Economía
El dato de paro de mayo y la propaganda de la recuperación
Resulta patético que, además de vender brotes verdes inexistentes, Rajoy alardee de su decisiva actuación para evitar el rescate, ya que este formalmente existe desde el inicio de la crisis y costó las elecciones al PSOE.
Alejandro Inurrieta // Mañana martes se conocerán oficialmente los datos del paro de mayo, en los que Mariano Rajoy se basó el sábado para anunciar, en el Círculo de Economía catalán, la inminente recuperación económica. El análisis de coyuntura del presidente del Gobierno deslumbró a los grandes periódicos, que abrieron sus ediciones de ayer con el enésismo anunciode que lo peor ha pasado, sin que se sepa aún para quién.
Resulta patético que, además de vender brotes verdes inexistentes, Rajoy alardee de su decisiva actuación para evitar el rescate, ya que este formalmente existe desde el inicio de la crisis y costó las elecciones al PSOE. La Comisión Europea sigue interviniendo activamente en la política económica española, especialmente en materia laboral y fiscal y en el sistema público de pensiones. Las nuevas medidas que exige Bruselas obligarán a reducir las pensiones presentes y futuras, subir el IVA y recortar aun más la prestación por desempleo. Por ello, resulta más inverosímil si cabe la propaganda de la recuperación, puesto que las principales macromagnitudes, especialmente el consumo e inversión privada, no mejorarán a medio plazo. Sin estas variables –por más que los economistas de oferta se empeñen en negarlo– es imposible que se recupere la actividad.
Uno de los mayores frenos para la recuperación es el exceso de endeudamiento privado, que lastra la posibilidad de invertir y consumir. Esto es, precisamente, lo que ha puesto de manifiesto la famosa economista Carmen Reinhart, de la Universidad de Harvard. Ella avala algo que algunos llevamos tiempo recomendando, como son las quitas de deuda privada, ya que, si estas no llevan a cabo, el enorme montante de pasivo acabará siendo nacionalizado y, en consecuencia, la ratio de deuda pública sobre PIB se disparará, como ocurrió en Irlanda. O como sucedió en EEUU con Fannie Mae y Freddie Mac, que fue de libro: gran parte de esta deuda privada se transformó en deuda pública.
Una de las principales conclusiones de cualquier crisis de deuda – y estamos ante una– es que el deudor no va a pagar todas sus obligaciones. Por ello, Reinhart propone, como hemos hecho otros, que en lugar de ayudas públicas a la banca se debería haber realizado una quita ordenada y coordinada de deuda privada, a pesar del riesgo sobre otros sistemas bancarios europeos. Hay que ser conscientes de que una crisis de deuda se resuelve con quiebras, impagos y quitas de deuda.
En suma, una quita de deuda tendría un impacto inmediato sobre actividad, consumo, inversión y empleo. Todas las posibles reformas milagrosas de oferta que se invocan tardarán tanto tiempo en tener efecto que muchos de los que estuvieron el sábado en el encuentro del Círculo de Economía no lo verán, salvo que renueven su mandato político. Escuchar a gente como Reinhart tal vez sea más útil en este momento que comprar la propaganda de Rajoy y su ministro Guindos.
El debate sobre el paro no debe distraernos del mayor de los problemas: el desamparo. http://wp.me/p2v1L3-kn
A través del plasma ayer nos anunció una *agradable sorpresa* para el martes.
Todos esperamos que esa sorpresa consista en que dimite el gobierno en pleno y convoca nuevas elecciones, porque lo de que por fin de la noche a la mañana haya creado 6 millones de puestos de trabajo, devuelto las pagas extraordinarias robadas, y dejado todo lo público como se lo legó Zapatero, es imposible que con un cerebro de rana se pueda realizar.