Sociedad
Valencia recibe con aplausos a la 'marea roja', en defensa de los discapacitados
Después de más de 100 kilómetros de marcha llegan hasta las puertas del Palau de la Generalitat para exigirle al presidente Fabra que pague los 15 millones de euros que debe al sector y que renuncie a su plan de financiación para 2013
VALENCIA // Agripa F. Hervás se abraza a una compañera, no puede soportar más y se pone a llorar. Han llegado a Valencia. Ambos han participado en la caminata Discapacidad en Marcha por la Dignidad y el Respeto, que partió de Villena (Alicante) hace diez días.
Este miércoles han llegado a Valencia para traer sus reivindicaciones hasta las puertas del Palau de la Generalitat. El 19 de noviembre comenzaron una decena de personas esta caminata y han llegado hasta la capital donde les esperaban centenares de personas, usuarios, trabajadores y familiares.
Salva es una de esas personas. Él también ha venido caminando desde la provincia de Alicante. Recuerda que la iniciativa partió de «cuatro o cinco personas que medio en broma, medio en serio, lo dijimos y mira cómo hemos acabado”. En sus ojos hay satisfacción al verse rodeado de gente con la que comparte la preocupación por el futuro de la atención al sector de la discapacidad.
Y es que como le apostilla Paulino, otro de los promotores de esta marcha, “había que hacer algo porque se quiere volver al modelo de esconder al discapacitado, y nosotros luchamos porque tengan un futuro, respeto y divinidad”.
La marcha tiene como objetivo sensibilizar a los políticos y a la sociedad sobre la situación del sector. Sus reivindicaciones se centran en tres puntos. El primero, el pago inmediato de la deuda contraída por la Generalitat Valenciana con los centros y servicios de discapacidad y enfermedad mental, una deuda que se estima en 15 millones de euros.
Además, se exige la paralización del nuevo plan de financiación para los centros de discapacitados en 2013. A juicio de Agripa, el nuevo plan «supondrá el cierre definitivo de muchos de ellos”. Por ese motivo, la tercera de las peticiones es la creación de una mesa negociadora para resolver el futuro del sector.
Con todas estas reivindicaciones, la marcha ha llegado hasta Valencia. Las calles los recibieron a gritos de “andando desde Alicante, seguiremos adelante”. Una marea roja de camisetas pidiendo respeto y dignidad se unió a los manifestantes. En ese momento volvieron los abrazos y los gritos. La emoción se desborda. Alguien grita “¡Este modelo lo vamos a parar!”. Más aplausos.
Mientras tanto, Salva y Paulino recuerdan el apoyo de todos los sitios por los que han pasado. Dan por válidas las noches durmiendo en los centros de atención a personas con discapacidad, las largas caminatas, las ampollas, los días de lluvia.
“Cada vez que vemos un centro, una mirada, una sonrisa, un abrazo de esperanza, nos damos cuenta de que merece la pena seguir luchando”, sentencia Agripa. Y es que, como recuerdan entre los manifestantes, “nos hemos cansado ya de esperar y nos hemos puesto a caminar y hemos llegado hasta Valencia, pero podríamos llegar a Madrid o Berlín”. Después de 10 días, lo que no se les ha recortado es la ilusión.
Me sobrecogió la noticia de la marcha, la he seguido vía facebook y ayer me acerqué para solidarizarme con ellxs: cientos de personas discapacitadas, muchas sillas de ruedas, familiares cuidadores… y mucha gente como yo, expresando nuestro profundo respeto y admiración, recorrimos el centro de Valencia reclamando justicia y dignidad, esa justicia y dignidad que nuestros malos gobernantes desconocen. Hacia ellos siento indignación y desprecio.
Dignidad y visibilidad para los discapacitados, inmigrantes, excluidos, parados, personas con trabajos mal remunerados, desahuciados… Por un trabajo digno y dignamente remunerado, por la sanidad y enseñanza públicas, por una vivienda digna.