Opinión
La última crónica sobre Casas Viejas
La derecha logró despreciar al Gobierno de Azaña con la manipulación de los hechos que rodearon la rebelión anarquista en este pueblo gaditano en 1933.
Se cumplen este mes ochenta años de la sangrienta represión que durante el gobierno de Manuel Azaña tuvo lugar en la localidad gaditana de Casas Viejas, donde había estallado un foco revolucionario anarquista el 11 de enero de 1933. Sobre estos hechos se publicó hace unos meses una pormenorizada, rigurosa y precisa crónica, obra del periodista Tano Ramos, que recibió con todo merecimiento el Premio Comillas en su última edición. Entre sus méritos no está solo aportar una documentación que hasta ahora se desconocía -como una parte del sumario contra el capitán Manuel Rojas, procesado por asesinato-, sino ofrecer también una magnífica exposición a través de un minucioso y ameno tratamiento de las valiosas fuentes de consulta que se utilizan.
La primera versión oficial que se tuvo de lo ocurrido, y por la que Azaña negó en un principio que hubieran sido ejecutados hasta catorce anarquistas en Casas Viejas, fue que todos los revolucionarios perecieron en combate al hacer frente a la Guardia Civil y de Asalto. Sin embargo, gracias a las primeras crónicas periodísticas de Eduardo de Guzmán y Ramón J. Sender -con los que muchos años después tuve oportunidad de hablar sobre ello-, gracias al propio interés del jefe del Gobierno -que inició las pertinentes indagaciones judiciales- y a la comisión parlamentaria desplazada al efecto, pudo saberse qué pasó al día siguiente de haber sido sofocada la rebelión. Todo no acabó con la muerte de los ocho anarquistas -entre ellos una mujer- que se resistieron en la cabaña de Francisco Cruz, conocido como Seisdedos y uno de los cabecillas de la revuelta, y que fallecieron carbonizados al prender los guardias fuego a la modesta vivienda con techumbre de paja.
Al amanecer del día siguiente y cuando el pueblo ya estaba en calma, el capitán Manuel Rojas, de la Guardia de Asalto, mandó detener a los lugareños que tuvieran armas de caza en sus casas y pudieran haber intervenido en los disturbios. Doce de ellos fueros esposados y conducidos hasta la corraleta de la casa de Seisdedos, donde serían fusilados. Durante los dos juicios celebrados en la Audiencia Provincial de Cádiz en 1934 y 1935, Rojas alegó que solo se había limitado a cumplir las órdenes recibidas del Gobierno, contradiciéndose al afirmar primero que las bajas se habían producido durante la lucha -lo que sí se ceñiría a esas órdenes-, para sostener después que los guardias procedieron a la ejecución porque se sintieron amenazados en un entorno de guerrilla.
Recurrida la sentencia por la que se condenó al capitán Manuel Rojas a 21 años de cárcel, el Tribunal Supremo dictaminó finalmente, meses antes del golpe de Estado franquista, que los asesinatos cometidos en Casa Viejas no habían sido tales, sino homicidios, por lo que a Rojas, preso desde 1933, se le aplicó una pena de solo tres años de cárcel. Como ya casi la tenía cumplida, el capitán quedó en libertad con la antelación suficiente para sumarse a la rebelión militar y ejercer así de señalado represor en la provincia de Granada, tarea en la que lo acompañaron en otros lugares del país algunos de los oficiales que testificaron a su favor durante s procesamiento.
Tano Ramos hace un puntual y detallado análisis comparativo de la informaciones facilitadas por la prensa que hizo el seguimiento del caso y que por parte de los periódicos reaccionarios y anarquistas constituyó un auténtico juicio paralelo que culpabilizaba al jefe del Gobierno de lo ocurrido. Esto contribuyó al desprestigio de la República y a la derrota en las elecciones de 1933, que ganó la derecha, favorecida por la abstención promovida por los anarquistas. Para rebatir ese procesamiento mediático llevado a cabo contra Azaña utiliza el autor buena parte del sumario correspondiente a la acusación que pesaba sobre el capitán Manuel Rojas.
Por extraño que resulte, un documento tan fundamental no lo encontró el periodista en los archivos de la administración de justicia, de donde ha desaparecido, sino por medio de la hija del abogado defensor de las víctimas, Andrés López Gálvez, cuyo testimonio presencial pone punto final al libro con un último y muy emotivo capítulo. Se rememoran en el mismo las penalidades que hubo de sufrir el letrado durante la dictadura y la posibilidad de que el propio Manuel Rojas, triunfante con el nuevo régimen, hubiera pretendido matar a quien lo llevó a presidio. También se da cuenta de un encuentro entre ambos, en una cafetería de la calle de Alcalá en el Madrid de los años sesenta, que acabó según el letrado con unas frases de perdón ante la perplejidad de quienes tuvieron noticia de tal desenlace.
No fue esa precisamente la actitud del abogado defensor del capitán procesado, Eduardo Pardo Reina, que después de haber hecho comparecer a Manuel Azaña y a su ya ex ministro de Gobernación Casares Quiroja en el segundo de los jucios celebrados en Cádiz en 1935, no pudo ejercer como letrado para la ocasión por hallarse implicado en una trama terrorista que tenía por objeto asesinar precisamente al ex jefe del Gobierno en el transcurso de un mitin a celebrar en Alcázar de San Juan. Al estar procesado por este motivo, Pardo Reina, que había intervenido en la fundación de Unión Militar Española (UME) -vinculada luego al golpe del 18 de julio-, no pudo defender tampoco al general López Ochoa, que había reprimido la revolución de octubre de 1934 en Asturias con un rigor similar al de Rojas en Casas Viejas.
En el libro del periodista asturiano no falta una breve referencia a las vidas truncadas de quienes de una u otra forma no se inclinaron por la versiones falaces que se dieron durante el procesamiento de Rojas. El director general de seguridad, Arturo Menéndez, fue torturado y asesinado por los falangistas en Zaragoza en 1936. Dos de los periodistas que ofrecieron una información más objetiva de los hechos, como los redactores de La Voz y El Sol, Luis Díaz Carreño y Fernando Sánchez Monreal, fueron fusilados por los golpistas en agosto de ese mismo año en la provincia de Burgos. El niño Salvador del Río Barberán, que presenció con muy pocos años la muerte de su abuelo, murió en 1996 pensando que se encontraba en el lugar del crimen. Al guardia civil José Gutiérrez López, en cambio, que había salvado a dos de los anarquistas detenidos y también había sido el primero en testificar contando las ejecuciones, lo asesinaron los camaradas de las víctimas en el trágico verano de 1936.
En el epílogo, Tano Ramos utiliza fragmentos de los diarios de Azaña, secuestrados por Franco hasta que la hija del dictador los entregó al Gobierno tan tarde como en 1996, en los que don Manuel aporta datos elocuentes y suficientes como para demostrar su interés por esclarecer, desde que los supo, unos hechos que desconocía y sobre los que se le había mentido. Azaña, que pidió paz, piedad y perdón para el futuro de España, muere en el exilio en Montauban en 1940, asediado por el fascismo hitleriano y franquista. Ese mismo año, recuerda el autor del libro, el comandante Manuel Rojas estaba al frente de un batallón de trabajadores en un campo de concentración para presos republicanos, en la misma provincia de Cádiz donde había dejado sangrienta memoria.
«Si para España queréis, señores jurados, una era de paz, de sosiego, de concordia, como ahora se dice, de pacificación de espíritus, fijaos en vuestra conducta. Si por el contrario queréis para España que no tenga ni un minuto de quietud, que todo sea desasiego y lucha enconada, también está en vuestras manos. Dad el veredicto con todo imparcialidad.Un veredicto absolutoria es entregar un arma poderosa al enemigo». Las prediciones del abogado liberal López Gálvez se cumplieron. Dos años después de hacerlas, el capitán Rojas se encontraba en libertad para prestar su apoyo a una nueva y masiva tarea represora en un país, en efecto, en el que todo era desosiego y lucha enconada.
El caso Casas Viejas: Crónica de una insidia (1933-1936)
Autor: Tano Ramos
Editorial Tusquets, marzo, 2012
Entiendo que la texis del artículo es exhonerar la figura de Azaña, y por extensión la 2ª República, apoyándose para ello en la jornada trágica de Casas Viejas.
Mal camino.
Mal método.
Cualquier estudio sobre tal o cual hecho puntual de nuestra fatídica fecha de los años 30 aporta detalles. Pero por encima de un estudio pormenorizado se ha de situar una amplia visión de conjunto .
Por supuesto que Azaña es responsable último de los actos de una cuadrilla de Guardia civiles asesinos. Pero aunque obviaramos esta afirmación, y elevando el análisis, ¿ Fue Azaña el hombre que España necesitaba ?¿ Gozaba del pulso, potencia y determinación suficiente para yugular los extremismos sin vuelta atrás de socialistas,sindicatos, anarquistas, falangistas y monarquicos? Es evidente que no. Su inacción contribiyó a degenerar el panorama político. A pudrirlo. Su principal cometido debiera haber sido apaciguar los radicalismos. Y por supuesto , en este punto fue tendencioso y laxo.
La 2º República nació ya enferma de muerte. Si en el 31 se hubieran cortado todos los actos de barbarie y se hubieran controlado a todos los movimientos que hoy denominaríamos «antisistema» la deriva hubiera sido otra.
Respecto a algunos opinadores : Trasladar al devenir de nuestra actualidad términos como burguesía, derechas, revolución; denota cuando menos resentimiento y poca evolución en las ideas.
La República nació muerta porque la concepción entre los trabajadores, al menos una gran parte, no tenía nada que ver con la concepción de la pequeña oligarquía liberal y burguesa a la que pertenecía Azaña, los cuales no eran más que unos filósofos de salón que habían leído mucho pero que desconocían realmente la situación de polarización socieconómica tan brutal que existía en este país, porque no la vivían o la habían olvidado. Esa concepción de los trabajadores era que había llegado el momento de la revolución, de terminar con el capitalismo, diferente a la concepción burguesa y liberal de reformar el capitalismo. Además parece que la gente, a menudo se olvida del contexto histórico; crisis del capitalismo, ascenso de los totalitarismos y consecuencias del triunfo de la revolución rusa, lo que explica que la burguesía, y la liberal también, siempre tuviera más miedo a la revolución que a la guerra.
En definitiva, la burguesía de hoy y de ayer siempre habeís temido a los antisistemas, a los anticapitalistas, y siempre habeís intentado, manipular el lenguaje, y reducir la conflictividad a problemas políticos exclusivamente, cuando existen otros tan poderosos como los socioeconómicos e incluso culturales, puesto que decir que «nuestra actualidad términos como burguesía, derechas, revolución; denota cuando menos resentimiento y poca evolución en las ideas» es no tener NI IDEA en el mundo en el que vives; esto es el sistema capitalista, controlado por la burguesía, que intenta vendernos que esto es democracia y se llama monarquía parlamentaria, sino se llamaría República, y todos aquellos que defiendan el sistema, se llaman derecha, y esta burguesía, derecha, sea republicana o monárquica, no solo en momentos de crisis sino en el día a día te explota, oprime y asesina, a pesar de que intenten embellecerla con palabras como democracia y libertad, y genera en esta sociedad de clases, no solo resentimiento sino situaciones violentas, que ponen en evidencia sin disfrazes, lo que hacen los burgueses llamense Franco, Felipe, Aznar, Puyol o Arzallus, defender sus intereses de clase, creando situaciones que a veces dan lugar a revoluciones. ¡salud!
Algunos parece que se confunden de tema, aquí no se está juzgando cual de los regímenes del Estado burgués es más o menos asesino de trabajadores, el franquista, el republicano o el monárquico, todos regímenes de la clase explotadora burguesa, sino la actuación concreta del gobierno republicano, del Sr Azaña, de Casares Quiroga y, por cierto que también era ministro y por tanto corresponsable, Largo Caballero. Y el veredicto de la Historia es inapelable, fueron culpables del asesinato de Casas Viejas. Azaña en sus diarios comenta que Largo Caballero le exigía la represión de los sindicalistas de la CNT, y Casares Quiroga era el jefe del gobierno el 18 de julio de 1936 que informado de la sublevación militar en Marruecos contestó «que si en Marruecos se están levantando, yo me voy a acostar». Con estos personajes la victoria de los franquistas estaba asegurada desde el principio.
Le faltó mucho a los anqruistas para cuajar su revolución, Joanot, entre otras cosas menos crueldad gratuita y menos anarquía organizativa a la hora de hacer frente y unirse a la izquierda para luchar contra un enemigo poderoso que actuó muy unido. Otra cosa es el idealismo sincero y revolucionario que caracterizó a algunos de sus líderes y a no pocos de sus combatientes.
Donde puse la 3ª era la 2ª eh?…-a ver si llega por cierto…-.
Bueno , vamos a poner a prueba a los censores del sitio…-si es que los hay..-.
Después de 40 años de dictadura ,pura y dura,y de 35 años de «pseudodemocracia»,-partitocracia seria mas correcto de decir-,aún cuando se mencionan ciertos temas de nuestro pasado «tabú», se siguen escuchando , por parte de los de siempre, las mismas tonterías…
La 3ª , república, fue el «último» sistema político , realmente democrático, que ha conocido este triste «país»…-por llamarlo de alguna manera..-;lo que ha venido después de que muriera el dictador, no ha sido mas que la continuación de lo anterior, por otros medios, vía cambio de decorado,y con la actualización correspondiente a los tiempos modernos…
Nunca hubo ,-y de momento nunca la habrá- una ruptura democrática , con lo anterior. No hubo una purga en las fuerzas armadas y policiales del régimen franquista – principales elementos de represión de la dictadura-, y desde luego no la hubo , en sus herederos políticos , y sociales.
Nunca , se reconocieron los numerosos crímenes promovidos por el régimen ,y cometidos durante años y años después de acabada la guerra civil.
Nunca se intento esclarecer los hechos , la represión , las cárceles , los campos de exterminio y/o concentración- que los hubo y muchos en España-,las venganzas y asesinatos , cometidos en pueblos y ciudades, por los vencedores..etc.
Los herederos de los vencedores , muerto el dictador , pusieron una larga serie de condiciones , para legalizar a partidos y sindicatos , que de una forma u otra habían sido prohibidos durante la dictadura.Y con la amenaza de los espadones detrás ,lo único que se atrevió a hacer el pueblo , después de 40 años de infierno fue el «si señor»:¡ una modélica transición de narices!.
El resumen sería mas o menos que os dejamos montar partidos , y sindicatos , ya hasta asociaciones de barrio; incluso a votar todas la veces que se os antoje…eso si: todos tan amigos y corremos un tupido velo sobre el pasado y todos sus fantasmas y de preguntas 0 patatero.Y por supuesto , ni se os ocurra dudar de determinados y sacrosantos figurones…¡esos están por encima de todo y de todos!.
Y ahí seguimos , que nadie se engañe.Con las anteojeras bien caladas , para no ver el latrocinio salvaje de la banca y los banqueros, y la miseria y represión social , impuesta por los herederos del régimen, que impera a nuestro alrededor…,y es que un pobre tinglado , basado en la mentira y el mas cruel engaño, no podía durar siempre…
¿como hemos llegado a esto eh?, ya lo ven: pasito a pasito.
Sobre esto ya se escribió y analizó demasiado… Poco objetivo el artículo y basado en el libro de un sólo señor que parece haberlo escrito para lavarle la cara a Azaña… La realidad es que los anarquistas, esos que se nombra en el artículo con una cierta frialdad, como quien deja caer la culpabilidad sobre el rebelde con un deje de desprecio, estuvieron a punto de desencadenar un revolución en proporción tan importante como la rusa de 1918, y con un ideario que hubiese eclipsado el prestigio del stalinismo para siempre: la revolución más avanzada de la historia.
En cuanto a lo de Casas Viejas, una matanza indecente de carniceros legales en tiempos en que era posible este tipo de sucesos y mucho más… La responsabilidad por supuesto que la tuvo Azaña -fuese una baladronada mla entendida lo de los tiros a la barriga, una orden directa o un malentendio, y el responsable directo el capitán Rojas que no las debió tener consigo tan claramente cuando se largo con los golpistas sin pensarlo…
Los descubrimientos después de 80 años del suceso son puntos de vista, opiniones y revisiones… Nada más.
Ahora echamos de menos el idealismo de los de Casas Viejas… Y por eso estamos paralizados y sometidos por el estado terrorista y por el avaricioso capital…
Cuento ochenta y dos años y puedo con mucho fundamento y testimonio de la Historia, hablar del criminal de lesa humanidad Franco.
Pero solo voy a decir que cuando tenía quince años y vivía con mis padres y abuelos exiliados en un país francófono, esperábamos tal como prometiron los aliados, que el Tercer Hombre (Franco)fuera apresado y llevado al Tribunal de Nuremberg para ser juzgado y ahorcado porque a Hitler y a Mussolini no los pudieron atrapar.
Si eso se hubiera conseguido entonces hoy el partido pepero no existiría de la misma forma que no hay partidos de Hitler o Mussolini en Europa.
Pero los aliados nos fallaron no solo a los españoles, sino a los europeos y a toda la Humanidad.
Pueblos de América del sur han dado con sus tiranos asesinos en la cárcel muy recientemente mientras que aquí el partido del dictador aún está vigente deslizado como una serpiente entre la Democracia y ejerciendo su odio hacia el Pueblo.
Cuando era pequeño años 1950 -1955, estudié hasta los diez años en una escuela construida en tiempos de la república, aun esta funcionando como colegio principal del pueblo.
Mis hermanos y yo nacimos en un hospital construido también en tiempos de la república.
Nunca hubo en la historia de España una etapa política tan ilusionarte y prometedora para la inmensa MAYORIA de los españoles como aquellos años.
Son patéticos los reiterados intentos de la pequeña burguesía por reescribir y falsificar los hechos históricos, en contra dicen de la llamada derecha pero en la mayoría de los casos en contra de la clase obrera y de los movimientos revolucionarios. En nombre de una memoria histórica falsificada, lo que no puede entenderse como una defensa de la interpretación derechista, Zapatero rehabilitó a Negrin, expulsado del PSOE por traidor al socialismo y a España. Y ahora se intenta disculpar a Azaña y Casares Quiroga por los asesinatos de Casas Viejas. Basta la declaración del propio Azaña en el Parlamento republicano como confesión de la responsabilidad política de los responsables de la Guardía de Asalto: «En Casas Viejas sólo ha pasado lo que tenía que pasar», es decir, ha pasado lo que tenía que pasar, el asesinato de los trabajadores rebeldes por parte de la burguesía aunque se llame de izquierdas. Desde luego que los participantes directos en la matanza años después se integraran en el Alzamiento militar no exculpa a los dirigentes republicanos, ese es un burdo intento de manipulación sentimental de los lectores ingenuos y poco informados que hay que rechazar.
Amigos,
no he dicho que fuera un régimen más represivo que el que más, si no tan represivo como cualquiera (ni más ni menos). A los hechos me remito.
Y no, amigos, no me da rabia que la 2ª República fuese más democrática que lo que hubo antes o después (creedme, podéis descartar esa incalificable hipótesis).
Lo que me da rabia, amigos, y miedo, es que, pese a haber sido tan democrática como nuestro actual régimen), la gente piense – gracias a un sencillo juego de contrastes- que sí, que era la quintaesencia de la democracia. Mi humilde opinión es: «ya será menos..»
Pareciera que mucha gente articula el siguiente -digamos-, pensamiento:
Veamos: «como Franco era malo (cierto) y la república lucho contra Franco (hecho matizable), la república es buena (!”·$%&/()=? error).
Para eso serviría la tercera república: sería un narcótico social que nos dejaría agilipollados durante, como mínimo, 10 años más. Me resisto a tirar a la basura a una generación más.
(He dicho “sería” [un narcótico social o político] cuando debería de haber escrito “será” porque a los sinvergüenzas de los borbones le quedan no más de media docena de nochebuenas. Quien puso al rey lo quitará cuando quiera.)
En cualquier caso, que no cuenten conmigo para la 3ª república, tenemos otras cosas de las que preocuparnos. Para luchar contra el opresor y en pos de la libertad y dignidad humana,
Juan sin sueldo
No se trata de idealizar la república amigo sin sueldo, sino de poner las cosas en su sitio y la republica tanto la primera como la segunda pretendieron romper un deplorable historia de España, con reyes militaristas, asonadas militares y golpes de estado. Consta que con la segunda república se consiguieron muchas cosas (voto de la mujer, alfabetización, la generación intelectual más brillantes de nuestra historia, etc), por eso yo apostaré por la tercera para salir del estado de decrepitud política y moral que vive este país.
Amigos, es encomiable vuestra voluntad de limpiar la Historia de infecciones, pero no os molestéis en sacar del cubo de la basura a la 2ª república.
Fue -siendo compasivo-, un régimen tan represor como cualquiera.
Al repugnante caso de Casas Viejas hay que sumarle el de la masacre de Medina de Rioseco (Valladolid), el 7-10-1934, o la matanza en La Villa de Don Fadrique (Toledo), el 8 de julio de 1932, cuando los republicanos y socialistas estaban en el gobierno.
Y hay muchos muchos más, compañeros. Infórmense e infórmennos.
En el mejor de los casos las cosas seguirían igual con un presidente en lugar de un rey y un retal morado en la bandera. No necesitamos próceres ni banderas.
La primera vez que nos engañaron fue culpa suya, la segunda vez que nos engañaron ya fue culpa nuestra. Que no cuenten conmigo para la tercera república.
Hay cosas que son inaceptables:
«Fue -siendo compasivo-, un régimen tan represor como cualquiera.»
Se pide un poquito de decencia. Quieres decir que fue tan represor como la dictadura de Franco, la dictudura de Primo de Rivera, la propia Restauración (semana trágica…), que Isabel II, Maria Cristina y cómo no ese super-democráta Fernando VII.
En la democracia Italiana, unos años antes, y en la Alemana de Weimar era habitual el asesinato político y los conflictos sociales violentos, así que no confundamos la conflictividad social con la legislación de un país.
¿Por qué España iba a ser menos? Tuvo esa conflictividad también en la Restauración, cuando se iba a la cárcel por ser republicando, pero parece ser que eso era conflictividad social y no represión. Primo de Rivera parece ser un democráta en tus labios.
La gran diferencia que puede determinar «la condición represora de un régimen» son las garantías consitucionales y la legislación. No hay que confundir las leyes, que es lo que define a un régimen con la conflictividad política y social de un país que es anterior a la propia República.
Artículo 34. Toda persona tiene derecho a emitir libremente sus ideas y opiniones, valiéndose de cualquier medio de difusión, sin sujetarse a la previa censura.
En ningún caso podrá recogerse la edición de libros y periódicos sino en virtud de mandamiento de juez competente.
No podrá decretarse la suspensión de ningún periódico sino por sentencia firme.
CONSTITUCIÓN 1931
Este artículo, entre otros, es lo que diferencia a todos esos regímines. El regímen democrático de la República no fue represor. Fueron represores la propia sociedad (militares, organizaciones políticas, sindicales y religiosas)… es lo que tiene los años 30.
Vamos a comparar con la Constitución actual, a ver cuál es mas democrática y cuál más represora:
Educación:
Educación en 1978
Art. 1.- Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sis hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones
Educación en 1931
Art. 48.- La enseñanza será laica, hará del trabajo el eje de su actividad metodológica y se inspirará en ideales de solidaridad humana
Democracia y participación ciudadana
Referéndums en 1978
Art. 92.2.- El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del del Presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados
Referéndums en 1931
Art. 66.- El pueblo podrá atraer a su decisión mediante “referéndum” las leyes votadas por las Cortes. Bastará, para ello, que lo solicite el 15 por 100 del Cuerpo electoral
Democracia, jefatura del estado y su elección
Jefe del Estado en 1978:
56.- El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.
Jefe del Estado en 1931:
Art. 67.- El Presidente de la República es el jefe del Estado y personifica a la Nación. El Presidente de la República será elegido conjuntamente por las Cortes y un número de compromisarios igual al de Diputados.
Los compromisarios serán elegidos por sufragio universal, igual, directo y secreto, conforme al procedimiento que determine la ley.
Impunidad del jefe de Estado
Impunidad del Jefe del Estado en 1978:
56.- La persona del Rey de España es inviolable y no está sujeta a responsabilidad.
Impunidad del Jefe del Estado en 1931:
85.- El presidente de la República es criminalmente responsable de la infracción delictiva de sus obligaciones constitucionales.
Si te da rabia que la República fuera un Régimen democrático (en la que gobernó tanto derecha como izquierda), pues lo siento, pero no hace falta que seas compasivo para simplemente mentir de forma honerosa.