Economía
La CNMV pretende evitar que se repita el drama de las preferentes
El regulador del mercado elabora una normativa que exige a los bancos dar más información sobre productos financieros arriesgados y complejos. Las víctimas de la estafa de las particpaciones preferentes se quejan de que su problema se ha caido de la agenda política.
MADRID // “En nuestra opinión esta operación no es conveniente para usted. Una operación no resulta conveniente cuando el cliente carece de los conocimientos y experiencia necesarios para comprender la naturaleza y riesgos del instrumento financiero sobre el que va a operar”. Esta frase es un extracto de un documento modelo que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) puso ayer a consulta pública. Según la entidad, el objetivo es “ayudar al inversor minorista a entender mejor si el instrumento que va a adquirir se adapta o no a sus necesidades”.
El banco tendrá la obligación de hacer un estudio “riguroso, coherente e individualizado” y presentarle por escrito al cliente la descripción de cómo se ajustan, o no, sus necesidades y preferencias al producto ofrecido. La nueva normativa propone crear además un listado en el que queden registrados los resultados de los test de conveniencia para evitar volver a ofrecerle a un cliente dos veces el mismo producto.
Con esto, la CNMV pretende limitar la venta masiva de productos financieros lo que, de paso, evitaría que se repita la estafa de las llamadas participaciones preferentes, producto de alto riesgo sin el capital garantizado que las cajas (que no podían cotizar en Bolsa) emitieron por la necesidad de financiación y que colocaron entre sus ya accionistas, principalmente particulares. La principal queja de estos es la falta de información y transparencia.
No se sabe exactamente el número de afectados, aunque algunas estimaciones apuntan a cientos de miles en toda España. Lo que sí que ha quedado claro es que en el proceso de venta de las preferentes, las cajas -como Caja Madrid, Nova Galicia Caixa o La Caixa-, no pusieron desmasiadas pegas en el perfil del cliente. Aunque la mayoría de los que confiaron en “su banco de toda la vida” no sabían dónde se metían, también hubo quienes buscaban una alta rentabilidad, que llegó a ser del 7% de interés.
Donde había 72.000€ hay 18.000€
No quiere dar su nombre no “por vergüenza, sino porque estamos viviendo un trago muy doloroso y no quiero que la gente nos identifique”. Son palabras de una afectada de la «pesadilla» de las preferentes. Entre ella y su madre suman 100.000 € que depositaron en la sucursal “de siempre” de Caja Madrid. El dinero que habían depositado en 2004 fue canjeado “a toda prisa y sin información” en 2009. Ahora mismo, de los 72.000€ que le correspondían originalmente podría recuperar 18.000€, según la valoración de hace unos días, eso “si se lo llegase a vender a alguien”.
El drama social de los desahucios forzó a reunirse esta semana a PP y PSOE en busca de una solución conjunta. Sin embargo, el problema de las preferentes, que deja a miles de ciudadanos sin sus ahorros de toda la vida, se ha quedado fuera del orden del día. «Hemos establecido mecanismos de arbitraje que funcionan razonablemente bien en algunas comunidades», declaró el pasado lunes la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, en rueda de prensa al ser preguntada sobre las razones por las que la comisión no aprovechaba para tratar este tema.
Imagen de especuladores fracasados
“La sociedad no empatiza con los afectados de las preferentes. Se tiene la imagen de especuladores fracasados, no de víctimas de una estafa”, insiste la afectada mencionada. Y es que, como explica el abogado de la querella #15mpaRato, Juan Moreno Yagüe, el principal argumento de la banca es que los clientes sabían lo que hacían firmando. “Se ha abierto una diligencia para averiguar cuántos ancianos y cuántos profesionales se reparten la tarta de esta estafa. Hay una intencionalidad clarísima por parte de Bankia (en este caso) de engañar al más débil”, declara el abogado.
De momento, los afectados persisten en su lucha. Todos los jueves, a las 18 horas, un centenar de personas se concentran ante la sede de Bankia de Alcalá, 1 para pedir explicaciones pero, sobre todo, para evitar que este tema caiga en el olvido.