Opinión

¿Más allá de la izquierda y la derecha?

El autor reflexiona sobre la unión de votantes de todo el espectro político. La división ya no es izquierda-derecha, sino "99%-1%, los de abajo-los de arriba, pueblo-banca..."

El último barómetro del CIS incorporaba una tanda de preguntas muy interesante sobre qué valores consideraba la ciudadanía que se asociaban con “ser de izquierdas” y cuáles con “ser de derechas” (pregunta 10, en la página 7). Sólo en el valor “eficacia” había cierta igualdad, aunque se asociara un poco más con ser de derechas (21% lo relacionaba con la derecha y 18% con la izquierda). En el resto de valores arrojaban diferencias como mínimo del 13%, por lo que claramente se asocian a uno de los dos polos ideológicos. Así, la gente relaciona con ser de izquierdas la igualdad, la honradez, los derechos humanos, la libertad individual (gran derrota de las soflamas de la derecha neoliberal), el progreso, la solidaridad, el idealismo y la tolerancia. Con ser de derechas sólo se asocia, según esta encuesta del CIS, el orden y la tradición.

Intuitivamente podemos adivinar que una amplísima mayoría de la sociedad defiende esos valores que asocia con la izquierda: entre orden y tradición o igualdad, honradez, derechos humanos, libertad… parece claro qué valores defendería, al menos retóricamente, una abrumadora mayoría social. Pero eso se traslada muy amortiguadamente a la escala ideológica: la media de autoubicación es un centrista 4.7/10.

Las palabras son instrumentos para entendernos. Si con “izquierda” y “derecha” entendiéramos siempre lo que aparece en esa pregunta número 10 del sondeo todo sería muy fácil (y bastante razonable). Sin embargo está claro que muchísima gente entiende que cuando decimos “la derecha” estamos hablando del PP y si decimos “la izquierda” estamos hablando del PSOE o, en el mejor de los casos, el PSOE y otros, independientemente de qué valores y propuestas defienda cada uno en la realidad concreta. Aunque vemos que la ciudadanía tiene claro qué es ser de izquierdas y qué ser de derechas, después la izquierda y la derecha juegan en España un papel parecido al del Madrid y Barça. Ello se traduce en que decisiones políticas como el voto obedecen más que a la conquista de los valores y propuestas que uno defiende (lo cual daría una gran ventaja a la izquierda) a una suerte de pertenencia identitaria que no obedece necesariamente a los intereses de clase social ni a los valores que uno defienda.

Tendríamos mucho ganado si pudiéramos defender lo mismo (la igualdad, la libertad, los derechos humanos… todo eso que se resume en la emancipación colectiva e individual) con un lenguaje nuevo, es decir, un discurso de izquierdas que evitase apelar a la izquierda como esa identidad recogida en una de las dos patas del bipartidismo que tanto ha dificultado la consecución de políticas de izquierdas. El empleo de un lenguaje que no apele a esa lógica bipartidista no sería ninguna traición a nuestros objetivos: es difícil escuchar a líderes latinoamericanos inequívocamente de izquierdas hablar de izquierda, no les hace falta; tampoco es fácil encontrar el uso de la palabra izquierda en los textos de nuestros clásicos.

Pero prescindir de la apelación a la izquierda tampoco es fácil por razones históricas y sociológicas de este país. Los orígenes de la dictadura franquista están en el fascismo que negaba la lucha de clases y por ello se ubicaba fuera de la escala izquierda-derecha. Y definirse de derechas en este país, pese a todos los intentos de rearme moral de la derecha empeñados por Esperanza Aguirre y José María Aznar han tenido un sonoro fracaso. Por eso en esa misma encuesta del CIS sólo un 13% se definía en la parte derecha de la escala frente a un 37% que se ubicaba en la izquierda. La derecha tiene tan mal nombre que todos sabemos que cuando alguien se define como “ni de izquierdas ni de derechas” es de derechas o muy de derechas.

Si las palabras nos sirven para entendernos, en el caso de la izquierda y la derecha tenemos una polisemia infernal que dificulta enormemente el entendimiento: la lógica bipartidista hace que la apelación a la izquierda repela a mucha gente que comparte los valores y propuestas que consideramos que forman parte de ser de izquierdas; pero el rechazo expreso a la retórica izquierda-derecha nos granjea una merecidísima sospecha de estar ubicados en la derecha más dura (y tramposa). Según la tradición las palabras derecha e izquierda nacieron porque los que se sentaban en un lado de la cámara defendían unos intereses asociados con un tipo de valores y propuestas y los que se sentaban en el otro defendían otros antagónicos: es decir, los intereses de unas capas sociales ubicadas en lo alto de la escala social los sentados en la derecha y los de quienes están abajo los sentados en la izquierda. Andando el tiempo hemos perdido el valor político e incorporamos a la lógica colectiva que la derecha es la que se sienta en la derecha del Congreso y la izquierda la que se sienta en la izquierda, aunque desde las sillas de la derecha y de la mayoría de la izquierda geográfica se defiendan, con los matices que sean necesarios, los intereses de la élite económica y social.

Si quienes defendemos valores emancipatorios (la gente que somos de izquierdas) queremos construir un país distinto tendremos que generar una mayoría social que hasta ahora no se ha tejido. Ello será imposible sin ir de la mano de gente que, por los motivos que sean (familiares, religiosos o incluso estéticos) se ha ubicado en la derecha. Basta afinar el oído para encontrar a conocidos que han venido ubicándose en esa derecha pero que acuden a las protestas populares por la democracia y los derechos sociales. O ver cómo colectivos tradicionalmente conservadores (los médicos, por ejemplo) se han arrancado a reivindicar lo público con constancia y esfuerzo.

Lo que toca es pensar si debemos esperar a que estos sectores canten su derrota (“es verdad, la derecha era mala, me hago de izquierdas, porque izquierda es un conjunto de valores y propuestas con los que me identifico, no esos señores que se intentan apropiar de la palabra izquierda”), algo más que improbable, o preparamos una pista de aterrizaje. No podemos pretender que quien era del Barça se pase al Madrid, sino que entienda que esa lógica identitaria (que tan útil ha sido al bipartidismo en la política como en el fútbol) ya no vale.

No se trata de afirmar que no somos ni de derechas ni de izquierdas, afirmación que siempre se lanza para reforzar los intereses y valores de derechas, sino establecer la retórica del conflicto social en términos distintos que permitan a quienes defendemos lo mismo (esos valores que la gente señala como ser de izquierdas) luchar juntos por esos objetivos. Si llevamos décadas viendo que se puede estar en la izquierda sin ser de izquierdas preparemos un espacio simbólico y retórico que permita ser de izquierdas sin necesariamente estar en la izquierda.

Decía Julio Anguita en su presentación en Madrid del Frente Cívico: “En mis intervenciones yo no hablo de izquierda y soy comunista. No entro al trapo de la definición, entro al trapo de lo concreto”: por ahí habrá que indagar para buscar generar mayorías sociales constituyentes. En la calle están surgiendo nuevas retóricas que reconvierten el conflicto geográfico horizontal (izquierda-derecha) en el conflicto social vertical original (99%-1%; los de abajo-los de arriba; pueblo-banca…). No es una tarea fácil, pero es imprescindible si asumimos que no estamos en una lucha de léxico sino de clases y que es urgente cambiar el país para que deje de gobernar la clase dominante y lo hagan las capas populares.

[* El autor de este artículo forma parte del Consejo Político Federal de Izquierda Unida]

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Comentarios
  1. Por lo menos algo sabemos por experiencia.
    La derecha NO funciona, (ni el centro)
    ni la izquierda ( porque sigue demasiado fragmentada ).

    Parece que se da por echo que hay que retomar alguna ideología, que tiene una fecha de invención, elaboración y surgimiento en el pasado.
    Entonces, evolucionamos? o repetimos patrones pasados?

    Aunque parece que la capacidad de inventar y crear un nuevo tipo de sociedad, completamente nuevo, desde cero, la tenemos atrofiada o no se plantea.
    Las pocas opciones emergentes se suelen mirar de reojo, con suspicacia.

    Claro yo soy rarillo, y una opción de sociedad afín, sería algo así como
    «Anarquismo tecno-blanco – verde-primitivista».

  2. Hugo, hay un error de interpretación en el valor de la autovaloración izquierda-derecha:

    «Pero eso se traslada muy amortiguadamente a la escala ideológica: la media de autoubicación es un centrista 4.7/10.»

    Mientras que en el colegio y para evaluar a los políticos se usa una escala desde el 0 al 10. En el caso de izquierda derecha, se usa una escala del 1 al 10. El valor 0 no se puede elgir. Por lo tanto la media (si hay un 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10) es 5,5 y no un 5, como sería si se incluyese el valor 0 como respuesta correcta. Con lo que un 4,7 está a 0,8 puntos del centro. Quizás sería interesante que se usase una escala del 0 al 10 por parte del CIS para evitar este error de interpretación. O quizás no.

  3. A ver, LiberalSolidario y gente que opine igual: no os enfadeís por que se diga que la solidaridad es de izquierdas. Evidentemente existe gente de derechas que es solidaria, gente de derechas insolidaria, gente de izquierdas solidaria y gente de izquierdas mala e insolidaria. No es ese el tema. Cuando Hugo Martínez Abarca dice que la solidaridad o la igualdad son de izquierdas seguramente se refiere a que según él es la izquierda la que garantiza que esos valores pasen de individuales a compartidos. Por supuesto que teneís derecho a pensar distinto, pero es curioso que os ofenda la opinión de Hugo.

    Creo que este artículo no debe interpretarse como un texto que dice «los de izquierdas somos los buenos y los de derechas soís muy malos». LO FUNDAMENTAL del artículo, es, a mi entender que dice que muchas personas que se consideran de derechas (y en general las personas que no se consideran de izquierdas) pueden en muchos casos tener valores y objetivos comunes a los que son de izquierdas. Es decir, que pretende ser una llamada a la integración, a la colaboración, contra lo que le pueda parecer a alguno. Otra cosa es que no os guste su autor o la organización a la que pertenece, pero eso es otra cuestión.

    Respecto a lo que dice Iksravique de que izquierda y derecha son sectores de la burguesía y que el movimiento obrero está a parte: ese análisis tiene cierto sentido, pero en mi opinión es más bien erróneo. Cuando en el parlamento sólo había partidos de base burguesa, la izquierda y la derecha eran en efecto partes de la burguesía. Pero luego pasaron a tener cada vez mayor presencia (parlamentaria y extraparlamentaria) organizaciones de base obrera y el concepto de izquierda cambió.

    Porque, aunque quizá no lo quieras aceptar, el socialismo y el comunismo no surgieron de la nada. Surgieron en parte de las luchas obreras pero en parte también fueron herederos de la burguesía de izquierdas (aunque lucharan también contra ella). Lo de que la socialdemocracia y el llamado estalinismo falsearon el movimiento obrero pudiera ser verdad, pero no hay que olvidar que estas ideologías eran apoyadas por mucha gente de clase trabajadora y que decir que su dirección era burguesa desde el principio es como mínimo una simplificación.

    MI OPINIÓN PERSONAL sobre izquierda y derecha: pienso que estos dos conceptos son ambiguos, por lo que a menudo sirven para la trampa y el engaño. Sin embargo, cuando algunos intentan encontrar algo «más allá de la izquierda y la derecha» me parece que caen en ideas más sin sentido todavía. Pero yo hablo de derechas e izquierdas aún teniendo mis dudas hacia esos conceptos.

  4. Lo cierto es que no sé si por lo austral de mi situación , y el no estar en el corazón del PENSAMIENTO (Europa) , algunas de vuestras disquisciones me parecen medio incomprensibles…
    Coincido totalmente , eso sí , con Hugo Martínez Abarca en aquello
    de que » emancipación colectiva e individual» se identifica indesmentiblemente con IZQUIERDAS , y
    «mantenimiento o agudización del statu quo» con ser de DERECHAS…

    Creo, profundamente, que la DERECHA es lo contrario a SOLIDADIDAD. Que ella se indentifica connaturalmente con el INDIVIDUALISMO atrabiliario.

    Lo de mi ubicación geográfica es en son de «weveo», como se dice por estas latitudes…

    Juan Bautista Gatica
    Santiago de Chile
    Suramérica

  5. La desideologización es uno de los puntales básicos del sistema capitalista, y para conseguirlo necesitan de la manipulación, realizada a través de diversos medios: mass media, encuestas, campañas publicitarias, la escuela…etc.
    De esta manera la gente habla de izquierda y derecha, de 1% y 99%, los de abajo contra los de arriba… y demás fraseología descafeinada, y para acabar de rematar la manipulación del lenguaje, lo hacemos coincidir con datos cuantitativos como los del CIS o como los sistemas electorales.
    Y todo ello no solo gracias al PSOE y sus sindicatos, sino también a la supuesta oposición a los mismos, que se han tirado 30 años luchando por el poder entre ellos, en vez de profundizar en planteamientos nuevos y alternativos al mismo sin hacerse la zancadilla, haciendo un flaco favor a la gente que se ha tirado con los brazos abiertos al capitalismo, y ahora claro, nos va a costar, mucho o poco, no se, no soy ningún mesías ni se cual es la solución como ya plantearon algunos y siguen planteando algunos que se dicen anticapitalistas, ante esta situación pero si se que solo colectivamente tendremos oportunidad de hacerlo, al menos intentarlo.
    Así que manos a la obra, habrá que volver a ideologizar la sociedad, repensarla sin despreciar las aportaciones de antes, o buscar en el pasado las que se dejaron de lado, así como colaborar con aquellos y aquellas que nos puedan aportar su experiencia, compartiendo las mismas y buscando una salida colectiva ante el sálvese quien pueda imperante.
    ¡Salud y acierto!

  6. Es difícil no estar de acuerdo con el fondo del artículo, que muchísima gente suscribiría, y en mi caso, todavía más con la «emancipación colectiva e individual» frente al «mantenimiento o agudización del statu quo» que matiza aquí arriba el autor. Pero me pregunto si IU actualmente no debería abrirse a formar parte de un proyecto más amplio que incluyera a todos los ciudadanos que comparten los ideales de solidaridad y justicia. Por ejemplo, poniendo en marcha un Frente Ciudadano de amplio espectro y nuevo cuño democrático en su conformación, junto al resto de fuerzas políticas progresistas y movimientos sociales que defienden en esencia los mismos derechos.

  7. La cuestión es que en España se ha manipulado tanto el lenguaje y los conceptos, fruto de una concepción retrograda y maniquea del mundo, que es muy difícil cualquier discusión minimamente seria. Que no se es de izquierdas ni de derechas es algo que dicen los ecologistas de todos los países europeos pero aqui no se atreven, como no se atreven a decir que los ecologistas están en contra de la emigración pues el hacinamiento humano consiguiente aumenta la contaminación y el ataque al planeta Tierra. También lo decían los fascistas en los 30, por cierto la frase «ni de izquierdas ni de derechas» el primero en propagarla fue un ex-estalinista francés cuando decidió ser consecuente con tal ideología y pasó a ser fascista, se llamaba Doriot.
    Por otro lado, los conceptos de derecha y de izquierda denominan las dos variantes de la burguesía en su institucionalización en el Estado capitalista, por tanto el movimiento obrero, de clase, el proletariado y el comunismo revolucionario nunca fue considerado de izquierdas pues no formaba parte del sistema institucional, era propiamente dicho anti-sistema, lo sigue siendo, basta con leer algún libro anterior a los años 6o para ver como se clasificaban los distintos grupos políticos, luego el estalinismo y la social-democracia en manos de la burguesía radical de izquierdas han falsificado la cuestión.

  8. El problema es la despolitización de la sociedad, y que no cononcen lo que defiende cada ideología.

    Si no, sabrían que el 99% es la izquierda, los de abajo, y el 1% la derecha, los de arriba, el problema son el 50% que vota lo que no le beneficia engañados por el marketing político y porque no tienen formación política.

    Si sigues la actualidad sabes que la verdadera izquierda está a favor de la solidaridad, ecología, derechos humanos, etc, y la derecha a favor de la privatización y el repartirse el pastel.

    Creo que es mejor que la gente se forme y los de abajo se consideren de izquierdas a que nos clasificquemos como «los de abajo» o «los de arriba» por simplificar sin que nadie se siga enterando de teorías económicas y política.

    Aunque, a las alturas que estamos, quizá tardemos tanto en formar a esa gente que por eso, se tiende a simplificarlo todo. Aunque sin interés por la gente por entender, acabará saliendo un partido que se diga «de los de abajo» que sea realmente «de los de arriba» que es lo que pasa ahora con el PPSOE.

  9. En el alborotado gallinero de menéame acabo de leer con sorpresa
    Por lo «honesto» y directo que expresa un comentario, lo que ya es una resabida costumbre de masas, pero que casi nadie comenta.

    Comentario:

    #4 Yo no me arrepiento para nada. Siempre voto al partido que va a ganar las elecciones según los sondeos: PSOE o PP, me da igual. Los tontos sóis los que perdéis las elecciones todas las veces por votar a partidos de cuatro gatos.

    [-226 votos: 44 hace 6 horas 1 minuto * por Tau-Pai-Pai]

    Pues Bien, hay más de 10 Millones de Tau-Pai-Pai-s en España !!!

    Link original:
    http://www.meneame.net/story/tonto-fui-javier-marias

    El CIS no es neutral ni neutro. Las teorías de probabilidad y estadística,
    No son Ciencias y se usan para manipular, en política y economía…
    Las especulaciones tecnócratas del CIS, ( y Otras Agencias)…»SUGIEREN» a los españolicos de a pie, a Quién Votar !!!

    Si quieren saber DE ANTEMANO (= Poder ! ) Que vuelvan a las Bolas de

    Cristal que al menos eran más románticas…

  10. No, no lo digo yo: es lo que asocia la gente con ser de izquierdas según el CIS. Algo que, por cierto, explicaba antes de que dejaras de leer.
    Un saludo

    • Sí, pero a continuación afirmas «aunque vemos que la ciudadanía tiene claro que es ser de izquierdas y de derechas», dando veracidad a lo que la gente opina en la encuesta y por lo tanto afirmando que valores como la solidaridad es de izquierdas. Si no sabes lo que escribes no es mi problema.

      Saludo

      • Yo estoy de acuerdo con la visión de lo que es ser de izquierdas y ser de derechas que tiene la ciudadanía (yo lo resumiría en «emancipación colectiva e individual» como izquierdas y «mantenimiento o agudización del statu quo» como derechas), pero el artículo descansa en lo que la gente atribuye claramente a la izquierda.

        Ahora bien, que la derecha es lo contrario a la solidaridad, no es una opinión, es una evidencia difícilmente rebatible.

        • como siempre, la izquierda queriendo intentando estar por encima del bien y del mal y de las demás ideologías… Yo me considero de derechas pero no pienso que mi ideología sea mejor que otra o que esté por encima moralmente de los demás… Los valores como la solidaridad, el compañerismo, el progreso, la tolerancia están por encima de las ideología, son valores que pertenecen a las personas no a orientaciones políticas… Pero ala, sigue en tu juego de «izquierda» bueno y «derecha malo»…

          Salud

          • Los valores que mencionas son sentimientos. Pero luego las ideologias los toman para conformar visiones e interpretaciones del mundo. Esta encuesta muestra a lo bruto lo que la gente entiende por esas palabras, hoy, en España.

            Ahora, lo que haces tú diciendo juntando «liberal+solidario» es mezclar conceptos incompatibles. Algo no ajeno a las ideologias. El problema con los liberales, que los anarquistas no tenemos, es que no quereis comprender el significado de una norma como algo generado por los hombres y que implica represión. Quieres poner tu culo pijo en un mundo etéreo de libertad para tus posesiones y que no te limite el gobierno lo que haces con tu dinero y posesiones, pero mientras quieres tener leyes que repriman para que no te toque nadie tus posesiones. Pero esas normas, no te parecen falta de libertad del otro, te parecen «lo normal». Esas normas te parece que no existen. Eso sin hablar de tantas otras normas que dan facilidades a las empresas ultraliberales (telefonicas, electricas, ahora sanidad, ) pero todo es liberal.

            ¿Si las ideologias no usan valores, que usan? ¿Son solo un mecanismo para conseguir algo? Si ese algo que se consigue no tiene una evaluación con un valor, con un sentimiento humano, ¿para qué vale eso que se consigue si no aporta ninguna emoción, saciar el hambre, estar sano, protegido, el placer de saber, de compartir, de estar en contacto con los demás, de ayudar, de ser superior, de descubrir, de follar, de disfrutar, de elegir el propio camino?

  11. Interesante articulo, para ver la forma de pensar del escritor. Da la impresión de que quiere decir que o se esta totalmente de acuerdo con nosotros o se esta en contra. Muchas contradicciones con meter en la derecha a la gente que dice «no ser de derechas ni de izquierdas» y luego decir que se puede estar en la izquierda sin ser de izquierdas.

  12. «Así, la gente relaciona con ser de izquierdas la igualdad, la honradez, los derechos humanos, la libertad individual (gran derrota de las soflamas de la derecha neoliberal), el progreso, la solidaridad, el idealismo y la tolerancia. Con ser de derechas sólo se asocia, según esta encuesta del CIS, el orden y la tradición……. Aunque vemos que la ciudadanía tiene claro qué es ser de izquierdas y qué ser de derechas».

    Osea, me estás diciendo que valores como la igualdad o la solidaridad son de izquierdas?? En este punto he dejado de leer… Hasta luego!

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