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El independentismo escocés vuelve a calentar motores
En Edimburgo creen que Londres no ha cumplido las promesas y ya se habla de pedir otra consulta, tras la derrota del Sí en 2014. "Hay que persuadir a una mayoría de escoceses", dice la primera ministra Sturgeon, "no hay atajos"
Entre las muchas esteladas que ondeaban el domingo por la noche en la fiesta electoral de Junts pel Sí en el Born de Barcelona, había varias insignias de “pueblos amigos”, como el País Vasco, Galicia, Quebec, Gales y también Escocia. El referéndum sobre la independencia de Escocia del Reino Unido el año pasado estuvo muy presente en la campaña catalana. Para los nacionalistas es un ejemplo de coraje político por parte del primer ministro británico David Cameron quién aceptó la propuesta de Partido Nacional Escocés (SNP en sus siglas en inglés) de someter la cuestión a una consulta.
El desencadenante de esta decisión fue la apabullante victoria del Partido Nacional Escocés (SNP) en las elecciones regionales de 2011, cuando logró 69 de los 129 escaños del parlamento de Edimburgo. El líder del SNP, Alex Salmond, había hecho campaña con la exigencia de celebrar un referéndum sobre la independencia. Cameron cogió el guante con la idea de solucionar el asunto de forma definitiva.
Finalmente, en septiembre del año pasado, ganó el No con un 55% de los votos frente al 45% a favor de la separación del Reino Unido. Previamente, el gobierno de Londres había prometido incrementar las competencias y la autonomía de Escocia. Ante la derrota del referéndum, Salmond presentó su dimisión.
Sin embargo, un año después el conflicto sigue sin estar solucionado. Los últimos sondeos reflejan un auge del Sí a la independencia. En el SNP, que ganó 56 de los 59 diputados escoceses en las elecciones británicas del pasado mayo, ya se habla de organizar un nuevo referéndum. La sensación en el norte de la isla es que Londres no ha cumplido con la promesa de otorgar mayores competencias y de retirar las armas nucleares del sistema Trident.
Pero Nicola Sturgeon, la primera ministra de Escocia, es prudente. “Si queremos ganar la independencia tendremos que persuadir a una mayoría de escoceses de que es lo mejor para el futuro de Escocia”, dijo el pasado 18 de septiembre en el anniversario del referéndum. “Eso valía el año pasado, vale para hoy y valdrá siempre en el futuro. No hay atajos”, afirmó la líder del SNP.
En Londres no quieren saber nada de una nueva consulta y destacan que Salmond había prometido que el resultado del referéndum sería vinculante para mucho tiempo. Sin embargo, hay una cuestión que puede cambiar el escenario. Cameron prometió en las elecciones británicas que se celebraría una consulta sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea.
Muchos ingleses tradicionalmente recelan del poder de Bruselas y apoyan una salida de la UE, mientras que en Escocia hay un apoyo mayoritario para el proyecto europeo. La pregunta es entonces, ¿puede una mayoría de ingleses arrastrar a Escocia a salirse de la UE en contra de la voluntad mayoritaria de su población? En este sentido, las elecciones escocesas el año que viene adquieren, de nuevo, una importancia más allá de ser meros comicios regionales.