Política
La democracia en España da “un gran salto hacia atrás”
La valoración ciudadana de la democracia ha caído un punto desde 2008, con una nota de 5,2, que roza el suspenso // La crisis social, política e institucional en España "no tiene precedentes", según un informe de la Fundación Alternativas
MADRID // El apoyo ciudadano a nuestro sistema político y económico «se ha roto» por obra y gracia de los recortes, de las enormes desigualdades y del descrédito de las instituciones. Este es el panorama que describe el Informe sobre la Democracia en España en 2013, elaborado por la Fundación Alternativas, cuya principal conclusión es que nuestra democracia ha dado «un gran salto hacia atrás», que la sitúa al borde del suspenso, con una nota de sólo 5,2%.
Desde 2008, la calificación que merece la democracia española en este informe, elaborado a partir de consultas con expertos en diversos ámbitos, ha caído un punto, explicó Belén Barreiro, directora del Laboratorio de la Fundación. De este descenso, la mayor parte, un 60%, 0’6 décimas, se ha producido en el último año, a partir de la llegada al poder del Partido Popular.
Las razones se remiten a la crisis económica, pero no sólo a ella: «La crisis económica y la gestión que se está haciendo de ella, entre otros factores, han provocado una crisis social, política e institucional sin precedentes en la historia de la España democrática», asegura el informe. Esta crisis se traduce, deploró Barreiro, en una sociedad «más dividida y más desigual, en la que la pobreza es más extensa y más intensa».
Con la crisis, la desconfianza hacia Europa también ha aumentado, «no sólo por las críticas a las políticas de austeridad sino también por el déficit democrático en las decisiones europeas, que hace que los ciudadanos no se sientan dueños de su destino», prosiguió la directora del Laboratorio de Alternativas.
«La democracia se percibe como cada vez más intervenida, algo que incluso el propio presidente Rajoy ha reconocido cuando declaró ‘Los españoles no podemos elegir’. El descrédito no sólo atañe al PP -un partido que ha hecho, precisó Barreiro, «todo lo contrario a lo prometido en su programa, que se basaba en no subir impuestos ni hacer recortes indiscriminados y en la transparencia»-, sino que también afecta de forma muy significativa al PSOE, en un contexto de crisis del bipartidismo que, sin embargo, formaciones políticas más pequeñas no están capitalizando «tanto como quizás esperan».
Con todos estos datos, el informe llega a la conclusión de que las políticas económicas del Gobierno «no son democráticamente sostenibles». Sin embargo, a pesar del descontento que se traduce en un número récord de protestas -casi 90 manifestaciones diarias en 2012- estas políticas «no tienen consecuencias» pues no ha habido aún «un estallido social».
«La sociedad española se siente huérfana, pues uno de cada dos españoles no sabe a quién votar», deploró la responsable de esta fundación considerada próxima al entorno del PSOE.
Un Gobierno que gobierna a golpe de decreto
«El Gobierno está decidido a gobernar sin debate y sin contar con la oposición», afirmó Ignacio Urquizu, uno de los investigadores que ha elaborado el informe. El sociólogo aludía a los 29 decretos ley aprobados por el Ejecutivo en su primer año en el poder. El decreto ley se considera un mecanismo extraordinario, previsto sólo para las leyes que deben ser aprobadas con urgencia, pues excluye el debate parlamentario.
Buena parte de la sociedad percibe al actual Ejecutivo como un peón de Europa, que además recibe órdenes de instituciones que le dan instrucciones en «asuntos que no les competen», lo que aumenta la sensación de los ciudadanos de que existe una continua «intromisión de la UE».
Urquizu puso el ejemplo del Banco Central Europeo, una institución que sólo tiene competencias en política monetaria y que, sin embargo, no ha tenido reparos en «enviar una carta a los gobiernos de España e Italia con instrucciones sobre las pensiones, la Constitución y la educación».
El desprestigio de la Unión Europea, del Gobierno y de los dos principales partidos, así como el del resto de las instituciones, empezando por la Corona, ha llevado a los españoles a experimentar una insatisfacción con el funcionamiento de la democracia 17 puntos porcentuales por encima de la media europea, recalca el documento.
Pobres más pobres y ricos más ricos
«Un estereotipo muy arraigado con la crisis es que ésta ha tocado a todas las clases sociales. Esto no ha sido así, pues las rentas altas han seguido creciendo mientras las medias y bajas se han desplomado; el reparto del impacto de la crisis ha sido muy desigual, debido en gran parte a que teníamos, ya antes de la crisis, un modelo distributivo muy vulnerable y niveles muy altos de desigualdad», subrayó el economista Luis Ayala, que también ha participado en el informe.
Este catedrático de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid vinculó estos altísimos índices de desigualdad en España con la debilidad estructural de las políticas redistributivas en España. En el informe, el economista desmonta también «otro estereotipo», como es la acusación a los ciudadanos de haber vivido «por encima de sus posibilidades», cuando lo que ha sucedido «ha sido justo lo contrario».
«La explosión de la desigualdad, la mayor desde que empezó la democracia, se debe a la ausencia de una protección social fuerte. En otros países que sí la tienen, la crisis no se ha traducido en un aumento semejante de la desigualdad. Así, España se ha convertido en uno de los tres países más desiguales de Europa, sólo por detrás de Bulgaria y Letonia», recalcó Ayala.
El catedrático, que pronosticó un futuro «muy negativo», deploró también que la tasa de paro en esta crisis afecte especialmente a los «sustentadores principales» -los cabezas de familia- de los hogares, cuyo índice de desempleo es del 22,5 % (casi uno de cada cuatro). «En la crisis de los 90, este desempleo de los cabezas de familia no era tan alto y ello actuó de colchón contra la crisis».