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María José Jiménez: “Los gitanos hemos sido el chivo expiatorio de todos los males de la sociedad”
Entrevista con la número uno de Podemos por Salamanca y presidenta de la Asociación de Gitanas Feministas por la Diversidad.
«Como una niña con zapatos nuevos». Así de ilusionada se muestra María José Jimenez con su reciente fichaje por Podemos. Esta licenciada en Humanidades y trabajadora social nacida en Lugo hace 39 años será la cabeza de lista de Podemos por Salamanca, ciudad donde estudió, de cara a las próximas elecciones generales. Una mujer comprometida con la igualdad y la integración de la minoría gitana, materia en la que centra buena parte de sus esfuerzos como presidenta de la Asociación de Gitanas Feministas por la Diversidad.
Hasta ahora no había estado vinculada a la política. ¿Cómo se gesta su fichaje por Podemos?
Surge a raíz del trabajo que vengo realizando en la Asociación Gitanas Feministas por la Diversidad, un proyecto de participación social que arrancó hace dos años con mujeres gitanas de distintas comunidades de España, y cuyo objetivo es servir de revulsivo para que la red asociativa vuelva a tener el peso que tenía, especialmente en el ámbito gitano. A partir de esa labor entré en contacto con gente que tiene el mismo sentimiento: las ganas de despertar y hacer algo para cambiar las cosas, y que lo ha materializado en una formación política.
¿Qué argumentos ha valorado a la hora de tomar esta decisión?
Creo que Podemos es un proyecto que nace del sentido común, que no utiliza promesas vacías de contenido. En él hay una gran masa de gente muy formada, indignada y preocupada por la situación social que vivimos en España. Eso forma parte de mis ideales desde que nací, y no lo había encontrado en ninguna otra formación política hasta ahora, aunque sí en movimientos asociativos y feministas.
En ese sentido, ¿qué debe aprender la política de los movimientos sociales?
Los movimientos sociales lo son todo. Gracias a ellos las personas nos hemos organizado para expresar colectivamente nuestro rechazo a los recortes, a la estafa y a la corrupción. Los políticos tiemblan cuando la gente sale a la calle, y empiezan a hacer propuestas para tratar de satisfacer esas demandas de la ciudadanía. Eso es, realmente, lo único que tienen que hacer: escuchar a la gente. Y la gente, seguir siendo muy crítica a la hora de votar.
Hay quien entiende que Podemos ha perdido parte de ese necesario contacto con la calle…
Yo no lo veo así. La calle es Podemos. No veo a los políticos del PP ni el PSOE en la calle, en los barrios o formando parte de los proyectos comunitarios, más allá de momentos puntuales en los que hay que hacerse la foto fácil. Nos han hecho creer que no tenemos un papel protagonista en todo esto, y Podemos demuestra que sí es posible. Que mantener aquello que se ha conseguido después de muchos años de luchas en la calle no es ninguna utopía.
La presencia de mujeres de etnia gitana es muy escasa en la vida pública. ¿A qué se debe?
La historia del pueblo gitano es muy dura: hemos sido siempre los grandes chivos expiatorios de todos los males de la sociedad, y eso ha provocado que estemos bastante desencantados. Como mucho se nos ha utilizado en puestos de relleno, como florero, del mismo modo que hicieron en su día con las mujeres. Y estamos adoctrinados por políticas que han venido desde la derecha, centradas en la caridad, y que han hecho mella generación tras generación.
Haga autocrítica: ¿también los gitanos tienen parte de culpa de ese escaso espíritu partipativo?
Por supuesto que sí: los gitanos somos los ciudadanos más pasivos de España. Parece que las cosas no van con nosotros, que ese revulsivo que está calando hondo en las sociedad no nos mueve. Y en ese sentido tenemos que realizar un gran trabajo que es tarea de todos.
¿Cómo valora la visión que tienen de los gitanos el resto de los españoles?
Al igual que en toda Europa, los gitanos son vistos en este país como un problema social. Da igual dónde nazcas o si estás formado, si participas o no en la vida social. Pesa mucho más la pertenencia a una minoría que el valor instrísnseco de una persona. Los medios de comunicación explitan esos clichés con programas de televisión como Palabra de gitano o Mi gran boda gitana. Y hasta la RAE define gitano como trapacero, persona que que engaña y utiliza artificios para mentir y estafar. Es una construcción social, y para arrancarse un estereotipo lo primero es reconocerlo. La mayoría de la gente no reconoce que tiene una actitudes racistas y que fomentan estereotipos y prejuicios hacia los gitanos.
De cara a las elecciones, Podemos está sacando a relucir un optimismo que contrasta con las últimas encuestas. ¿Lo comparte?
Yo soy muy optimista: pocas cosas me quitan las ganas y la positividad. Es cierto que las encuestas están ahí, porque tienen que estar y son un herramienta más, pero lo que importa son las urnas. Y ni siquiera eso: para mí, poder participar en un proyecto tan limpio como este ya es un triunfo, y más aún como cabeza de lista de una ciudad con el peso cultural e intelectual de Salamanca.