Internacional
La solidaridad de Baviera tiene un límite
El estado federado más próspero de Alemania quiere denunciar el sistema de financiación interterritorial ante el Tribunal Constitucional. Los bávaros se quejan de que pagan demasiado a los paisanos más pobres en el resto de la república y en Europa.
MADRID // “Baviera está en peligro”, advirtió Wilfried Scharnagl. “La pinza entre Berlín y Bruselas amenaza a su libertad y condición de Estado”, escribió el veterano dirigente de la Unión Social Cristiana (CSU) de Baviera en agosto en la revista Focus. El artículo formaba parte de la propaganda para vender su último libro, Baviera también puede ir sola (Bayern kann es auch allein. Plädoyer für den eigenen Staat), en el que el autor aboga por la independencia de este estado federado de Alemania, uno de los más ricos y, con 12,5 millones de habitantes, el segundo más grande de los länder.
Scharnagl es miembro de la directiva de la CSU, el partido hermanado de la Unión Democristana (CDU) de la canciller Angela Merkel en Baviera. Durante años fue director del Bayernkurier, el órgano oficial de los conservadores bávaros. Este país en el sureste de Alemania ha conservado un sentimiento nacionalista desde que el reino de Baviera fue integrado en el Imperio alemán en 1871. Muchos bávaros exhiben con orgullo su hecho diferencial, pero pocos abogan por la independencia pura y dura, como la exige Scharnagl.
Los colegas del autor en la CSU, que gobierna Baviera desde hace 55 años, están muy lejos de pensar en una hipotética independencia, pero comparten el agravio respecto al Gobierno central y la Unión Europea. Los conservadores bávaros se oponen con uñas y dientes a los rescates de los países en crisis. Defienden que el dinero de los contribuyentes bávaros no debe terminar en los bolsillos de griegos, portugueses o españoles. Dentro de esta lógica, la CSU tampoco quiere seguir subvencionado a los compatriotas más pobres en el resto de Alemania. Antes del verano, el Gobierno de Baviera decidió que denunciaría el actual sistema de financiación de los estados federados ante el Tribunal Constitucional por considerarlo injusto.
«Solidarios pero no tontos»
El Länderfinanzausgleich (tal cual) garantiza que los estados más débiles reciban dinero de las regiones más prósperas. Esto beneficia sobre todo a los länder que nacieron de las cenizas de la RDA tras la caída del muro de Berlín en 1989, pero también estados como Renania del Norte-Westfalia, la antigua cuna industrial. De los 16 estado federados, sólo cuatro (Baviera, Baden-Württemberg, Hesse y en menor medida Hamburgo) son contribuyentes netos al sistema. En 2011, Baviera aportó 3.700 millones de euros al total de 7.300 millones del fondo. “Somos solidarios, pero no es justo que uno pague la mitad y doce sean receptores de los fondos”, se lamentó el primer ministro de Baviera, Horst Seehofer. Su ministro de Finanzas, Markus Söder, uno de los críticos más populistas de los rescates europeos, fue aún más claro: “Somos solidarios, pero no somos tontos”.
Desde la oposición no han cesado las críticas a las pretensiones de la CSU de acudir al Constitucional, un paso que todavía no se ha formalizado. También los dirigentes de la CDU en los länder del Este arremetieron contra sus correligionarios bávaros. Sin embargo, la discusión sobre la justicia del sistema de financiación interterritorial traza una línea de división dentro de los partidos. El gobierno democristiano de Hesse, otro contribuidor neto, está estudiando sumarse a la querella de la CSU. Tampoco lo descarta Baden-Württemberg, donde gobiernan los verdes con los socialdemócratas. “El actual sistema no crea incentivos para que los estados hagan un esfuerzo para sanear sus cuentas”, explicó Winfried Kretschmann, que se convirtió el año pasado en el primer dirigente verde de un gobierno autonómico en Alemania.
«Pobre pero sexy»
Como Kretschmann, muchos políticos y economistas consideran que los länder menos prósperos no tienen motivo para equilibrar sus presupuestos mientras pueden contar con los fondos de otros. La capital Berlín, el estado federado que más recibe en este concepto (3.000 millones de euros en 2011), hizo virtud de su debilidad financiera al inventar el eslogan “Berlín: pobre, pero sexy”. Sobra decir que la frase no les hizo mucha gracia a los dirigentes de la CSU.
En el resto de la república se acusa a los bávaros de tener una memoria muy corta. Durante muchos años, hasta 1992, el llamado “Estado libre” (Freistaat) fue receptor neto de fondos del norte, que ha sufrido el declive de la antaño poderosa industria pesada. Este dinero contribuyó a la reconversión de una región fundamentalmente agrícola a uno de los sitios punteros en industria y alta tecnología en todo el mundo, con multinacionales como Siemens o BMW.
El sueño independentista de Scharnagl, a día de hoy, parece imposible. Y todo indica que el eventual recurso de Seehofer fracase en el Constitucional, si llega a presentarlo. Pero el ruido nacionalista no le viene mal a la CSU a un año de las elecciones regionales en las que ve peligrar su mayoría tras medio siglo en el poder.
Está claro que los sentimientos nacionalistas provienen de las regiones ricas que no quieren compartir su prosperidad con las zonas menos desarrolladas del país. En definitiva, TODO POR LA PASTA. Recordarle a los bábaros que en los países del sur ellos venden sus BMW, los productos de Siemens etc etc.
Conyo!!! ¿A qué me sona aquesta cosa? Pues nada, que hagan como D. Artur Menos: que se envuelvan en esa bandera tan hermosa y que nos echen la culpa a nosotros (los que vivimos en Ejpañistan zona no-catalana-ni-vasca-ni-queseapunteelquequiera).
¿A qué me suena esto?
Y nosotros estamos hartos de que sus gobiernos y la UE, no fiscalizase a que se hizo con ese dinero, que no busquen responsables, que no los juzguen y encarcelen, de sus empresas colaboraccionistas del nazismo.