Opinión
La próxima partida en Venezuela
La muerte del presidente Hugo Chávez deja un vacío en Venezuela y América Latina. Pero los bolivarianos no temen los comicios. Lo han ganado en más de 15 ocasiones y saben que la desaparición de Chávez servirá para compactar más el movimiento revolucionario, opina el autor.
La muerte es un fin ineludible, un concepto subjetivo entre el todo y la nada. Es el culmen del miedo en nuestra autosatisfecha cultura occidental. Pero todo depende del recuerdo, de la huella dejada en vida por un fallecido sea cual sea su protagonismo público, su rol social. Su imagen siempre quedará impresa en su familia, en sus amigos, en su pequeño rincón del mundo. La desaparición del presidente de Venezuela Hugo Chávez no es distinta a la de mi padre en téminos humanos. El sentimiento es idéntico en ambas familias. La diferencia estriba en la importancia del trance. Mientras mi padre era un ciudadano anónimamente encantador, Chávez es una figura enorme. Gran parte de América Latina, desde Río Bravo a Tierra del Fuego, llora hoy su muerte y se conjura para fortalecer un legado grande como una montaña. Los escépticos, los que creen en el desmoronamiento de Venezuela sin Chávez, deberían esperar a que el tiempo rebaje las pasiones que ahora palpitan en los corazones encendidos de millones de ciudadanos del planeta para poder contemplar su verdadera dimensión.
Sólo hizo falta observar ayer noche el rostro del presidente del Ecuador, Rafael Correa. Estaba apesadumbrado, emocionado, roto. En su alocución pública en el Palacio de Carondelet sólo acertó a citar un verso del poeta venezolano Alí Primera al asegurar que quienes mueren por la vida no pueden llamarse muertos. «Es un guerrero invencible», concluyó. Más estremecedora fue la comparencia de Evo Morales. Rodeado de todo su gabinete, el presidente boliviano luchó contra sí mismo para que el llanto no le quebrara la voz. Con humildad, con parquedad expresiva y congoja, Morales describió lo que para él ha significado Chávez en la carrera de obstáculos que ha caracterizado su vida política: «Dio toda su vida por la liberación del pueblo venezolano, del pueblo latinoamericano y de todos los antiimperialistas del mundo». Su imagen estremeció el alma de Latinoamérica y sus palabras colocaron en trance a la ciudadanía.
Podríamos escrutar, como visionarios de un tarot imaginario, el futuro que ahora se abre en Venezuela sin Hugo Chávez. Algunos ya lo están haciendo aunque carezcan de perspectiva. La muerte es así de caprichosa. Desata las lenguas e incendia las pasiones, muchas de ellas furibundamente anti Chávez. ¿Por qué tanta animadversión occidental hacia el arquitecto indiscutible de los procesos de transformación (o liberación, según se mire) que hoy se están reforzando en el continente americano? Con leer la periódicos que hoy se imprimen en España bastaría. Los ciudadanos viven asolados por una recesión financiera profunda pero escuchan explicaciones delirantes de la actualidad del presidente del Gobierno con una docilidad digna de mejor causa. En Venezuela ocurre justo lo contrario. Sin embargo, con Chávez siempre fueron implacables. Incluso en el día de su desaparición. Valientes analistas que ni uno solo vaticinó el cataclismo económico que hoy tritura las cuentas bancarias de la clase media y las migajas de los pobres sin piedad ni esperanza .
Quizá odian a Chávez por el tono ardiente de su expresividad, quizá porque les puso puertas en la frontera cuando estaban acostumbrados a pasearse por Caracas, Quito o La Paz en flamantes 4X4 como ángeles y prótesis pectorales de vértigo. Quizá porque antes se llevaban todas las riquezas sin dejar un céntimo y los gobernantes de ahora les exigen que pasen por caja. Chávez fue el maestro de esta escuela que hoy pilotan Rafael Correa, Evo Morales, Cristina Fernández y, en menor medida, Dilma Rousseff. Les llaman «populistas», una entelequia eurocentrista que enmascara graves y prejuiciosos pensamientos, pero son políticos que con aciertos y desaciertos decidieron gobernar para hacer de sus países otros países, más justos con los pobres y más exigentes con los poderosos. Simplemente viraron el punto de mira de sus objetivos comerciales y lo expresaron con claridad cristalina. Chávez fue el primero y el más fogoso, y esto no encaja en nuestras formas de concebir la política, apocada en las formas y vacía de contenido. Un ejemplo perturbador lo tenemos en España.
Chávez se dedicó encarecidamente a intentar cambiar la vida de los pobres, que fueron sus mayores y más fervientes seguidores. Eso le reportó críticas continuas: el déficit, la inflación, la carestía de alimentos, su dependencia del petróleo. Todas ellas previsibles porque la vara de medir siempre han sido los moribundos parámetros establecidos por un FMI al que por estos lares repudian como a si de una maldición se tratara. Y por eso están decididos a cambiarlo, mirando al sur, no asumiendo que las multimillonarias deudas contraídas por grandes empresas y bancos salpicara a los ciudadanos, desplazando al mercado libre del centro de la vida para colocar al ciudadano, al pobre, al indio al analfabeto. Chávez fue el primero en hacerlo y el que más gritó contra la soberbia clasista del sistema imperante.
Formó el ALBA, un bloque comercial de naciones latinoamericanas y del Caribe destinado a contrarrestar la hegemonía económica norteamericana en la región. Más tarde la UNASUR, para resolver de forma consensuada los problemas internos de Suramérica. Su último esfuerzo es la CELAC, una réplica mejorada de la decadente OEA sin EEUU ni Canadá. Este era, en realidad, el sueño de su gran héroe, Simón Bolívar. El éxito político y económico está en los datos aunque ahora resulte impropio repetirlos.
Sus larguísimos discursos no eran para sus enemigos aunque los grandes medios siempre se encargaron de exaltar sus exabruptos (algunos realmente brillantes) envueltos en amenazas. Chávez de verdad hablaba al campesino pobre, al discapacitado, al paria en los tiempos de Carlos Andrés Pérez y, por supuesto, a sus bases. Este fue uno de sus grandes éxitos pero muchos de los sesudos analistas que presumen diariamente de ser expertos del proceso venezolano jamás fueron capaces de identificar. Tuvo el talento político de aglutinar entorno a su persona, a su revolución y a su partido a un ejército de desheredados de la Tierra que hoy supera con creces el millón y medio de personas dispuestas a defender su legado con uñas y dientes. Hablaban el mismo idioma e idéntica jerga, la que se utiliza en barrios tremendos de Caracas como Catia o el 23 de Enero.
Dentro de un mes habrá elecciones en Venezuela. Concurrirán Nicolás Maduro y Henrique Capriles Radoski. Los bolivarianos no temen los comicios. Lo han ganado en más de 15 ocasiones y saben que la desaparición de Chávez servirá para compactar más el movimiento revolucionario. Para ellos el peligro campea fuera, en las maniobras orquestales en la oscuridad que presumiblemente pondrá en marcha la superpotencia americana para revertir un proceso que debe consolidarse en muchos puntos pero que cuenta con inagotables recursos para el consumo voraz de sus ciudadanos. Este podría ser el escenario de la próxima partida en Venezuela.
Leo estos comentarios y tan sólo me pregunto cuántos de vosotros han vivido una pequeña temporada en Lationamérica? Es tremendamente sencillo opinar sobre las supuestas bondades del «generoso» semidios bolivariano cuando se escribe desde un ipad en un piso compartido del Borne o Chueca. Basta de ingenuidad muchachos, hay demasiadas muertes amparadas por este señor.
Quien se considere de izquierda y no llore la muerte de Hugo Chavez no ha entendido nada..
Yo lloro a quien conozco no a mesías a los que van a embalsamar
Latinoamérica no tiene reyes por la acción decidida de patriotas como Salvador Allende, Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Hugo Chávez, José Mujica, Cristina Fernández, Rafael Correa, Hugo Morales. Los otros reyesuelos latinos pronto caerán porque siguen los dictados de Estados Unidos o tienen miedo de los tentáculos de la CIA.
De Presidente-Comandante a momia. ¿Es mejor tener un presidente mudo y que cuando habla lo hace para mentir o decir sandeces? ¿Era mejor el discurso melifluo de Zapatero? http://www.elsenorgordo.com/2013/03/de-presidente-comandante-momia_9.html
Siempre se ha dicho que la gente tiene que creer en algo, ahora bien, de ahí a creer en mesías y religiones creo que dista mucho. A mi se me ponen los pelos de punta, las imágenes de ciertos venezolanos rasgándose las vestiduras como si de un mesías se tratase, la parafernalia propagandística de alo presidente, de grupos de música pro-Chavez, de ciertas relaciones internacionales con la Cuba de Castro, de operarte en Cuba cuando tus compatriotas y los de allí no saben que es eso, el secretismo institucional, el me salto la constitución bolivariana cuando me da la gana, la burocracia, la creación de hasta de un merchandaisin o como se diga… en definitiva de todo ese tufillo de socialismo real de la guerra fría, de socialismo de Estado que degeneró en nuevas burocracias y un más de lo mismo.
Espero que este proyecto político continúe, pero me da a mi que muerto el perro muerta la rabia, sino ¿a cuento de qué eternizarse en el poder él y su partido?
porque aunque gana elecciones y modifica las relaciones de poder, no es imprescindible salvo aquellos mesías que tienen que cumplir con un sueño, y joder, ya hemos tenido a lo largo de la historia, individuos imbuidos en no que se que destino histórico que no solo no ha traído bienestar para todos o la mayoría sino para ellos mismos y sus amigotes.
¿Por qué no nos callamos? http://histericapeninsula.blogspot.com.es/2013/03/por-que-no-nos-callamos.html
El día que los «súbditos» españoles se aperciban de que son víctimas de la gran manipulacion informativa de los medios,el pueblo empezará a ganar batalla tras batalla. De súbditos pasaremos a ciudadanos, y de ver por los ojos de esos medios pasaremos a ver por nosotros mismos y dejaremos de ser borreguitos esclavos de los criminales e implacables poderes financieros que rigen el mundo y lo hacen, en gran manera, con la manipulación informativa que ellos mismos dirigen y controlan, con la publicidad consumista, con el entretenimiento basura, ect. ect.
Hugo Chávez ha sido por parte de esos medios una de las personas más distorsionadas de su realidad.
Eso lo dice todo a favor de Hugo.
Deja una Venezuela mas justa, mas instruida , mas respetada.
Que el conjunto de venezolanxs sigan por el camino emprendido democráticamente.
En Venezuela se entregaron más de 300.000 viviendas públicas entre 2011 y 2012. Aquí,en Españistan con millones de casas vacías, desahucio tras desahucio…
#HastaSiempreComandante
A los venezolanos les hace falta un poco de humor del nuestro. Luis «el cabrrón» y otros chistes del montón. http://www.elsenorgordo.com/2013/03/luis-el-cabron-y-otros-chistes-del-buen_5.html