Opinión

La esperanza blanca es sólo un animal herido

El autor sostiene que la izquierda debería dejar de fijarse en los últimos movimientos de Esperanza Aguirre y concentrarse en construir una alternativa.

Suele decirse que no hay nada más peligroso que un animal herido y acorralado, lo cual es cierto si incluimos a los animales políticos. Este parece ser el caso de Esperanza Aguirre para sus propios compañeros de partido. Desde que en 2008 Esperanza Aguirre osara plantarle cara a un Mariano Rajoy derrotado y repudiado, el futuro político de la lideresa quedó circunscrito a Madrid, lo cual no podía ser suficiente para una mujer ambiciosa, que aspiraba a conseguir el liderazgo de la derecha a nivel nacional en torno a un proyecto profundamente conservador al grito de ¡viva la libertad!

Desde entonces, Aguirre no ha perdido oportunidad de poner palos en la rueda del marianismo dentro del PP, haciendo todo lo posible para mantenerse como cara visible de una alternativa interna en la formación y aprovechando cada ocasión que se le presentaba para ello y si no las había, generándolas ella misma. La última humillación por la que le hicieron pasar fue dimitirla como presidenta de la Comunidad de Madrid, vaya usted a saber por qué razones, sin que consiguieran descabalgarla de la Presidencia del PP madrileño en lo que parece indicar una estrategia del marianismo para hacerse con el control de la única organización territorial sobre la que no ejerce el control, y así Ignacio González tuvo que conformarse con mandar en la administración autonómica pero no en el partido.

Mientras tanto, la izquierda, entiéndase por tal lo que el lector quiera, observa con miedo los movimientos de Aguirre ante el escándalo de los papeles de Bárcenas, temiendo que una Aguirre que desde el tamayazo se ha demostrado imbatible, pudiera hacerse con el control del PP, quizás con una alianza con ciertos sectores del extremo centro de UPyD, para relanzar un proyecto conservador en torno a su liderazgo. Todo es posible, quizás si Aguirre juega bien sus cartas, pueda liderar una rebelión interna desde los cuadros descontentos más importantes del partido hasta los diputados rasos, que serían los últimos en mover ficha.

No obstante, quiero aprovechar esta ocasión para tranquilizar las atribuladas conciencias progresistas, Aguirre se las está cobrando todas juntas, es solo un animal herido y acorralado que aprovecha las circunstancias para, con su particular estilo populista, sacar de sus casillas a la cúpula del PP. La esperanza blanca que representa es sólo un espejismo. Parecería por tanto recomendable, abandonar esos miedos a una derecha corrupta, deslegitimada, dividida, enfrentada y en definitiva fracasada, para empezar a construir la única y verdadera esperanza de este país, la esperanza roja.

Gustavo García Espejo es consultor político y de comunicación

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Comentarios
  1. Pues yo no veo tan claro de que es un animal herido, además un animal herido puede causar todavía mucho daño, o recuperarse, gracias a esa izquierda institucional, las cúpulas de partidos y sindicatos, que fabricaron el tinglao del 78. Porque esta oligarquía no quiere que se termine el tinglao y va a hacer todo lo que pueda, es decir, aumentar la represión y desviar la atención.
    Pero independientemente, de que el tea party madrileño se haga o no con el poder, dadas las circunstancias actuales, puede ser una alternativa real a la que es la izquierda institucional, si es que alguna vez lo fueron, o incluso puede dar más alas a la misma, pero también dado su desprestigio, me da a mi, que podríamos estar más cerca de la primera opción que da segunda, es decir, de mandar a la mierda este tinglado.De todas maneras, sin ser muy optimista pese a todo, la situación actual de pudridez del sistema tenemos que aprovecharla continuando la lucha en las calles y en los tajos, desde la desobediencia y con las ideas claras de que lo que falla no es el sistema político sino todo el sistema.
    ¡Salud y acierto!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.