Política

Rita Barberá, más de dos décadas ofreciendo “nuevas glorias a España”

La actual alcaldesa de Valencia anuncia su intención de presentarse a la reelección en 2015. La conservadora suma 21 años en el poder, cargados de enfrentamientos y polémicas amistades. Cuando comenzó su 'reinado' , en 1991, en España se pagaba en pesetas, Boris Yeltsin tomaba el testigo de Gorbachov en Rusia y aún quedaban ocho años para que Hugo Chávez ganase sus primeras elecciones en Venezuela.

Cuando Rita Barberá llegó al poder en la alcaldía de Valencia, en 1991, aún se pagaba en pesetas. El mismo año, Boris Yeltsin tomó el testigo de Gorbachov en Rusia dos años después de la caída del muro de Berlín y Nirvana estaba a punto de sacar su disco Nevermind. Aún quedaban ocho años para que Hugo Chávez ganase sus primeras elecciones en Venezuela.

Han pasado ya 21 años de aquello, y la alcaldesa sempiterna ha anunciado que volverá a presentarse a la reelección en 2015. Según los últimos datos del Instituto Valenciano de Estadística, actualmente hay más de 150.000 personas que no han conocido a otra persona en el poder, para ellos no se entiende Valencia sin Rita, y en ese error perverso está parte de la razón del éxito de la política popular.

Y es que Rita es popular en el sentido más amplio del término. Acompañado de un séquito de fieles reclutado entre la sociedad civil más conservadora, la alcaldesa se deja ver por cualquier lugar de la ciudad. Mercados y comercios son sus lugares predilectos, allí se da un baño de masas y si alguien osa criticarla tiene que sufrir los insultos y vejaciones de sus afines, a los que ya se conoce como la “kale borrita”.

Pero, ¿cómo ha llegado a tener tanto poder la alcaldesa y ha podido mantenerse en el cargo tanto tiempo? Todo arranca en julio de 1991. Pese a que el Partido Socialista, con Clementina Ródenas a la cabeza, gana las elecciones, el Partido Popular asume el poder con el apoyo de la derecha regionalista, Unión Valenciana.

Su llegada al poder de manos del ‘blaverismo’ le sirvió para acaparar toda la derecha de la ciudad en su figura. Esta situación coincide con el desmantelamiento de los socialistas, tanto a nivel local como en el País Valenciano. El PSPV inicia su particular travesía por el desierto, y los populares apuntalan su poder en Valencia. Rita ofrecerá la ciudad, y sus votantes, como un trofeo ante Eduardo Zaplana y Francisco Camps, pero también ante Aznar y Rajoy. Frente a Zapatero, todas sus armas dialécticas y el victimismo.

Así logra revalidar la mayoría absoluta en las elecciones de 1995, 1999, 2003, 2007 y 2011, aunque éste último con una victoria más ajustada y con la aparición de Compromís y Esquerra Unida como nuevos grupos políticos en el Consistorio. Algunos, la izquierda más optimista, ven en esta situación el inicio del fin de su peculiar reinado, pese a que Barberá mantiene siete concejales más que toda la oposición.

Desde hace 21 años, la alcaldesa se ha enfrentado con todo y con todos los que han osado desafiarla. El mayor desencuentro ha sido con los vecinos del barrio de El Cabanyal. La ampliación de la avenida de Blasco Ibáñez por encima del propio barrio es ya un tema personal. Pese a que tiene en contra a los tribunales, a las constructoras e incluso a los vecinos que se han unido para buscar soluciones, ella no da el brazo a torcer.

Pero también ha tenido enfrentamientos con los vecinos de Benimaclet, con los defensores del Jardín Botánico, con las asociaciones que estaban contra los despilfarros económicos en la visita del Papa, en la Fórmula Uno o la Copa América, con los vecinos de La Punta, con las víctimas del accidente del metro… y nunca ha dado su brazo a torcer.

Tampoco cede en la ejecutiva del PP. La política valenciana se enfrenta a los barones, es capaz de plantar cara a Alfonso Rus, a los zaplanistas o incluso a Mariano Rajoy por defender a sus amigos, a su familia política. Francisco Camps bien lo sabe, él fue su concejal y ella estuvo a su lado en todo momento, a su entrada a los juzgados, a la salida y cuando anunció su marcha.

En el pueblo y en las altas instancias, en los dos escenarios se mueve con soltura la alcaldesa. Este don para la adaptación le hace ser salpicada, pero nunca manchada completamente, en los casos de corrupción. De la trama Gürtel se ha librado, aunque algunas informaciones apuntan que recibía, presuntamente, bolsos de lujo de la marca Louis Vuitton. De Emarsa también se ve libre, al menos por ahora, al acotar la comisión de investigación y haber establecido la doctrina del “todos los grupos sabían qué pasaba allí”.

Ahora Rita Barberá ha anunciado que el año 2015 optará a la reelección, “porque no sé hacer otra cosa y me apasiona”. Dos grandes verdades. Para entonces llevará 24 años en el poder y podría acabar su carrera en 2019, con 71 años. Como dice el himno de Valencia, si sale reelegida, llegará a los 30 años, “ofrenando nuevas glorias a España”.

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.