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Nueva condena a España por un caso de tortura policial
El Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas ha estimado la denuncia en el caso de una mujer que acabó con la nariz rota tras ser detenida en 2013.
El Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas (CAT) ha estimado la denuncia planteada por la Asociación Por Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) en el caso de la mujer cordobesa de 33 años que sufrió una rotura nasal tras ser detenida en 2013. La mujer, que fue detenida al salir de una discoteca de la ciudad andaluza, no sufría lesiones antes de ser arrestada, pero sí a la salida de la comisaría, algo que el Estado no ha conseguido explicar. La asociación andaluza subrayó que esta es la cuarta vez que el CAT condena a España por casos individuales.
El Comité contra la Tortura considera así que España “no proporcionó información suficiente” para concluir que las lesiones no se produjeron durante la detención. Según la APDHA, esto “hace presumir” que fueron causadas durante la misma. Ni el Juzgado de Instrucción, ni la Audiencia Provincial ni el Tribunal Constitucional reconocieron la vulneración de derechos que ahora sí estima el comité de la ONU.
El Comité contra la Tortura condena a España al argumentar que “el sistema no ha dado respuesta adecuada a la denuncia planteada”. Por eso insta al estado a “que proporcione a la denunciante una reparación plena y adecuada. También solicita que el Estado “tome las medidas necesarias”, incluyendo medidas administrativas contra los responsables, para evitar que se sigan cometiendo este tipo de infracciones.
La Marea ya avanzó información sobre este caso en 2018.
—El Informe 2016 de La Coordinadora para la prevención y denuncia de la tortura (CPDT) registra la existencia de “117 situaciones en que se produjeron agresiones, torturas y/o malos tratos a un total de 259 personas” en todo el Estado.
Cabe subrayar que las “agresiones se produjeron sobre personas bajo custodia de los funcionarios —comisarías, cuarteles, prisiones u otros centros de privación de libertad— y/o en el transcurso de intervenciones policiales —represión de manifestaciones, etc.—”.
La CPDT hace hincapié es el de que “el número de denuncias reales por tortura y/o malos tratos en el Estado español es superior al número de denuncias incluidas en este informe”,
por ejemplo, durante una carga policial, varias personas pueden verse afectadas, pero sólo 3 acaban denunciando los hechos y presentando la documentación que acredite los mismos —un parte médico judicial de urgencias y/o la denuncia interpuesta en los Juzgados y/o documentación gráfica, etc.—, en este caso, el presente informe contabilizará una situación y tres personas agredidas.
—30/10/2019: “Volaba la sangre de los golpes que recibían los chicos, hasta manchar las paredes”
Se ha podido saber que el Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos (OSPDH) ha hecho un seguimiento a los jóvenes detenidos por la Policía Nacional y los Mossos en el transcurso de los varios días que han durado los disturbios en Catalunya. Al parecer, el OSPDH ha desplegado un protocolo de visitas a dichos detenidos y, de momento, ha obtenido una lectura, todavía inconclusa, pero altamente preocupantre.
Las entrevistas se están realizando en la prisión de mujeres de Barcelona, en la de jóvenes de Quatre Camins, en Mas Enric en Tarragona, en Brians 1 en Barcelona, en Puig de les Basses en Girona y en Ponent en Lleida.
Se habla de heridos a los cuales no se sacó las esposas a pesar de que así lo pidieron los médicos o de uno de los jóvenes al cual se le cosió la herida de la pierna mientras seguía esposado por la espalda.
El OSPDH ha recogido los testimonios con autorización de los abogados de las familias y elaborará un informe en colaboración con el Sistema de Registro y Comunicación para la protección de las Víctimas de Tortura y Violencia Institucional (SIRECOVI).
Los Legionarios de Cristo admiten que su fundador, Marcial Maciel, violó a más de sesenta menores durante décadas.
La violación no es tortura también? ¿Quien juzga estas violaciones?
(Ana Botella, Michavila, Acebes, Carlos Aragonés o Gustavo Villapalos, han sido nombres clave de la derecha española en el imparable ascenso del emporio religioso y económico del pederasta).