Claveles rojos en río Alba por las víctimas del franquismo

El río Alba, que con su tránsito montaraz y rumoroso da vida a una de las rutas senderistas más amenas y atractivas de Asturias, acogió este pasado fin de semana las decenas de claveles rojos que desde el puente de la pequeña localidad de Soto de Agues fueron lanzados a sus aguas por las personas que se habían congregado allí para dar término a las Jornadas de Recuerdo y Homenaje a las Víctimas del Franquismo de Sobrescobiu (Asturias), promovidas por familiares de las mismas.

Con este simbólico gesto, que arrancó las lagrimas de los presentes mientras se iban leyendo uno por uno los nombres de las personas represaliadas, se quería simbolizar,  en palabras de los organizadores, todo el reconocimiento y cariño para las personas que hoy nombramos, padres, abuelos, tíos de muchos de nosotros, que hoy con estas flores entregamos a este río Alba que recorre nuestro concejo y que fue testigo, hace setenta y cinco años, de la entrada de las tropas franquistas y con ello del fin de los ideas de Libertad y Justicia Social que simbolizaba la II República y en las que estas personas creían y ponían sus esperanzas de un futuro mejor para todos los ciudadanos coyanos, asturianos y de toda la península.

Entre los asistentes se encontraban el hijo de Octaviano Gonzalez Armayor, fusilado en Laviana; el hijo, los nietos y la biznieta de Jaime González González, muerto en la cárcel de El Cerillero; la nieta de Victoriano, fusilado en el cementerio de Oviedo; las nietas de Isabel Alvarez Miyares, que estuvo presa en la cárcel de Amorebieta, en Bizkaia; las sobrinas-nietas de Etelvina y Lucrecia Martínez Sálas, muertas en el penal de Saturrarán, en Gipúzcoa. Todos ellos han tenido por fin la oportunidad de estar presentes en un evento que reconoce y homenajea públicamente la memoria de los suyos, algo que, como expresaba Rogelio González, hijo de Octaviano González, te llena de satisfacción y orgullo al poder expresar todo eso que hemos estado obligados a callar hasta hoy día y que gracias a esta iniciativa sale a luz.

Este acto dio continuidad a la proyección del documental Prohibido recordar, que versa sobre la prisión de mujeres de Saturraran, donde la dictadura franquista mantuvo encarceladas entre 1.500 y 2.000 mujeres -pese a que su capacidad no sobrepasaba la de 700-, de las que más de medio millar eran asturianas. Entre estas se encontraban tres vecinas de Campiellos, pueblo del concejo de Sobrescobiu, que murieron en dicha cárcel. El número total de mujeres fallecidas en Saturrarain se calcula en 116, a las que hay que sumar la muerte de sus hijos, 56 niños. De estas cifras, 35 reclusas eran naturales de Asturias, al igual que 7 de los niños.

Conjuntamente con este homenaje a la memoria y dignidad de sus deudos, los familiares de las victimas del franquismo de Sobrescobiu han presentado en el Ayuntamiento del concejo una moción en la que se solicita el reconocimiento institucional de las mísmas, reconocimiento que será tratado en el pleno que se celebrará el próximo mes de enero.