Sociedad
“Si se mantienen los recortes en Sanidad, la población española podría estar en riesgo”
Helena Legido-Quigley es la responsable del estudio publicado en la British Medical Journal sobre los efectos de los recortes en la Sanidad española.
El nombre de Helena Legido-Quigley ha invadido los medios de comunicación de todo el mundo estos últimos días. Esta doctora especialista en sistemas de salud es la responsable del estudio publicado en la British Medical Journal sobre los efectos de los recortes en la sanidad española. Las noticias acerca de esta investigación han recibido más de 80 millones de visitas desde que vio la luz hace casi una semana.
Comenzó a ser consciente de la excelente calidad del sistema sanitario español mientras hacía el doctorado en investigación de Sistemas de Salud en la London School of Hygiene & Tropical Medicine, donde actualmente trabaja. “Consistía en evaluar el grado de satisfacción de los británicos respecto a la Sanidad pública española. Creí que obtendría muchas quejas pero, al contrario, casi todos se mostraban muy satisfechos con la calidad de la asistencia y el trato recibido por parte del profesional”, recuerda.
En estos días se encuentra en Seattle, en la Conferencia de la Global Health Metrics and Evaluation. Desde allí, a pesar de las nueve horas de diferencia con España, nos atiende por teléfono para tratar de profundizar en los hallazgos de este revelador estudio.
¿Cómo surgió la idea de plantear este estudio?
El profesor Martin McKee había realizado un proyecto de investigación sobre el impacto de los recortes en la sanidad griega. A raíz de esta experiencia me interesé por saber qué pasaba y qué podía pasar en España. Empecé a plantearme por qué se había empezado a desmantelar el sistema de salud español, que no solo tiene uno de los mejores indicadores de Europa y un nivel altísimo de satisfacción en la población, sino que -y esto es algo que no demasiada gente sabe- era uno de los más baratos (la media Europea está en el 7,5% del PIB y en España se invierte el 7%). Comencé a investigar para leer todo lo publicado al respecto y descubrí que apenas había material, ni sobre el impacto de la crisis en la sanidad pública ni sobre reformas llevadas a cabo.
¿Lo que ha ocurrido en Grecia es lo que está pasando ahora en España?
Aún es pronto para sacar esta conclusión. El impacto de los recortes sí se ha podido ver en Grecia porque hace bastante tiempo que se están llevando a cabo. En España apenas acaban de implantar reformas similares. En el estudio del profesor McKee, por ejemplo, se obtuvo una evidencia: que la crisis había provocado un deterioro claro en la salud mental de los ciudadanos. En la investigación que hice yo, la única evidencia es que, en Cataluña, los suicidios han aumentado un 10% y los intentos fallidos un 20% entre 2010 y 2011. La conclusión más clara a la que llegamos es que, de seguir en la misma línea, la realidad griega podría ser la española, aunque aún es reconducible.
¿Cómo obtuvieron los datos?
Además de que apenas existen informes académicos sobre el efecto que ha tenido la crisis en la salud, tampoco pude acceder a documentos oficiales ni sobre el impacto de los recortes ni sobre sus posibles consecuencias; no sé si porque no los han elaborado o porque no los han publicado. Aún así conseguimos analizar la poca literatura académica que había, los documentos oficiales que describían los recortes y lo publicado en los medios de comunicación. Para abordar el impacto de los recortes decidí consultarlo con médicos y enfermeras. No para que su testimonio sirviera como prueba irrefutable, pero sí para nutrir el estudio de testimonios de personas que conviven día a día con la realidad de la sanidad y poder conocer su punto de vista.
¿Las conclusiones de su estudio son opinables o son evidencias incuestionables?
Por un lado, el estudio aporta por primera vez datos descriptivos sobre las reformas y una evidencia clara sobre el impacto de la crisis en la salud mental. Pero también trata de presentar evidencias científicas sobre tres de las reformas que ha experimentado el sistema de salud español: la falta de universalidad, el copago y la privatización de la gestión.
Respecto a la universalización, nuestra investigación ofrece una hipótesis basada en el caso griego más que una evidencia. Es decir, advertimos de que si se le niega atención médica a medio millón de personas (por el motivo que sea, en este caso por ser inmigrantes sin papeles) conlleva un riesgo para la salud pública. No está pasando aún en España pero, tal y como ha pasado en Grecia, el riesgo de contagio de enfermedades infecciosas se va a elevar considerablemente si se mantienen este tipo de medidas. En cuanto al modelo de financiación, tampoco hay resultados claros. Quisimos averiguar si el sistema de salud público es más eficiente que el privado y el resultado no fue concluyente. En Italia y Grecia sí hay evidencias de que, en algunos aspectos, los públicos son mejores. Pero no son resultados que nos sirvan para afirmar que, desde el punto de vista sanitario, es mejor el sistema público que el privado.
Pero en el caso de la implantación del copago sanitario sí hay evidencias…
En este caso sí. Hay un estudio clásico en Estados Unidos que sugiere que si el paciente tiene que pagar por acceder al sistema sanitario deja de ir al médico, tanto si tiene dolencias graves como si son leves. Y, además del enorme riesgo que se derivan de este tipo de decisiones, resulta que esta medida, que se supone que se toma para ahorrar, puede terminar saliendo más cara.
En su estudio advierten de que los recortes en Sanidad incrementan el riesgo de sufrir patologías infecciosas tales como tuberculosis o VIH. ¿Por qué esas enfermedades y no otras?
Hablamos precisamente de la tuberculosis y el VIH porque es lo que ha pasado en Grecia. Estas son patologías que pueden desarrollarse en inmigrantes sin papeles si no tienen acceso a la atención sanitaria, porque no tienen capacidad para atajarlas a tiempo y son muy contagiosas. Y ya que tocamos este tema, quisiera aclarar que nosotros no afirmamos que ya se hayan incrementado, como han publicado algunos medios. Para conocer cuáles son las consecuencias de los recortes y las reformas en el sistema sanitario español tienen que pasar, por lo menos, dos años. Nosotros simplemente alertamos sobre lo que puede llegar a ocurrir si la situación no cambia.
Las entrevistas a los médicos, ¿con qué finalidad se realizaron? ¿Y por qué solamente en Cataluña?
Quisimos hablar con ellos para que nos contaran cuál había sido el impacto directo de los recortes desde su experiencia. Las citas más representativas de lo que han supuesto son las que incluimos en el estudio. Elegimos Cataluña porque, mientras estaba realizando la investigación, era la única comunidad autónoma que en la que se habían puesto en marcha los recortes, si bien se preveía que se extendería a otras CCAA. Aunque estos testimonios tampoco son evidencias. Las medidas de ajuste habían entrado en vigor hacía apenas tres o cuatro meses y, al haber pasado tan poco tiempo, era imposible evaluar su impacto real.
¿Qué cree que es lo más destacable de estos testimonios?
Probablemente la preocupación de los médicos por la repercusión de los recortes en los pacientes. El estudio incluye tres ejemplos en los que hablan de una reducción de personal –que conlleva una peor atención al enfermo- o una disminución del número de ambulancias y, por tanto, más posibilidades de que el paciente no pueda llegar a tiempo al hospital para ser tratado en un caso grave. También se habían cerrado quirófanos en muchos hospitales por lo que, al final, o el paciente termina en urgencias por no operarlo cuando debían o lo derivan a una clínica privada. Este proceso refleja cómo se implementan unos recortes para ahorrar costes sin pensar en que las consecuencias no solo pueden dar lugar a mayores costes, sino también ir en detrimento de la salud.
¿Esperaba que su estudio tuviera tanta repercusión?
Suponía que en España sí que tendría cierta relevancia, pero no que lo publicarían en medios de comunicación de todo el mundo. Y me pone muy contenta porque el objetivo, precisamente, era crear debate. Me da sensación de que en España la población no es totalmente consciente del peligro que supone perder la buena calidad de la sanidad pública, y es positivo que se hable de ello. Además de necesario porque cuando recortas en estructuras que funcionan bien se tarda mucho en recuperarlas. Las críticas que he recibido, precisamente de británicos que residen en España, giran en torno a que no dejo lo suficientemente claro lo excelente que es el sistema de salud español y lo que podríamos llegar a perder si las medidas de ajuste y los recortes se siguen aplicando.
¿Tiene pensado seguir investigando sobre el efecto de los recortes en Sanidad?
Sí, claro. El estudio que acabamos de publicar es el primer paso. Dentro de dos semanas vamos a entrevistar a médicos en Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid. Queremos preguntarles acerca del impacto que ha tenido la crisis en el sistema sanitario, pero también si se han encontrado con algún problema ético o moral respecto a la merma en la calidad de la atención al paciente o de la imposibilidad de los inmigrantes sin papeles de acceder a la atención médica. Y, casi seguro, vamos a ampliar la investigación a Grecia, Portugal e Irlanda del Norte. Creo que dentro de unos seis meses, más o menos, vamos a poder publicar el resultado de las investigaciones que estamos a punto de comenzar ahora.
Los recortes en Sanidad son ETA.
Bienaventurados los que estén en riesgo aquí porque en el Reino de mi Padre ya no tendrán ningún riesgo.