya a realizar un cambio importante en materia de sexualidad (concepción de la sexualidad más allá de la reproducción, igualdad de derechos y de hecho en función de sexo, de orientación y/o de identidad sexual).
    Parece que sí tiene un discurso más renovador a nivel social y de combate de la corrupción interna de la jerarquía.
    Sin embargo, es pronto para juzgar sus hechos en este sentido.

    • Hay mucho marketing detrás del papa misógino.
      Hay que recordar que lideró la campaña anti-matrimonio homosexual en Argentina.
      Es muy difícil hacer ver esta realidad cuando casi toda la opión pública está fascinada con este señor.

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