Cultura
El Gobierno miente a Bruselas sobre sus recortes en I+D
Los recortes del Ejecutivo en I+D el año pasado, incluso poniendo el foco en los puntos más optimistas, son mayores que el presupuesto total para un año del mayor centro de investigación del cáncer en España
Daniel Mediavilla // “El gasto en investigación, desarrollo e innovación civil no ha sufrido recorte alguno respecto al Presupuesto del año anterior, lo que contrasta con recorte medio (sic) del gasto de los ministerios del 8,9%”. La frase forma parte del Programa Nacional de Reformas de España 2013 que ha enviado el Gobierno de España a Bruselas para dar confianza a nuestros supervisores comunitarios. La afirmación no coincide con la realidad. Los datos que ofrece el Observatorio Español de I+D+I (ICONO), dependiente del propio Gobierno, indican que en el apartado mencionado por el Gobierno existe un recorte de 67,12 millones de euros, una cantidad que, aunque supone solo el 1,19% del presupuesto total, es superior al presupuesto del CNIO, el mayor centro de investigación sobre cáncer de España. Y este alejamiento entre la realidad y las explicaciones enviadas a la Unión Europea existe incluso con este optimista enfoque seleccionado por el Ejecutivo para incluirlo en su documento.
Cuando se profundiza un poco más, se observa un mayor alejamiento entre los datos enviados por el Gobierno y la realidad. Según el informe de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) sobre los presupuestos, cuando se analiza la parte del presupuesto dedicada a subvenciones, la que realmente sirve para financiar la investigación, se observa que la I+D civil ha sufrido un recorte del 13,7%, muy por encima del 8,9% mencionado como reducción media del resto de los ministerios. Si además se tiene en cuenta el tajo del 16,96% que han recibido las subvenciones para investigación militar, la caída llega al 13,91%.
La diferencia entre estas cifras y el 1,19% explicado por el Gobierno se debe a una hinchazón del presupuesto realizada a base de crédito, una actividad criticada desde hace años por la comunidad científica española. Esta parte del presupuesto, incluso en el año que mejor se utilizó, no llegó al 60%. El resto fue devuelto al Estado. Además, en 2013, aun contando con toda la parte del presupuesto que en buena medida quedará sin gastar, el recorte de la partida que engloba todas las actividades para I+D, quedó en un 7,22%.
Recortes de los centros
La situación de los centros de investigación españoles, que llevan cuatro años recibiendo recortes, se explica mejor cuando se comparan de forma desglosada los presupuestos que han recibido durante los dos últimos años. El CSIC, el mayor centro de investigación de España, que este año ha tenido que pedir un adelanto al Gobierno para impedir el colapso, ha sufrido un recorte del 9,94%. El Instituto de Salud Carlos III, el organismo que gestiona la investigación biosanitaria en España, algo más afortunado, ha perdido en el último año el 4,59% de su presupuesto.
Llama la atención que, pese a que, según el Gobierno, se hayan mantenido los presupuestos en ciencia, este año el Gobierno haya cancelado las ayudas que hicieron posible la vacuna contra la tuberculosis, no se haya dedicado dinero a un programa contra la malaria con el que España evitó 100.000 muertes o incluso, por primera vez, se hayan dejado de gastar 100 millones de euros en subvenciones para ciencia, por poner algunos ejemplos. La confusión de los gobernantes europeos puede incluso aumentar si tuvieron la oportunidad de escuchar al ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, afirmar hace solo tres meses que los presupuestos para I+D se habían incrementado durante los últimos años y que en 2013 habían crecido un 5%. Estos gobernantes se mostrarán aún más consternados si, con una rápida búsqueda en internet, comprueban que los datos ofrecidos por el propio Gobierno muestran que las afirmaciones del ministro son falsas.
[Artículo publicado en Materia]
Fraude sobre fraude, y a propósito de la subvención al «I+D» en España: se las llevan ‘calentitas’ grandes empresas con empleados dedicados a conseguirlas, tarea muy lejana a la investigación. Imposible para la investigación a pequeña escala, que en mi opinión es la que hay que fomentar. Por no hablar del CSIC y sus miles de becarios trabajando en patentes que nadie compra ni comprará nunca, para vanagloria de acomodados catedráticos, y ese mar de «papers» que no aportan nada…