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Una vez tuve el sueño de investigar, curar y ayudar…

Una vez tuve el sueño de investigar, ser científico para poder contribuir al bienestar de la sociedad, por un lado creando conocimiento y por otro aplicándolo en la mejor calidad de vida. En cierto modo lo conseguí, actualmente soy Doctor en bioquímica, con una tesis doctoral en el estudio de la Diabetes tipo II, experiencia en Inmunología, en Microbiología, en Química analítica.

Mi formación les ha costado a los contribuyentes cientos de miles de euros, esperaba poder devolverlos en forma de producción científica y cada día me doy cuenta que el futuro de la ciencia está fuera. La austeridad es una palabra que mal interpretada puede descabezar algo tan importante como la I+D+i, tres letras que sustentan el desarrollo de un país. La productividad nunca podrá sustentarse en el sector servicios, en el turismo, en la construcción de vehículos (como tanto gustan los anunciantes de utilizar como reclamo publicitario… coche fabricado en España, pero oportunamente olvidan decir, tecnología extranjera, ingenieros extranjeros).

Actualmente muchos de mis compañeros investigadores me han contado en cafés, donde arreglamos el mundo, que en sus laboratorios no se puede contratar doctores, que algunas líneas de investigación tienen que cerrarse, que en algunos centros de investigación hay investigadores que no pueden hacer más que leer y escribir, porque no hay dinero, investigadores que se han quedado sin sus animales de investigación porque no tienen dinero para mantenerlos.

De lo que no nos damos cuenta es que un parón como este en investigación no va a durar un par de años, ha lastrado la investigación para muchos años. No se trata de mañana echar unos millones de euros y voila, todo arreglado, nada más lejos, se necesitarán muchos, muchos años en la recuperación y regeneración de un tejido científico; primero formación y actualización de los científicos, estar al día no es un trabajo banal, se requiere mucho estudio, lectura un trabajo personal, además la formación de jóvenes científicos, las becas y contratos NUNCA han sido justos, siempre han dado una mínima calidad de vida, en muchos casos nunca hemos cotizado a la seguridad social, hemos sido estudiantes obligados durante años, empezando a cotizar con 30 años, incluso aunque trabajásemos desde los 18.

Después, la fuga de cerebros que tan eufemísticamente se ha dicho que es positivo (nuestra ministra que no está exenta de un gran sentido del humor un tanto oscuro, así como Esperanza Aguirre, que defiende que es algo positivo).  Lo que no quieren decir, u oportunamente olvidan, es que un flujo de migración que pretenda ser positivo, requiere dos cosas principales: que investigadores extranjeros lleguen a España para aportar conocimiento y además que los investigadores “aventureros”, tengan una posibilidad real de volver a su país y encontrarse centros de investigación donde desarrollar lo aprendido.

Esto se hizo una vez en España, en la edad de plata española (1907-1939), cuando nuestro único premio Nobel Científico (D. Santiago Ramón y Cajal, pues D. Severo Ochoa exiliado tras la guerra, cuenta como premio Nobel de USA), presidió y dirigió una entidad llamada Junta para Ampliación de Estudios, dedicada a dar “pensiones” (becas de investigación en el extranjero) y al volver recolocar estos cerebros en diferentes centros de investigación donde aplicaron lo aprendido. En esa época España creció hasta ser referente europeo, eso sí que era una Marca España; ahora la austeridad nos ha vuelto a colocar como referente de muchas cosas, pero ninguna que merezca la pena destacar.

El otro gran problema de la austeridad es la cultura científica ( la divulgación a la sociedad) durante años he presidido una entidad sin ánimo de lucro dedicada a producir divulgación para el pueblo, llevando la cultura científica a tantos centros públicos como podíamos (si, primamos los públicos sobre privados o concertados), por que la cultura científica de la sociedad es básica, primero para saber separar pseudociencia que puede ser peligrosa de la ciencia que puede ayudarnos y segundo porque es necesario que el pueblo tenga una explicación clara y directa de lo que se hace con su dinero y por qué  España ha sido una gran productora de ciencia (hasta hace unos años, claro está), dando un motivo de orgullo real por la patria; pero sobre todo para explicar a la sociedad que está haciendo la ciencia y tecnología para influir en nuestra calidad de vida. Ya el artículo 38 de la Ley de Ciencia del 2011 (tenemos que decir que es del Gobierno de Zapatero, al Cesar lo que es del Cesar), nos indica a los científicos que la proyección científica a la sociedad es parte de nuestro trabajo, lamentablemente al no desarrollarse o cuantificarse esto para evaluarse en los CVs, aún está en pañales.

Y lo peor está por llegar, ya no hablo de recortes en Sanidad, con los consecuentes problemas de salud, en los que no me atrevo ni a entrar; no, lo peor de cara a enfrentarnos a un futuro es la educación, el daño que se ha infligido y se va a infligir, los niños son el futuro, y sin les retocan una y otra vez el sistema educativo, que serán de mayores. No nos damos cuenta que las universidades no son institutos grandes, son centros de formación de ciudadanos completos, la transformación que sufren en centros de formación de técnicos… ¿Dónde nos llevará?

Ernesto Caballero es Investigador-Colaborador en la Universidad Autónoma de Madrid

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Comentarios
  1. No creo que se pueda decir más claro, un país sin investigación está condenado al fracaso, pero lo peor de todo es que hemos invertido en estos doctores muchos millones para que ahora se vean abocados a marcharse y dar esos frutos a otros países, por qué dejamos que esto pase? No se puede recortar en investigación, pero claro, en este país todos piensan que se puede vivir del sol, toros, ladrillo y fútbol, por favor, pongan los pies en el suelo, miren a su alrededor, necesitamos industria, necesitamos productos propios, patentes,artículos que poder publicar, y desde luego con laboratorios llenos de vacio, de huecos, y de papel….no vamos a ningún lado.

  2. Pues a mi no me han dado beca y tuve nota. He visto como gente que venía a preguntarme le han dado beca por sus p—- enchufes.
    Para colmo esta gente sigue preguntándome a mi, y además de forma insistente, ‘esto sin ti no lo sacamos’, ‘esto sólo lo puedes resolver tu’, etc… Cuando todos nos plantemos y digamos basta muchos de los enchufados van a salir por patas, y no será una fuga de cerebros, el cerebro muchos lo perdieron hace tiempo.

    Una persona no puede estar trabajando gratis y encima aguantar que se mofen de él. Lo que quede en España al irse mucha gente válida (y otros con dinero pero sin cerebro) será el retrato fiel de la España previa a la estafa-transición: religión + prohibición del aborto + corrupción + precariedad + hambre.

    • Lo cortés no quita lo valiente.
      Sin duda, hay enchufismo en la investigación española, y egos inflados, y tendencia a la competencia en vez de a la cooperación.

      Pero la disminución tan drástica que está sufriendo la inversión pública en I+D+I es un gran problema a medio y largo plazo para nuestra sociedad.

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