Internacional
Un Chávez renacido afronta el desafío electoral de Capriles
El presidente venezolano se enfrenta a un candidato opositor, Capriles, que ha logrado aglutinar a la oposición de derechas // Los venezolanos eligen entre dos modelos opuestos de sociedad
Hace siete meses, cuando Hugo Chávez anunció al mundo que no había superado el cáncer que le detectaron un año antes, su carrera política parecía acabada. Pero con unas elecciones presidenciales en ciernes y un joven y vigoroso rival como Henrique Capriles Radonski enfrente, el incombustible presidente venezolano renació como un Ave Fenix para lanzar el más serio desafío electoral. El lider bolivariano anunció que regresaba “cargado de razones médicas, científicas, humanas, amorosas y políticas para mantenerme al frente del Gobierno y de la candidatura con más fuerza de antes». Palabra de Chávez.
Pero no le ha resultado fácil. En primer lugar, Capriles se ha convertido en el primer candidato opositor desde el inicio de la Revolución Bolivariana en 1999, que ha logrado aglutinar sin grietas a las principales fuerzas opositoras de la derecha venezolana. Es la esperanza más sólida de derrotar al hasta ahora invencible presidente en las urnas.
Tiene talento para explotar su magnetismo frente a las cámaras de televisión, se muestra como un gimnasta del lenguaje directo y brilla ante el escrutinio público que lo aclama porque pone voz a un programa político un tanto alejado del desgastado discurso de personajes oscuros que osaron rivalizar con Chávez en décadas pasadas.
En segundo lugar, Hugo Chávez sigue siendo, sin duda, el jefe de Estado más difamado en el mundo, con buena parte de la prensa nacional e internacional abiertamente en su contra bajo acusaciones de restringir la libertad de expresión en el país. Nada más lejos de la realidad. En Venezuela existen hoy 111 canales de televisión, de los que 61 son privados, 37 comunitarios y 13 públicos, que sólo atraen al 6% de la audiencia . El 80% de la prensa escrita está en manos de la oposición, siendo los dos diarios más influyentes del país –El Universal y El Nacional–, adversos al gobierno.
Con estas premisas, la batalla final que este domingo se libra en las urnas de Venezuela vuelve a polarizarse en dos modelos de país completamente antagónicos y dificilmente conciliables. Un triunfo de Capriles supondrá el fin de la utopía para muchos de los miles de ciudadanos que fueron rescatados de la pobreza –el 70% de la población en 1996- y que hoy disfrutan de programas sociales, sanidad pública, educación gratuita y un salario mínimo que les ha servido para iniciar una vida integrada en la consumista sociedad venezolana.
Para la otra mitad del pueblo, Capriles supone un regreso a la normalidad, una lucha sin tregua contra una inseguridad ciudadana que en Caracas alcanza límites tan estremecedores que hasta el propio Chávez ha colocado entre sus prioridades si sale reelegido presidente.
Una campaña titánica
Con estas premisas sobre la mesa de un pueblo polarizado entre dos sistemas y hasta entre dos formas de ver el mundo, la campaña ha sido titánica. Capriles ha acuñado como un mantra que un triunfo suyo “no significará el desmantelamiento de las políticas sociales que instauró el todavía presidente. Por eso le deseo larga vida, para que pueda ver el cambio que traeremos al país” . Su propósito es evidente: diluir la impresión de que él representa la opción neoliberal en un país donde las recetas de este tipo abrieron unas heridas que aun hoy en día siguen sin cerrarse.
Irónico y desafiante, Chávez desató su contraataque: “¿Quién es el candidato de los grandes ricachones? ¿Quién es el candidato de los corruptos? ¿Quién es el candidato de los grandes negocios? El majunche (apodo que significa algo así como como mediocre con el que se refiere diariamente a su oponente)”.
Con este intercambio de golpes en el ring electoral, cualquiera puede imaginarse que en Venezuela estas elecciones han sido cualquier cosa menos un suspiro y, a juzgar por el fragor de la batalla librado durante los últimos días, se trata del acontecimiento más trascendental del país llanero desde el fallido golpe de Estado de 1999 contra el actual presidente.
La sociedad entera se ha movilizado consciente de que lo que está en juego, además de la presidencia de un país asentado sobre una inmensa bolsa de petróleo para los próximos seis años, es el futuro en la geopolítica de una región inmersa en cruciales y novedosos cambios estructurales. Miran a Europa y tiemblan. O mejor dicho, ríen con cierto disimulo. “Aquello que ahorita os pasa, que el mercado dirija la política, lo sufrimos nosotros hace unas décadas y nos volteó”, aseguran.
A pocas horas del cierre de las urnas, muchos jóvenes – y en Venezuela el 15% de la población tiene entre 15 y 30 años- se han formado políticamente en el chavismo, ha roto sus vínculos con el pasado y no conoce otro tipo de militancia. Una amiga venezolana afirma que “muchos de estos chicos se consideran libres y críticos. Y revolucionarios”. Pero la tarea que tienen por delante apabulla y resulta muy complicada, mucho más que otros paises del entorno. El primer acto es derrotar hoy a un buen candidato como Capriles Radonski que por primera vez representa una alternativa real y fiable de oposición a Chávez.
Buena crónica y fotografía geopolítica de Venezuela, de latinomérica y del mundo. ¡Felicitaciones!
Gracias!! Aquí no hay intereses económicos de por medio, y eso se nota en la informacion q ofreceis… Menos mal!! Yo quiero saber q ofrecen, cómo, posibilidades.. No que si uno es joven, el otro escuro y demás pamplinas desinformadoras
¡Todos con Chávez! La esperanza de los ciudadanos está puesta hoy en Venezuela.
Por fin un artículo equilibrado en el panorama mediático español que al 99% demoniza a Hugo Chávez. Ojalá con Siria sea igual y podamos tener información de las dos partes y no solo la de un Observatorio de supuestos DDHH con sede en Londres y que tiene vínculos con el Departamento de Estado de EEUU.
Ánimo a Más Público (La Marea) para que camine por una senda diferente a la desinformación de los grandes grupos de la «comunicación».
Venezuela y la democracia
Mientras Estados Unidos y Europa se hunden en el hoyo negro de un concepto de democracia que daban por sobrentendido, los pueblos de América Latina le devuelven objetividad, trascendencia y alcance universal. Venezuela, entre los primeros.
(…) Desde inicios del nuevo siglo, los venezolanos vienen protagonizando un hecho inusitado, revelador, que a mi juicio ha sido escasamente ponderado: 14 años sostenidos en los que la democracia se convirtió en un extraordinario laboratorio de educación política de masas, y en obstáculo formidable para los que la encorsetan en función de privilegios de clase o ideologías superrevolucionarias.
Conjeturar acerca de cuán socialista ha sido la revolución bolivariana escapa al propósito de estos apuntes. Sin embargo, el articulista cree que, por sus logros, median motivos para reconocerla. De lo contrario, negaría que sus líderes se rigen por intuiciones similares a las de Fanon y el Che: el socialismo es posible, siempre y cuando los hombres lo quieran.
Por voluntad popular, la democracia bolivariana libró sus batallas con las reglas de sus enemigos, saliendo airosa en 13 elecciones consecutivas desde finales de 1998. (…)
¿Qué indica eso? En primer lugar, que el socialismo es democrático o no es. Y luego, que lamentos tales como el «abuso» del líder bolivariano en las cadenas presidenciales, que en los últimos tres meses habrían sumado 2 mil 597 minutos (43 horas), olvidan que desde 1830 las oligarquías venezolanas hablaron 95 millones 659 mil 200 minutos (un millón 594 mil 320 horas).
(…) Sin discurso, sin propuestas, sin brújula política, las derechas de América Latina no saben qué hacer con la democracia real y efectiva. El poder financiero y mediático es la última trinchera que les queda.
(…)el vocero del Departamento de Estado (que se llama Mike Hammer, igual que un detective que admiraba en las series de televisión gringa) declaró: «Estados Unidos espera comicios `justos y libres’ en Venezuela».
Mientras, Patrick Duddy (ex embajador de Washington en Caracas, expulsado en 2008) recomendaba a su gobierno «…intervenir en el país bolivariano luego de las elecciones presidenciales». ¿El golpe avisa?
vamos chavez, a por ellos , a por la derecha caciquil de toda la vida..si esa misma que tanto apoya nuestro aznar y la faes.
¡ ni un paso atras¿
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