Internacional

Racismo contra los solicitantes de asilo en Alemania

El partido neonazi NPD y parte del vecindario inicia una campaña contra el proyecto de convertir una escuela abandonada en un albergue para solicitantes de asilo en Berlín

Roger Suso (BERLÍN) // «No al albergue», «Fuera de aquí», «Primero los de casa» o «Alemania para los alemanes»: estas fueron algunas de las consignas gritadas durante los intentos de pogromo que protagonizaron grupos neonazis y gran parte del vecindario en las poblaciones de Hoyerswerda y Rostock-Lichtenhagen contra las personas solicitantes de asilo, en los años 1991 y 1992 respectivamente, ante sus albergues. También son los gritos y los ataques verbales que se pudieron escuchar el pasado 9 de julio en Berlín, donde gran parte del vecindario, varios neonazis y el partido neonazi NPD se manifestaron contra la remodelación de una escuela abandonada para convertirse en albergue para solicitantes de asilo.

Desde hace semanas, operarios y trabajadores están reformando el instituto Max Reinhardt, en la calle Carola Neher del barrio berlinés de Hellersdorf. Ha estado en desuso durante más de cinco años, y trabajan para convertirlo en una residencia con capacidad para 400 personas solicitantes de asilo y refugiadas que han acabado en Alemania solicitando alojamiento tras huir de sus hogares, de la muerte o de la persecución. Hellersdorf es el barrio más oriental del antiguo Berlín-Este, un barrio de Plattenbauten –de edificios socialistas prefabricados con paneles- en la frontera con Brandenburgo.

Una asamblea instrumentalizada

En un acto el 9 de julio, el alcalde del distrito, Stefan Komoß, del socialdemócrata SPD, acompañado por la concejala de Asuntos Sociales también del distrito, Dagmar Pohle, de Die Linke, realizaron un acto de presentación con el vecindario para hablar del proyecto. La asamblea se llevó a cabo en los terrenos adyacentes a la escuela. Asistieron unas 1.500 personas, unos 60 neonazis y también unos 200 miembros del movimiento antifascista junto con solicitantes de asilo de la acampada de Oranienplatz.

Durante el acto, la tensión reinaba en el ambiente. El estado de ánimo fue en todo momento agresivo y la xenofobia de gran parte del público generó pequeñas escaramuzas. Vecinos y vecinas protagonizaron acaloradas y polarizadas discusiones entre ellos y con los políticos. La ultraderecha gritó consignas racistas durante varios minutos. Los gritos de «Nazis fuera» tampoco faltaron. La policía antidisturbios fue desplegada en medio de la presentación.

El movimiento neonazi ha aprovechado el caso del albergue para sus propósitos y su campaña, para sacar réditos y arañar nuevos votos. Y es que el principal partido neonazi de Alemania, el NPD, con representantes electos en los parlamentos regionales de Mecklemburgo-Pomerania Occidental y Sajonia, calentó el ambiente del acto informativo para instrumentalizarlo y para establecer un clima de miedo y odio en el vecindario hacia las personas solicitantes de asilo. En el acto participó Sebastian Schmidtke, presidente del NPD en Berlín, que, desde su lugar en el público, tomó la palabra e hizo un discurso incendiario y de odio contra las personas migrantes y solicitantes de asilo. En ocasiones, su discurso fue un llamamiento al vecindario a protagonizar un intento de pogromo, «a salvar Alemania». Incluso entre las personas que arropaban a Schmidtke, había quien llevaba camisetas con la inscripción «22.-26. 8. 1992 «, referente a los días del pogromo en Rostock-Lichtenhagen.

Aparte de miembros berlineses y de Brandeburgo del NPD, asistieron al acto María Fank, compañera de Schmidtke y presidenta estatal de RNF, la sección femenina del NDP -que también oró desde el público-, y los principales cuadros del grupo de camaradería neonazi strasserista NW Berlín, con Julian Beyer a la cabeza, vestidos con ropa de Thor Steinar, Erik & Sons y camisetas con un smiley con bigote hitleriano. El NPD repartió octavillas en el acto y gran parte del vecindario coreó las consignas racistas que gritaban. También hubo gritos de «traidores» y «gitanos» contra las representantes del distrito. Fotógrafos antiantifa, acreditados con carnés de prensa, retrataron al vecindario a favor del albergue, a miembros de Antifa y a varias estudiantes de la Universidad Alice Salomon de Ciencias Aplicadas que asistían al acto.

El racismo estructural y las iniciativas ciudadanas

La oposición vecinal al proyecto está creciendo. Se ha creado una plataforma contra el proyecto del albergue. Se llama «Iniciativa Ciudadana Marzahn-Hellersdorf» (BMH, en sus siglas en alemán), la cual está movilizando con éxito al vecindario a través de octavillas y las redes sociales, y que recibido muchas adhesiones en su web en Facebook -por encima de las 1.500-. La iniciativa, que al ser una plataforma puede usar espacios municipales, afirma que no está en contra del derecho de asilo. Tan sólo no quiere el albergue en su barrio: el eufemismo clásico del principio de San Florián o Nimby (acrónimo inglés que significa Not in my back yard). A la vez publica en Facebook que «los solicitantes de asilo deberían ser deportados sistemáticamente a sus países de origen».

La xenofobia simbólica enquistada en el centro de la sociedad practica diariamente el racismo de los pequeños gestos que, con eufemismos e hipérboles, criminaliza a la pobreza y culpabiliza al extranjero de los problemas sociales y de bienestar colectivo. De la crisis económica y del paro. En esta línea afirma que la inauguración del albergue supondría «un aumento de la suciedad en el barrio y también el establecimiento de redes de tráfico de drogas, de prostitución y el aumento de los robos». Algunos vecinos dicen que «son ellos los que necesitan ayudas sociales y no los refugiados sirios que han de venir». «¿Qué podemos hacer para cerrar el albergue antes de que se empiecen a matar entre ellos?», pregunta otro vecino en Facebook.

Los neonazis escondidos detrás de «iniciativas neutras»

Sin embargo, como ha destapado una investigación de Antifa Berlín, esta iniciativa ciudadana de carácter ultraderechista tiene importantes elementos neonazis detrás. La Directa ha podido saber que Thomas Crull, excandidato en 2011 al ayuntamiento de Hellersdorf por el NPD, es el responsable de prensa. Otro de los grandes implicados de BMH es Lars Niendorf, miembro activo de NW Berlín y responsable de acarrear la bandera del grupo en las concentraciones que hace. También el concejal del NPD en Hellersdorf, Matthias Wichmann, y André Otto, regidor en 1998 del partido neonazi la Unión del Pueblo Alemán (DVU) del magnate bávaro Gerhard Frey, en el barrio de Lichtenberg y detenido por protagonizar, con otros miembros de DVU, una agresión racista ese mismo año. Por su parte, como informa Antifa Berlín, Schmidtke, bajo seudónimos es muy activo en la red fomentando la BMH.

Las autoridades socialdemócratas no ven racismo

Tanto el alcalde del distrito Komoß, como el alcalde-gobernador de Berlín, ambos del SPD, como el consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de la capital, el democristiano Mario Czaja condenaron las acciones llevadas a cabo por los neonazis. Sin embargo, negaron que el origen del problema en Hellersdorf sea la presencia estructural del racismo en el centro de la sociedad y la cosmovisión del vecindario, que se mueve por estereotipos, temores y desconocimiento. Komoß negó también en una entrevista al periódico Taz que exista un ambiente propicio al pogromo.

Por otra parte, en las últimas semanas, la población checa de ?eské Bud?jovice está viviendo también un intento de pogromo protagonizado por grupos neonazis contra la población romaní y sinti. El ambiente es global. Tras las protestas xenófobas contra la conversión del instituto Max Reinhardt en un albergue de personas solicitantes de asilo, un grupo de vecinos y vecinas creó una página en Facebook de apoyo al proyecto. Se trata de la iniciativa «Hellersdorf ayuda a los solicitantes de asilo», que ya ha recibido más de 5.000 adhesiones, superando a la iniciativa racista. Su objetivo es fomentar la convivencia, la cohesión social y combatir el racismo.

El NPD prepara nuevas provocaciones

Viajando con un bus en varios puntos de la ciudad de Berlín donde hay albergues para personas solicitantes de asilo, el NPD se ha manifestado este sábado 13 de julio. El inicio de la gira racista está muy cerca del campamento de protesta de personas solicitantes de asilo en Oranienplatz, en el barrio de Kreuzberg. Las otras paradas son los barrios de Marzahn, Reinickendorf, Spandau y Marienfelde. En la acampada de Oranienplatz, erigida en octubre de 2012, el colectivo de personas solicitantes de asilo reclama acabar con el Residenzpflicht, la ley que las confina a vivir en centros de internamiento -la mayoría de ellos en condiciones pésimas y situados en las afueras de las poblaciones o en antiguos cuarteles militares- y les prohíbe abandonar el lugar de residencia asignada y viajar a otras ciudades.

También piden la abolición de la prohibición a la que están sujetos, tanto para buscar trabajo de manera autónoma como acceder a cursos oficiales de lengua alemana. A esto hay que añadir el fin de las deportaciones, del racismo policial y de las tarjetas de racionamiento, que les obliga a comprar un tipo de comida concreto y en establecimientos predesignados -como los supermercados de la cadena REWE-. Como último punto, la asamblea de Oranienplatz pide a las autoridades que otorguen permisos de residencia a las refugiadas y que se agilice el procedimiento de asilo, ya que el proceso suele tardar varios años y representa un desgaste psicológico elevadísimo. El campo está amenazado de desalojo.

[Artículo publicado en La Directa]

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Comentarios
  1. Me gusta mucho vuestra información sobre el racismo y el NPD en Alemania. Sigue siendo un gran tema aquí y ni los políticos ni la prensa alemana lo nombran tan claramente (por ciertos razones) como vosotros. Seguid así !qué desaparezca este ideario!

  2. si esto pasa en Berlin, que hasta ahora era un referente de tolerancia ¡cual no será el «sentir» en otras muchas partes de Alemania!

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