Sociedad
Comienza el juicio a funcionarios de Quatre Camins por torturas
Serán juzgados por un presunto delito de torturas a 17 internos que se amotinaron en la prisión en 2004
BARCELONA// Un grupo de 8 funcionarios de la prisión de Quatre Camins se sienta desde hoy en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Barcelona para responder de un presunto delito de torturas contra los internos que se amotinaron el 30 de abril de 2004.
Al anochecer de aquel día, una revuelta de 80 reclusos terminó con una contundente actuación del personal penitenciario, de resultas de la cual algunos internos resultaron heridos de diversa consideración. También, durante los disturbios, el entonces subdirector de Régimen Interno de la cárcel, Manuel Tellón, fue herido, mientras que un funcionario fue retenido y media docena de funcionarios sufrieron lesiones de carácter leve.
Desde un primer momento, la versión oficial atribuyó los incidentes a la reacción de los prisioneros ante el intento del subdirector de impedir una agresión en el patio del centro, mientras que otras fuentes señalaron que el amotinamiento era una respuesta al intento de los funcionarios de interceptar la entrada de droga en un vis a vis. Incluso, algunas voces llegaron a decir que se trataba de una confabulación conspiratoria del «grupo duro» de presos con el fin de agredir a Tellón.
“En ningún momento se permitió a los amotinados acceder al sistema de radio para comunicar que la protesta expresaba la legítima defensa a los abusos de los que ellos y sus familiares eran víctimas desde hacía tiempo”, explican los portavoces de Stop Torturas, la plataforma que los apoya. Según este colectivo, el desencadenante de los disturbios se produjo después de que uno de los reclusos fuera agredido en la lavandería del centro, donde no tenía permiso para estar allí.
“Varios funcionarios lo zurraron y lo arrastraron hasta el patio, lo que provocó la indignación del centenar de reclusos que se encontraban allí”, explican. La entidad recrimina que, silenciando la versión de los amotinados, las autoridades encubrieron el episodio y sólo trascendió la alarma social hacia la droga y los submundos que rodean a los internos, así como su supuesta peligrosidad. “En ningún caso se hizo patente la nula profesionalidad que, desde hace tiempo, preside esta prisión”, afirman.
Represión escondida
A pesar de las diferentes versiones sobre el incidente, quedó como válida la que reconocía la valentía del subdirector de detener al «núcleo duro» ante la entrada de droga a Quatre Camins, lo que supuestamente le costó la agresión. “Convirtieron al malvado en un héroe, cuando la prisión no es el paraíso donde los internos pasan un tiempo antes de volver a la normalidad”, denuncia Stop Torturas.
Este relato condujo cuatro años después al juicio a los 17 internos acusados de instigar y participar en el motín. Tras una primera sesión celebrada en diciembre de 2008, los encausados fueron citados varias veces hasta que en febrero de 2009, siete de ellos fueron sentenciados por la Audiencia Provincial a 17 años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa. A otros tres, el tribunal los condenó por un delito de lesiones y dos más por detención ilegal, a otros dos por desórdenes y atentado a la autoridad, mientras que los tres restantes fueron absueltos de las acusaciones.
Semanas después, algunos de los internos relataron que, al volver al centro, fueron automáticamente sometidos al régimen de aislamiento FIES, al tiempo que volvieron a sufrir nuevos registros y vejaciones a manos de los funcionarios. Quienes fueron trasladados a otra prisión, también relataron malos tratos en el nuevo destino.
Aún así, la persistencia de algunos de los amotinados consiguió que prosperaran las denuncias por los daños sufridos a manos de los carceleros, lo que ha dado continuidad al proceso judicial. Una causa que debía seguir en octubre de 2012 con las declaraciones de los funcionarios acusados de los abusos, pero que según Stop Torturas fue suspendida “para ahorrar la responsabilidad a los nuevos políticos de la Administración y para conseguir que los internos retiraran las denuncias”.
Finalmente será a partir de hoy cuando el juicio se desarrollará en la Audiencia Provincial de Barcelona, donde los letrados de la acusación confían en que los internos demuestren la saña de la que fueron víctimas por parte de los carceleros, entre los cuales están varios mandos del centro y el antiguo subdirector médico, Xavier Martínez. Concretamente, a Martínez se le acusa de golpear a ocho de los amotinados, a la vez que algunos testigos aseguran que funcionarios llegados de otras prisiones les pegaron después de hacerlos atravesar el pasillo que habían formado en una de las galerías.
A propósito de esto, Stop Torturas recuerda que la situación en Quatre Camins no se limita a los hechos de aquel día. “Mucho antes y aún hoy, en este y otros espacios penitenciarios predominan los abusos, la humillación o la costumbre de sus responsables de no reconocer que los reclusos son personas”, afirman.
Abusos de los carceleros
En sus últimos informes, Stop Torturas y otras plataformas relatan la decena de muertes ocurridas el año pasado en España -la mayoría por suicidio-, así como las continuas órdenes de dispersión, los abusos de los carceleros en las celdas y otras incidencias. La última, la situación del preso Joaquín Manrique, que no ha sido liberado de la prisión de Brians 2 hasta que su cáncer de garganta ha entrado en fase terminal, aunque la legislación penitenciaria obligaba a concederle la libertad debido de la grave enfermedad.
En el juicio se volverán a ver las caras los funcionarios y algunos de los reclusos que se involucraron en el motín. Mientras que la mayoría de los funcionarios continúan trabajando en Quatre Camins o en otras cárceles catalanas, entre los internos hay quienes han recuperado la libertad o que, de resultas del incidente, aún se encuentran recluidos muy lejos de Cataluña.
[Artículo publicado en El Triangle]
En las cárceles españolas se tortura desde los inicios de la democracia, pero esta administración pública es tan oscurantista que se hace difícil discernir lo que realmente sucede intramuros.
Que los presos entran por una puerta y salen por la otra, se puede aplicar más que nunca a políticos corruptos, a policías violentos y a algún que otro usurero amigo del PSOE o del PP.
Desde mediados de 1978 en que un pacto de gobierno con las agencias de comunicación impidió que saliera ninguna noticia de la cárcel que no estuviera firmada por su director, nada se ha vuelto a saber.
La cárcel en sí, ya es una tortura, pero es que dentro de esa tortura, existe otra tortura llamada régimen FIES en España y régimen DERC en Catalunya, donde los presos son vejados y torturados físicamente a diario.
Y si alguien de la administración se atreve a decir que es mentira, que permitan la entrada de observadores.
Los carceleros suelen ser personas enfermas mentalmente,en sociedad se sienten inferiores y por ello necesitan que el Estado les otorgue poder para torturar impunemente.
Interesante el artículo dictado por los representantes del desconocido colectivo Stop Torturas. ¿Existe realmente este colectivo? ¿Podríamos conocer otras versiones de los hechos?
sou tan, però tan grans La marea!