Internacional
Jean-Luc Mélenchon: “La prioridad es iniciar un nuevo proceso constituyente”
El líder del Partido de Izquierda francés apela a un cambio desde el descontento social y pone como ejemplo la lucha de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca en España
VALENCIA // Jean-Luc Mélenchon, el líder del Frente de Izquierdas francés, vive de forma atropellada. Entrevistas, encuentro con políticos españoles y charlas, vuelta a las entrevistas y más charlas, y cuando acaba el día, otra reunión. Ha venido a España y ha estado dos días con una agenda que no deja lugar a la improvisación. Desde que su apoyo a Hollande fue básico para derrotar a Sarkozy en la segunda vuelta de las presidenciales y, sobre todo, desde que ha modelado su discurso hacia una Europa que se ocupe de las personas y con la necesidad de un proceso constituyente, su voz es solicitada en multitud de foros de izquierda. Es una autoridad.
Llega con un pequeño retraso a la cita y esto hace que la entrevista se acorte, «solo tenéis cinco o diez minutos», nos avisan, aunque él se explaya en sus respuestas. Cada contestación tiene su matiz, sus respuestas son todo un tratado de economía social. Mélenchon sabe cuáles son los males del sistema y ofrece algunas soluciones, solo espera que alguien quiera escucharlas.
Usted propone una refundación de la República Francesa, ¿cómo se concretaría esta refundación?
Necesitamos un proceso constituyente por varias razones. La primera es que tenemos unas instituciones que calificamos de monarquía republicana y donde está muy concentrado el poder en una sola persona [el presidente], que personaliza todo la jerarquía del Estado y permite de manera simple un lazo entre el dinero-rey y el sistema. Esto se combina con un hecho en Francia, como es que la política descomplejada – como se definen ellos mismos- ha martirizado al pueblo francés, dividiéndola entre musulmanes y católicos. Pero hoy en día, como somos un pueblo totalmente político, no estamos unidos por una raza, por el color de piel, o por una religión; la refundación política es la refundación del pueblo mismo. Por eso hablamos de un proceso constituyente.
Como usted sabe, en España también se habla de un proceso análogo…
Yo quiero contestar muy francamente: me parece que es la primera tarea que hay que hacer. Hay mucha gente que piensa que no es lo más importante, que hay cosas más relevantes, pero ya lo hemos visto en América del Sur, donde vimos que el proceso de cambio es victorioso cuando el pueblo se implica en él; y nosotros tenemos que hacer algo tan profundo esta vez que necesitamos la implicación popular. Los procesos constituyentes inician en nuestros países un proceso más largo de cambio porque la población se implica, reflexiona, participa, contesta, se pelea… Además, en el caso de España se ve que el Estado no está construido porque fue un estado impuesto a la fuerza por la dictadura y hoy en día es un Estado que se destruye poco a poco. Los españoles tienen que implicarse y decir lo que quieren.
¿Cree que movimientos como el 15M deberían tomar la vía electoral?
Ellos lo saben, yo no lo sé. Cada país tiene su caso.
Y, ¿cómo puede surgir el cambio en Europa?
Es una buena pregunta, no va a salir de un programa común, ni de una dirección común, eso no es posible. Va a ocurrir de esta manera: todo va a bloquearse, como ocurrió en Caracas, en Bolivia, como ocurrió en Argentina. Esto pasará sin que nadie haya reparado en la mecánica loca que condujo al punto de fracaso, y esto va a ocurrir en Francia, en Grecia o en España, no sabemos dónde, pero lo que sabemos es que va a romper la cadena del liberalismo en un punto de la Europa del Sur
No sabemos dónde pero, ¿sabemos cuándo?
Eso tampoco, yo lo llamo el “evento fortuito”, no sabes por qué, surge así. ¿Por qué surgió la revolución en Túnez a partir de un hombre que se prendió fuego [Mohamed Bouazizi]? Había dos hombres que se habían quemado antes y no pasó nada. No lo sabes, pero hay un punto en el que la sociedad ya no puede soportar más y dice, “vamos a preocuparnos nosotros de lo que hay que hacer”. Lo que yo veo en España es que los movimientos sociales son capaces de superar e integrar a problemas muy complejos como el movimiento de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas. Veo procesos de desobediencia civil muy significativos, por ejemplo cuando los bomberos no quieren abrir la puerta cuando se lo manda el juez. Cuando el ser humano es más fuerte que la injerencia socia y política, es cuando nos acercamos al punto en que la sociedad no quiere obedecer más.
Usted hace una propuesta de salario mínimo y del salario máximo, ¿no teme por su vida?
No hay problema con esto. La propuesta hay que examinarla. Primero el salario mínimo, nuestra propuesta es de 1700 euros, que es mucho y la respuesta que nos dicen es que “es imposible”. Pero, por favor, lo que importa es si hay trabajo o no, si hay trabajo hay dinero, si no, no hay dinero. Alguien tendría que explicar por qué mi patria es más rica que en toda su historia, somos el país récord en millonarios, y no hemos tenido tantos pobres nunca como hoy en día.
¿Y para el salario máximo?
Nosotros queremos que, en una empresa, el salario más elevado no sea 20 veces mayor que el más bajo, digo veinte pero si usted dice diez, por mi perfecto, es sólo para decir una cifra y acabar con los salarios indecentes que se dan a algunos y los salarios bajos que se dan a otros, a la gente hiperexplotada. Al final nosotros, y esto es una cosa que sí asumo que es ideológica, hablamos de que nadie debería ganar más de 330.000 euros al año. No estamos de acuerdo con la regla que dice que se puede acumular riqueza sin fin. Lo que digo no es nuevo, por primera vez se formuló en la gran Revolución (francesa) de 1789 cuando se abolieron los privilegios, cuando se llegó al acuerdo de que la renta máxima sería de 3.000 libras.
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