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Los estereotipos siguen instalados en las retransmisiones olímpicas

Los comentaristas deportivos de las televisiones mantienen narraciones con sesgos chovinistas, sexistas y racistas. Los negros son potentes, los asiáticos avispados y los blancos, tenaces. Y las mujeres "tienen suerte"

JAVIER SALAS // Los ciudadanos construyen sus sistemas de creencias, en parte, por lo que ven en la televisión. Y los Juegos Olímpicos son, con diferencia, el evento televisivo más seguido del mundo. Las pruebas de Pekín 2008 fueron vistas en algún momento por unos 4.700 millones de espectadores, el 70% de la población mundial. Un dato así indica que se trata de un acontecimiento como pocos para medir de forma significativa el estado de los medios de comunicación modernos y su posible influencia en el tratamiento de cuestiones de género, raciales y el nacionalismo televisivo.

Diversos estudios han probado ya los prejuicios con los que se narran los acontecimientos deportivos. Por ejemplo, se ha mostrado el chovinismo con el que los narradores de cadenas de Inglaterra, Canadá, Australia y EEUU enfocan las retransmisiones deportivas. No es que se centren en los suyos, es que plantean los eventos como un “nosotros contra ellos” y dotan a los compatriotas con cualidades positivas que sus rivales desconocen.

Una nueva serie de trabajos ha vuelto a mostrar que el sesgo se mantiene. En algunos casos se matizan, pero los comentaristas deportivos siguen deslizando parcialidad en sus comentarios sobre los atletas. Mientras “ellos” ganan con suerte, “nosotros” lo hicimos por nuestra capacidad e inteligencia. Las atletas son más emocionales y ellos se muestran más fuertes. Los negros son potentes, los asiáticos avispados y los blancos, tenaces.

Cosificación

“El efecto de estas representaciones sesgadas en la percepción de los televidentes podría ser peligroso”, advierte James Angelini, de la Universidad de Delaware. “Todo es cuestión de suerte con las mujeres. Todo es cuestión de capacidad con los hombres”, denuncia Angelini, responsable de cuatro estudios sobre los prejuicios de las retransmisiones olímpicas.

Para su trabajo, se analizaron las descripciones sobre los deportistas realizadas durante los Juegos de Pekín por los comentaristas de la NBC, que ha gastado casi 1.000 millones de euros para retransmitir los de Londres, para ver si contenían algún sesgo. Para empezar, descubrieron que los minutos dedicados a mujeres deportistas en la hora de máxima audiencia cayó forma notable de Atenas 2004 a Pekín 2008.

Los hombres recibieron 4 horas y 16 minutos más atención que ellas: sin embargo, en el medallero, las mujeres y los hombres del equipo de EEUU empataron a 53 metales. Esta diferencia venía menguando desde los Barcelona 1992. Buena parte del tiempo dedicado a las mujeres se lo llevaron la controversia sobre la edad de las gimnastas chinas y la pareja estadounidense de voley playa.

Los minutos dedicados a este deporte playero tampoco pueden atribuirse a una apuesta por la igualdad, ya que nada menos que el 20% de los encuadres son planos cortos del pecho de las jugadoras y el 17% enfocan a los diminutos bañadores que (todavía) cubren sus nalgas. Además, el evento (también en Londres) cuenta con la animación de cheerleaders en ajustados bikinis.

Las mujeres y su ‘falta de compromiso’
Algunos de los comentarios negativos recibidos por las atletas:
“Le falta de intensidad
“Tal vez no es la más trabajadora”
“Le pudo la presión”
“Se quedó paralizada”
“No presta atención”
“Fue hasta el final de la cancha y se quedo helada”
“Realmente no es una nadadora de gran alcance”
Aunque el estudio concede que el sexismo se ha reducido en las tres últimas décadas, el análisis de Pekín (sumado al estudio de los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver 2010) evidenció que las victorias masculinas se atribuyen en mayor proporción al estado de gracia del deportista mientras que se pone en duda el nivel de compromiso de las mujeres derrotadas. Además, es más habitual hacer referencia a las emociones al hablar de mujeres.

Nacionalismo y estereotipos racistas
El prejuicio nacionalista asoma por todos los poros de los narradores olímpicos. Las finales se narran como épicas batallas de un compatriota contra fríos soldados enemigos. Según Angelini, los comentaristas suelen conocer datos biográficos de sus paisanos y poca información de los rivales más allá de sus marcas: ”Por eso, los atletas extranjeros tienen más probabilidades de ser retratados como cyborgs sin emociones cuyo objetivo es conquistar las competiciones deportivas”.

Los investigadores compararon la retransmisión de la NBC y la de la cadena nacional china CCTV para medir cómo se reflejaba la rivalidad del medallero (EEUU más metales, China más oros) en los comentarios televisados a más de 1.000 millones de televidentes entre las dos cadenas.

«Todo es cuestión de suerte con las mujeres»
James Angelini
Universidad de Delaware
La conclusión general es que la NBC fue más chovinista que la CCTV al narrar las pruebas: el 83% de las descripciones personales realizadas por la cadena americana fueron para sus compatriotas, frente al 52% de las de sus colegas asiáticos. Para la NBC, los atletas estadounidenses ganaban por su inteligencia, estado de forma y experiencia, y los chinos fallaban por su falta de destreza o de habilidad atlética.

Aunque los investigadores reconocen que la narración se ha despolitizado mucho desde la década de 1980 (en plena Guerra Fría y con boicots recíprocos), lamentan que sigue siendo “nacionalista, pero más sutil; no hay que investigar si lo es, sino cómo se filtra ese discurso en el deporte”.

El estereotipo racial se mantiene: los negros son potentes, los asiáticos avispados y los blancos, tenaces

Por último, se evidenció la vigencia de estereotipos raciales. Así, cuando se habla de los atletas afroamericanos, los comentaristas se centran más en la capacidad física y la fuerza. Los atletas asiáticos obtienen un número desproporcionado de comentarios acerca de su inteligencia. Y al tratar a los atletas blancos, los comentaristas son más propensos a mencionar el compromiso y la serenidad.

El presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, ha reclamado a los medios que demuestren patriotismo al informar sobre los juegos. El sesgo informativo no se circunscribe a EEUU y China.

Aunque el criterio de la NBC sea difícil de superar: eliminó de la retransmisión (en diferido para aprovechar la hora de máxima audiencia) de la ceremonia inaugural el homenaje a las víctimas de los atentados de Londres del 7 de julio de 2005 y lo sustituyó por una entrevista a Michael Phelps. Ya se ha creado el hashtag #NBCfail para recopilar sus errores y sus innumerables comentarios desafortunados.

“La retransmisión británica probablemente será un poco más equilibrada que la estadounidense de la NBC. No va a ser totalmente equitativo, pero creo que puede ser mejor”, confía Angelini.

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Comentarios
  1. Generalmente no doy mucha importancia a las tonterías que dicen los locutores deportivos, que desde pequeño se estudiaban como ejemplos de mal lenguaje.

    Pero me sobresaltaron algunas expresiones usadas en la final de la Eurocopa (no vi los otros partidos). No expresaban el partido en términos positivos, con España jugando bien, haciendo maravillas, etc. España «humillaba», «conquistaba», y lo que más miedo me dio, «sometía a Europa a una dictadura, futbolística».

    Entiendo que es difícil ser elegantes en la derrota, pero, ¿y en la victoria? ¿Por qué no podemos respetar al rival y entender un partido como un acontecimiento deportivo en el que gana quien juega mejor, pero no por eso significa que humillas o sometes al otro?

    Espero que la proliferación de banderas en balcones y taxis no esté mezclada con ese tipo de sentimiento patriótico que ve la gloria nacional en someter o humillar a los demás. Entre otras cosas, porque si nos salimos del terreno deportivo la cosa no nos va a ir tan bien.

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