Cultura

La pervivencia del catalán, una conquista social

Lejos de partir de una óptica nacional o de identidad, el lingüista Rudolf Ortega aborda en ‘La dèria del català’ el relato social que explica la pervivencia de la lengua catalana, en la que la inmigración ha jugado un papel destacado al adoptarla como suya.

BARCELONA // La pervivencia de la lengua catalana y las circunstancias históricas que la mantienen viva suelen abordarse a menudo desde una perspectiva nacional o de identidad. El lingüista y traductor Rudolf Ortega, sin embargo, se ha centrado en desgranar el relato social que explica la situación actual del catalán y su supervivencia en el libro La dèria del català (La fijación del catalán; editorial RBA), en el cual revela la participación clave la inmigración en el mantenimiento y transmisión de una lengua que en la actualidad hablan 10 millones de personas.

“El relato sobre la lengua se ha hecho siempre desde la política -sobre todo desde el catalanismo-, y desde la literatura. Falta un relato social que explique el comportamiento que tenía con la lengua la clase trabajadora, o los inmigrantes castellanohablantes que han ido llegando”, cuenta Ortega a La Marea.

Las claves que explican que a pesar de la presión ejercida sobre la lengua catalana a lo largo de los siglos (principalmente con las dictaduras de Franco y Primo de Rivera) se haya mantenido e incluso incrementado su uso están, para el autor, en que la población nunca ha dejado de usarla, y se han ido incorporando a ella personas de distintos orígenes. “El Estado ha ejercido desde hace 300 años una presión muy grande sobre la lengua, pero esta presión no se vio acompañada por el conocimiento del castellano”, explica.

Un ejemplo es el Decreto de Nueva Planta promulgado por Felipe V en el siglo XVIII, que obligaba a la escolarización en castellano. La educación no era universal, así que saber castellano “era una rareza”, cuenta el lingüista. “La población catalana no llega a ser plenamente bilingüe en castellano hasta el franquismo, y eso es muy tarde”.

A pesar de las directrices de la dictadura, “la población de habla catalana nunca dejó de transmitir la lengua a sus hijos”. Además, la inmigración llegada a Cataluña desde otros puntos de España durante el franquismo, “hizo un proceso de incorporación al catalán a lo largo de las generaciones siguientes”.

El catalán, afirma Ortega, cuenta en la actualidad “con más hablantes que nunca”. Y eso que tan solo un tercio de la población tiene el catalán como lengua materna -aunque esta cifra va en aumento-, frente a casi la mitad que tiene como lengua materna el castellano, revela el autor. “En las generaciones jóvenes el catalán gana terreno. Hoy no es la lengua mayoritaria, pero si se mantiene el ritmo de transición a favor del catalán como lengua materna puede llegar a ser mayoritaria en las próximas décadas”, asegura Ortega.

En La dèria del català, el autor también desmonta algunos tópicos. “Antes de la Guerra Civil, había miembros de las clases burguesas catalanas que utilizaban el castellano en casa y con sus hijos; y en cambio, había inmigrantes procedentes de Murcia y Almería que hicieron suya la lengua catalana y se la transmitieron a sus hijos. ¿Quién ha mantenido más el catalán?”.

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