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Greenpeace pide reducir en un tercio el tráfico de las ciudades
La organización ecologista asegura que reducir el tráfico es clave para cumplir los compromisos en materia de emisiones de aquí a 2030.
Las ciudades tienen que cambiar, y han de hacerlo pronto. Al menos, si queremos combatir la grave contaminación ambiental y las consecuencias que sufren los ciudadanos que se exponen a diario. Y en ese problema, el tráfico urbano juega un papel protagonista. Es una de las principales conclusiones de un informe que ha presentado este miércoles en Madrid la organización ecologista Greenpeace.
Según dicho informe, titulado El transporte en las ciudades: un motor sin freno del cambio climático y que ha sido presentado en La Bicicleta Café, en el barrio de Malasaña, es necesario reducir al menos un tercio el tráfico en las ciudades de aquí a 2030 para poder cumplir con los compromisos de emisiones de CO2. Y para ello hace falta una importante apuesta por parte de la administración pública que, hasta el momento, brilla por su ausencia o se ha llevado a cabo de manera tímida, casi testimonial.
Del informe se desprende que el transporte es el responsable del 10% de las emisiones de CO2 en España y que, de ellas, el 40% corresponden a la movilidad en zonas urbanas y metropolitanas. Por ello, la organización ecologista va a iniciar una serie de contactos con municipios españoles con el objetivo de que corten sus emisiones un 50% hasta el año 2030, para lo que deberían reducir un 35% los desplazamientos en automóviles en las grandes áreas urbanas y metropolitanas y derivarlos al transporte público, la marcha a pie y la bicicleta.
Por un urbanismo «coherente»
Greenpeace también señala que sería necesario mejorar la eficiencia del parque móvil en un 35% -en parte a través de la introducción del vehículo eléctrico-, aumentar un 15% la ocupación media actual de los automóviles y los medios ferroviarios, y en un 30% la de los autobuses. Perseguir estas metas en los planes de movilidad de las ciudades permitiría alcanzar el objetivo de reducción de manera razonable, a lo que también ayudaría la puesta en marcha de políticas urbanísticas coherentes y alternativas en lo referente al tráfico.
En palabras de Mariano González, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace, «actuar de una manera más exigente para reducir las emisiones debidas al transporte es algo necesario si quiere cumplir con los compromisos del Acuerdo de París». Para González, «la movilidad urbana debería ser el primer objetivo claro de reducción, ya que ”no solo es una importante fuente de emisiones, sino que tiene un gran potencial de reducción alcanzable si existe voluntad política”.
El informe también evalúa las políticas en materia de movilidad puestas en marcha por los distintos ayuntamientos del Estado español. En él se destaca que Barcelona y su área metropolitana tienen el mejor plan de movilidad, al tiempo que otras como Bilbao ni siquiera cuenta con uno. Para Greenpeace, todas las grandes ciudades presentan importantes carencias. Según la organización ecologista, los planes vigentes en las principales seis áreas metropolitanas del país y en el resto de municipios no incorporan objetivos climáticos, o cuando lo hacen no son suficientemente ambiciosos. Además, se trata de planes cuyo contenido (objetivos, medidas, indicadores, presupuesto y proceso de seguimiento) resulta por lo general muy poco fiable para garantizar su adecuada puesta marcha.