Sociedad
El hospital La Fe apuesta por una marca comercial como suplemento vitamínico para embarazadas
Las pacientes que acuden a ginecología reciben un papel impreso del hospital con las indicaciones sobre el tratamiento
VALENCIA// Las pacientes de ginecología que acuden al hospital La Fe de Valencia reciben en un papel impreso el nombre de un medicamento, que no cubre la Seguridad Social, como suplemento vitamínico durante el embarazo.
Hasta aquí todo normal, si no fuera porque únicamente recomiendan este medicamento y lo hacen con una cuartilla con membrete oficial del hospital lo que, según fuentes sanitarias, implica “una toma de partido clarísima por parte de los facultativos por una empresa farmacéutica”.
Se trata del Femibion Prenatal 2, un complejo vitamínico que viene en cajas de 30+30 pastillas. La posología indicada es de 2 al día, por lo que dura un mes. El medicamento está comercializado por Merck y cuesta 20 euros, siendo uno de los más caros del mercado.
Desde el hospital se defienden asegurando que “se trata de un procedimiento que se sigue también en otras especialidades”. “No es que esté presionando, ni nada de eso, el laboratorio”, afirman, “tú puedes ir a la farmacia y comprar este u otro”.
Lo que sí es cierto es que únicamente viene este medicamento impreso en este papel y el resto de facultativos orientan a las pacientes ofreciéndoles medicamentos más económicos como Natalben o Gestagyn.
“A mi”, explica María en la recepción de consultas externas de ginecología de La Fe, “no me dieron ese papel, mi médico me recomendó de viva voz un complejo vitamínico, pero sin más, sin papeles ni nada”.
En otras consultas, los propios médicos tienen ya impresas decenas de papeles con el membrete del hospital y con la recomendación de este medicamento.
«No es el protocolo habitual»
Por su parte, desde la Asociación Española de Ginecología aseguran que “este no es el protocolo habitual de actuación, nada dice que tenga que indicarse este medicamento y no otro”.
Amparo, ginecóloga, explica que “los estudios no son concluyentes respecto a la eficacia de este tipo de fármacos e igualmente el hecho de ponerlo con un sello oficial favorece a un laboratorio por encima de otros”. “Es una forma de avalar el medicamento y no debería hacerlo un hospital público”, concluye.