El Instituto de Adicciones de Madrid afronta una posible privatización encubierta

MADRID// El próximo miércoles 13 de febrero, Santiago D.M. acudirá a su consulta mensual con la médico del Centro de Atención a las Drogodependencias (CAD) de Villaverde (Madrid). Reconoce que está ya “de salida” de un duro tratamiento de tres años que ha acabado con su adicción a las drogas. A sus 50 años teme llegar un día a su centro “y que las condiciones de la asistencia hayan cambiado”.

Santiago, como todos sus compañeros de terapia, está preocupado por el futuro de la atención a drogodependientes del Ayuntamiento de Madrid. La firma, el pasado 25 de junio, de un protocolo “para evitar duplicidades” por parte de la alcaldesa, Ana Botella, y la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, puso la primera piedra de lo que los sindicatos interpretan como una privatización encubierta. El traspaso del Instituto de Adicciones de Madrid Salud se debería haber fecho efectivo el 1 de enero, pero no ha sido así. Pacientes y profesionales esperan con incertidumbre saber qué será de su futuro.

“Quieren traspasar el Instituto de Adicciones a la Comunidad de Madrid para privatizar un servicio que es básico para la sociedad y seguir el modelo de la CAM, en la que el 90% de los servicios de la Agencia Antidroga están externalizados”, explica Rubén Tejedor, secretario general de UGT-Madrid Salud. El Instituto de Adicciones, según cifras de UGT, lo componen 7 centros municipales (más 3 concertados) y 212 trabajadores que dan servicio al 70% de los pacientes madrileños, más de 14.000 enfermos en 2012. “Son pacientes muy vulnerables que llegan con una enfermedad física y psicológica muy grave. Necesitan una atención muy especializada correctamente coordinada entre diferentes especialistas. No se puede escatimar recursos con este tipo de enfermos multicausales y multifactoriales”, declara la médico del CAD de Villaverde, Pilar San Juan.

“Llegué al centro por mi propio pie. Había tocado fondo. Pero quería seguir consumiendo, porque la enfermedad así me lo pedía. Me han devuelto la vida”. Santiago habla del equipo -mínimo de seis profesionales- que lo asesoró, acompañó y ayudó a salir de las drogas. “Yo no tenía ni para ir a Proyecto Hombre. Ninguno de los que estábamos en la terapia grupal podríamos pagar un servicio privado, por barato que sea. Cuando pides ayuda es porque has sufrido una catástrofe personal que incluye la parte económica. Luego te recuperas y vuelves a generar ingresos, pero mientras estás en la terapia tu única preocupación es no consumir”, explica el paciente.

Retraso por la tragedia del Madrid Arena

El 1 de enero debería haber estado el traspaso a la CAM finiquitado. En una reunión con los sindicatos (que tuvo lugar en junio, tras hacerse pública la firma del protocolo) el subdirector general de Prevención y Promoción de la Salud, Antonio Prieto, aseguró que el primer día del año estaría “todo solucionado para bien”. Según un acta de UGT, el subdirector aseguró que “desde antes del 2000, la CAM está exigiendo las competencias del Instituto de Adicciones al Ayuntamiento. No se ha querido “trocear” el Instituto para que no se fragmente y desaparezca; de esta forma continuará como está”. Pero lo cierto es que a fecha de hoy el futuro del Instituto de Adicciones y sus pacientes es todo una incógnita

“Se paralizó a raíz de la tragedia del Madrid Arena. Han cortado cabezas entre los responsables municipales que eran parte importante del proceso del traspaso”, explica el sindicalista de UGT. La Marea ha tratado de ponerse en contacto con el área de gobierno de Seguridad y Emergencias (de la que depende en última instancia el Instituto de Adicciones). “No se sabe nada sobre la fecha en la que el Instituto de Adicciones pasará a depender de la CAM”, ha sido la respuesta de la administración pública. De hecho, desde el Ayuntamiento derivan la cuestión a la CAM, donde argumentan que, puesto que sigue siendo municipal, “no saben nada de nada”.

Tejero considera que “Madrid Salud no continuará como un organismo autónomo en 2014. Durante este año trasferirán los servicios de adicciones y el que viene lo harán con los centros municipales de salud y centros monográficos. Este primer paso es una estrategia para privatizar el sector más vulnerable de la sanidad madrileña. En muchos casos estamos hablando de personas sin hogar, con familias rotas y vidas al límite”. El representante sindical alerta que externalizar este servicio sería “una vuelta a los 80, cuando la droga se comía Madrid”. Además, asegura que la crisis está produciendo un notable incremento en el consumo de las drogas baratas, especialmente de alcohol.

De momento, Santiago ha vuelto a trabajar en la administración pública y ha retomado las riendas de su vida. “De esta enfermedad uno nunca se cura, simplemente la aparta. Por eso es imprescindible el apoyo de un equipo de profesionales especializados que hagan un seguimiento del mismo paciente desde el primer día. Acabas abriéndote a ellos y dándoles toda la información que tiempo más tarde te salvará la vida”, concluye.