Internacional
Brasil quiso invadir Uruguay por temor al auge de la izquierda
El gigante sudamericano planeó una invasión en los años 60 por miedo a las corrientes progresistas. Respaldado por Estados Unidos, el gobierno golpista brasileño contribuyó a hacer efectivo el fraude electoral de 1971 en Uruguay
MADRID // Brasil planeó invadir Uruguay en los años 60 por miedo al ascenso de la izquierda revolucionaria y de las corrientes más progresistas. Esta es la tesis que defiende y documenta Federico Leicht , escritor y periodista uruguayo, en su nuevo libro Orden y Progreso (Ediciones de la Plaza, 2013). Respaldado por Estados Unidos, el gobierno golpista brasileño contribuyó a hacer efectivo el fraude electoral de 1971 que puso en el poder a Juan María Bordaberry, quien dos años más tarde dio el golpe de Estado que sumió a Uruguay en una feroz dictadura cívico-militar que se prolongó hasta 1985.
A pesar de ser una verdad socialmente asumida, el principal aporte de su investigación consiste en la demostración de estos hechos. A partir de documentos desclasificados de los gobiernos estadounidense, brasileño, argentino y uruguayo, además de las publicaciones periodísticas de la época, Leicht explica detalladamente cómo se planearon y se llevaron a cabo. Paradójicamente, es Uruguay el país que presenta mayores dificultades de acceso a los documentos de la dictadura militar. «Los papeles que pueden enriquecer esta investigación no son aún accesibles. Al gobierno del Frente Amplio [la coalición de izquierdas que gobierna en Uruguay desde 2005] le fueron entregados archivos microfilmados de aquella época que aún se mantienen reservados», cuenta el escritor desde Uruguay en conversación telefónica con La Marea.
Brasil, el gendarme de EEUU en América Latina
Cuando hablamos de la Doctrina de la Seguridad Nacional nos referimos a las acciones políticas estadounidenses durante los años 60 y 70 para que los distintos ejércitos latinoamericanos gobernaran en sus países. El objetivo principal era la erradicación de la ideología de izquierdas (comunista o socialista) y la imposición de una economía neoliberal a partir de la que sus empresas y las de sus socios pudieran enriquecerse. Y el primer país que sirvió a sus intereses fue Brasil. Según Leicht, el gigante sudamericano «actuó de gendarme de Estados Unidos en toda América del Sur“.
A partir de 1964 (año en el que comenzó la dictadura cívico-militar), Brasil, previamente adoctrinado por los estadounidenses, comenzó a entrenar ideológicamente, así como en técnicas de guerra y de tortura, a los militares de las Fuerzas Armadas de Chile, Argentina, Bolivia y Uruguay. Aquí se gestó el Plan Cóndor, un plan de coordinación de operaciones entre los regímenes dictatoriales del Cono Sur y Estados Unidos, que permitió el traslado de personas entre estos países para llevar a cabo acciones de represión, tortura y desaparición de miles de personas.
A partir de 1967 Brasil quiso ir un paso más allá. Preparó lo que en los documentos estudiados por Federico Leicht se conoce como Plan 30 Horas. Básicamente consistía en tomar Uruguay en ese lapso de tiempo para evitar que reaccionaran las organizaciones internacionales como la ONU o la OEA (Organización de Estados Americanos) y neutralizar así la amenaza comunista. No pudieron llevarlo a cabo, aunque finalmente lograron sus propósitos gracias al fraude electoral de 1971, que benefició al Partido Colorado y puso a Bordaberry en el poder.
«Sin verdad no hay justicia»
Leicht define a Uruguay como un «país gerontocrático», la forma oligárquica de gobierno en la que el poder de las instituciones está en manos de los más ancianos. «Los que fueron principales actores durante la dictadura cívico-militar también lo son ahora», recalca el autor. Y es que tanto el presidente de la República José Mujica, como el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, formaron parte del Movimiento Nacional de Liberación Tupamaro, principal fuerza de izquierdas de la época. Ambos fueron encarcelados y torturados por los dictadores de la época.
«Sabemos que desde 1985 los principales dirigentes tupamaros, entre ellos Mujica y Fernández Huidobro, han tenido encuentros esporádicos con los militares», explica Leicht. Como ha ocurrido con muchas dictaduras, incluida la franquista, el paso a la democracia se basó en una amnistía para los genocidas. En Uruguay, este perdón generalizado se tradujo en la Ley de Caducidad. Hubo dos referendos, uno en 1989 y otro en 2009, para que la gente decidiera si se anulaba la prescripción de esos delitos de lesa humanidad. En ambos casos se votó en contra.
Desde el Parlamento, uno de los que manifiestamente rehusó juzgar aquellos delitos fue el propio ministro de Defensa, Fernández Huidobro. Además, José Mujica declaró que «recién cuando todos estemos muertos se sabrá la verdad» y que había que liberar a los pocos militares presos porque estaban «muy viejitos». Así, Mujica aboga por el perdón histórico de quienes violaron los Derechos Humanos.
«Con esta investigación intento rascar en la Memoria Histórica uruguaya. Creo que sin verdad no puede haber justicia», explica Leicht, que asegura que no es una inquietud exclusivamente suya: «En los últimos años se ha notado una corriente revisionista por parte de los sectores más jóvenes de la sociedad». Esto se ha traducido en un auge de la edición de libros y reportajes basados en el periodismo de investigación para tratar de arrojar luz sobre ese período oscuro de la Historia de Uruguay. Su objetivo es, por un lado, terminar con las leyendas y los mitos heroicos de algunos miembros de la izquierda. Por el otro que, antes de que mueran, puedan ser juzgados los criminales fascistas que sumieron al país en una dictadura del terror durante más de una década.
¿por qué los seres más mediocres en lugar de reconocer su mediocridad y quitarse de en medio para dejar vivir en paz y equidad a la humanidad se empeñan en manipularla, dominarla y dirigirla?
Preciso es que la humanidad durmiente abra los ojos, despabile y se organice si queremos librarnos de esos yugos opresores, depredadores y criminales que, desde la sombra, y por encima de sus criados los políticos, mueven los hilos de la humanidad.
Bien preciso es que concentremos nuestro pensamiento y acción en ello en lugar de lamentarnos de lo que están haciendo.
SEGUNDA PARTE
El primer presidentillo derechón nos puso de felpudo ante un país con mas historia española que anglosajona, limpiándole los zapatos a Bush e involucrándonos en una guerra contra un Pueblo inocente que aún no ha terminado de recuperar su paz sufriendo atentados diarios que asesinan cientos de personas. Mientras, montó el teatro del *milagro español* creando una prosperidad ficticia con su invento de la burbuja inmobiliaria origen de la crisis económica genuinamente española que nos va a durar medio siglo. Desde Bruselas le previnieron de las amenazas islamistas por haber entrado a formar parte del contubernio delictivo de Las Azores contra un país islámico y también del error garrafal de fundar los recursos en una base tan falsa como era la especulación puntual sin futuro para la economía progresiva.
Resultado de estas animaladas de un cualquiera: LA HERENCIA A RECIBIR EN DIFERIDO para las posteriores legislaturas como verdadera arma de destrucción masiva.
Bueno, para terminar; sumemos esos ocho años aznarinos nefastos a los dos de este otro cualquiera; repugnante cobarde que ha entrado a saco para robarnos desde la sombra y a la luz en diferido, todo lo que durante mucho tiempo dejándonos atrás a nuestros ancestros fusilados en las cunetas, habíamos conseguido en 35 años de democracia y obtendremos como resultado que mierda mas mierda es una gran mierda derechona, pero demás: LETAL.
Congratulaciones, Pueblo Español. Has pasado de TONTODE LOS COJONES a LOCO DE LOS COJONES según se desprende de las encuestas sobre intención de voto que no castiga a la banda de facinerosos, sino que la mantiene.
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PRIMERA PARTE
Frecuentemente en tertulias barescas o de ocio vecinal week end con mas o menos barbacoa, hemos sacado a relucir lo que se convirtió en axioma mencionando la política de igualdad en los EEUU, donde un ciudadano es igual a otro y puede acceder a las mismas oportunidades dependiendo solo de su capacidad para realizarse.
Dejaremos aparte la otra realidad que es que si no llegas a realizarte por tus propios medios nadie te va a ayudar y te tratarán como *perdedor* peor que a un perro.
Pero bueno; a lo que me refiero es al primer argumento de igualdad teórica bajo el lema de: CUALQUIERA PUEDE AQUI LLEGAR A SER PRESIDENTE DE LA NACION.
En España la derechona les ha imitado tanto que ha probado que eso es verdad, pero se ha olvidado añadir que CUALQUIERA MIERDA.