Sociedad

Los enfermos de hipertensión, en riesgo por culpa del copago sanitario

Un estudio de la London School of Hygiene & Tropical Medicine concluye que la atención a esta enfermedad baja mucho en los sistemas sanitarios que pasan parte de la factura de tratamiento y medicamentos a los pacientes.

“La introducción del copago farmacéutico podría reducir la absorción de la atención necesaria e influir negativamente en la salud“. Así lo afirma en un nuevo estudio, publicado esta semana por la revista PLOS Medicine, Helena Legido-Quigsley, doctora especialista en sistemas de salud de la London School of Hygiene & Tropical Medicine.

“Este hallazgo tiene implicaciones claras para los responsables políticos en España“, afirma la investigadora. En su opinión, el copago de medicamentos debe evitarse “sobre todo en tiempos de austeridad, cuando más del 20% de la población española vive por debajo del umbral de pobreza y el 27% de la población activa está en paro“.

Las investigaciones realizadas para la elaboración de este documento sugieren que la ampliación de la cobertura del seguro de salud y la reducción de costos de los medicamentos que se pagan por los pacientes en países sin asistencia sanitaria universal y gratuita, como Estados Unidos, puede mejorar el tratamiento y el control de la hipertensión, una enfermedad que afecta a mil millones de personas en todo el mundo y provoca 7,5 millones de muertes al año.

Legido-Quigsley junto con varios colegas de la London School of Hygiene & Tropical Medicine, el Instituto de Investigación en Salud Poblacional y de la Universidad McMaster en Canadá, han revisado 53 estudios publicados en Estados Unidos, Finlandia, Israel y Brasil. La conclusión obtenida es que existe una relación entre el copago para la atención de la salud, incluidos los medicamentos, y la mejora en el control de la hipertensión. Cuanto menos tiene que pagar el paciente, mejor va su salud.

Sin embargo los autores han constatado que no hay suficientes estudios realizados en países de ingresos bajos y medios, que son los que soportan la mayor parte de la carga mundial de la hipertensión. También consideran que hay una necesidad urgente de investigar cómo los distintos  sistemas de financiación de la asistencia sanitaria afectan al tratamiento de esta enfermedad.  “Sin los resultados de dichos estudios“, concluyen, “los gobiernos y las organizaciones nacionales e internacionales no sabrán cuál es la mejor manera de hacer frente eficazmente a la crisis mundial de salud pública que plantea la hipertensión“.

Tras analizar y evaluar los resultados de su investigación , los autores se posicionan en contra de la aplicación del copago de medicamentos . “Aunque los estudios se llevaron a cabo principalmente en EEUU, sus conclusiones son susceptibles de ser aplicadas en cualquier sistema sanitario que lo lleve a cabo“.  Un sistema sanitario como el español, que desde la entrada en vigor del Real Decreto Ley 16/2012, en septiembre del año pasado, ha dejado de ser completamente gratuito y universal.

Además de configurarse como un sistema por aseguramiento (es decir, que solo pueden disfrutar de él de forma gratuita quienes tengan condición de asegurado o beneficiario) también trajo consigo la división de la cartera de servicios. De esta forma, deberán pagarse de nuevo (al margen de lo que se aporta a través de impuestos)  aquellos servicios considerados como “suplementarios“ y como “accesorios“. Dentro de los suplementarios se encuentran el pago de medicamentos, por ejemplo para paliar la hipertensión, que dejan de estar subvencionados, la implantación de prótesis a aquellas personas a quienes hayan tenido que amputarle un miembro o el transporte sanitario no urgente (como el de los pacientes que necesitan acudir en ambulancia a recibir diálisis varias veces por semana).

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