Sociedad
Uno de cada tres antidisturbios de los Mossos quiere dejar de serlo
Una encuesta interna revela que 145 de los 500 agentes que la integran quieren solicitar el traslado. Los motivos son el miedo a ser imputados, el desprestigio de la unidad y la voluntad de trabajar más cerca del domicilio familiar
BARCELONA// Una encuesta interna realizada entre los agentes de la Brigada Móvil (Brimo), la punta de lanza de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra, revela que casi uno de cada tres agentes quiere solicitar el traslado de la unidad, según informó ayer El Periódico. La encuesta, realizada hace unas semanas, revela que 145 agentes de los 500 que forman el cuerpo de la Brimo presentará una instancia para cambiar de unidad y, de hecho, fuentes cercanas al cuerpo, citadas por el rotativo, aseguran que algunos ya lo han comenzado a hacer, aunque el departamento de Interior calcula que tan sólo el 10% de la unidad, unos 50 agentes, pedirán finalmente el cambio de destino.
Los motivos que llevan a los agentes antidisturbios a pedir el traslado son diversos y entre ellos está la búsqueda de una plaza más cercana al domicilio -ya que la sede central de la unidad está en Sabadell- pero también el malestar que provoca formar parte de un cuerpo muy criticado por la dureza y consecuencias de sus acciones. Desde el lanzamiento de gases o agresiones a menores en las huelgas generales, pasando por el desalojo de la plaza Cataluña el 27-M, la carga en la Universidad de Girona (UdG), los desahucios o el más reciente caso de la pérdida del ojo de Ester Quintana.
Los agentes también temen verse imputados ante la justicia, como ha ocurrido en el caso Quintana o las polémicas intervenciones en la UdG y en la plaza Cataluña y piden que, en caso de ser condenados, sea la administración la que pague la multa y no el agente, como ocurre ahora. Las imputaciones por el caso Quintana, a raíz de las identificaciones de los agentes que participaron facilitados por asuntos internos, han sembrado un cierto malestar entre los integrantes de la Brimo, que ven peligrar lo que hasta ahora parecía una auténtica impunidad, ya que el cuerpo siempre se escudaba en la imposibilidad de identificar los agentes.
Nueva identificación en la espalda
Pero el reciente anuncio de Interior de que incorporará una identificación en la espalda de los agentes de la Brimo, aunque esta no se corresponda con su número de placa, puede haber hecho aumentar esta sensación de fragilidad ante la justicia. Además, el poco apoyo social del que goza la unidad, que se ha entregado a la represión de las protestas y los movimientos sociales, hacen que algunos de los agentes, que han visto como se publican imágenes suyas, perciban aún más que ya no son tan impunes.
Fuentes policiales aseguran que abrirán una nueva convocatoria de plazas de Brimo para cubrir las bajas, una unidad donde se accede voluntariamente, sin necesidad de haber sido demasiado tiempo haciendo de agente de calle, y donde se cobra un suplemento por formar parte de esta. Por otra parte, muchos de los agentes de la Brimo, a raíz del caso Quintana, se han negado a disparar balas de goma en las manifestaciones, ya que son incontrolables y entienden este caso como un ejemplo de indefensión jurídica.
[Artículo publicado en El Triangle]
«Muchos de los agentes de la Brimo, a raíz del caso Quintana, se han negado a disparar balas de goma».
¡Precisamente estos son de los que no queremos que se vayan! Muy mal si la presión social y de los medios lo que consigue es polarizar el ambiente y que tienda a irse la buena gente, los más empáticos o los más razonables y a ser sustituidos por cuerpos más leñeros.
Habría que buscar lo contrario: que quien quiera irse sea quien peor lo hace, empezando por los mandos.
Osea, que lo que los mueve, entre otras cosas, es el miedo a dejar de ser impunes y poder romperle la crisma a los ciudadanos sin tener que rendir cuentas por ello… Y aquí no vale el «cumplo órdenes» Las órdenes pueden ser desobedecidas si su cumplimiento es contrario a la ley (y vulnerar el derecho a la integridad física lo es)
O sea, que en cuanto los policías ven que deben responder ante la ley que dicen defender (y que según ellos justifica todo lo que hacen) entonces dicen que están «indefensos» y «frágiles». Se puede decir más alto pero no más claro: tenían (tienen) impunidad y ausencia de responsabilidad y si cambiamos esas condiciones y les hacemos responsables de sus actos ante la ley no tienen capacidad ni valor para hacer «su trabajo». Dadme a mi la mitad de vuestra impunidad y veréis donde dejo a este gobierno y sus diputados…