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Peter C. Gotzsche: “Las farmacéuticas extorsionan a los gobiernos”
El biólogo y químico danés acusa a las empresas farmacéuticas de extorsionar a los dirigentes políticos para que tomen decisiones en favor de sus intereses económicos
Peter C. Gotzsche es un afable biólogo y químico danés que ha escrito un libro en el que, con mucha documentación y un lenguaje claro, le da la mayor de las bofetadas a las empresas farmacéuticas. Bajo el título Medicamentos que matan y crimen organizado (Los libros del Lince, 2014) cuenta cómo las farmacéuticas “han corrompido” el sistema de salud para fortalecer y maximizar sus beneficios económicos.
Este catedrático, que ejerció la medicina en diversos hospitales de Copenhague, cuestiona la validez de los ensayos clínicos, la importancia de los psicofármacos o el valor de los comités examinadores.
El libro está jalonado de frases muy duras, como cuando recuerda que un directivo de una farmacéutica le dijo a un visitador médico: “Debemos estar ahí dándoles (a los médicos) la mano y susurrándoles en la oreja que receten Neurontin para los dolores, Neurontin para el tratamiento con monoterapia, Neurontin para tratar el trastorno bipolar, ¡Neurontin para todo! Y no quiero oir ni una palabra sobre esta mierda de la seguridad”. Esas frases resumen, a juicio de Gotzsche, la teoría económica de las farmacéuticas.
Pero, sin duda, lo que más asusta son algunos datos en frío. Según denunciaron a través de la revista Lancet 31 científicos, en una carta abierta al presidente inglés David Cameron, «en Europa había 197.000 muertos al año por los efectos adversos de la medicación». «Los fármacos antiarrítmicos provocaron cerca de 50.000 muertos anuales en EEUU», «en 2004, el rofecoxib podría haber causado la muerte por trombosis a 120.000 personas en todo el mundo», «los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden causar la muerte de 20.000 pacientes al año por úlcera», «hasta 2007, la olanzapina había acabado con la vida de 200.000 personas en todo el mundo».
Para Gotzsche estas cifras son un «escándalo». «¿ Y por qué no se conocen estos datos?», se le pregunta. «Esta industria invierte más del doble en marketing que en innovación», recuerda. Su conferencia de 30 minutos en la sede la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de Madrid, deja a los asistentes preocupados e indignados a partes iguales.
Después de escuchar su charla, lo primero es preguntarle si toma medicamentos y en qué basa es decisión…
No, no tomo. No tengo diabetes, entonces para qué debería tomar ninguna medicina. Si tengo alguna bacteria o alguna neumonía tomo antibióticos, naturalmente, pero nada más.
Usted habla de que estamos sobremedicados. ¿A quién le interesa esta sobremedicación?
Ya sabes la respuesta, los únicos y mayores interesados son la industria farmacéutica. La mayor parte del dinero que ganan consiste en dar medicamentos a personas que estarían mejor si no se tomaran ningún medicamento.
Usted define esa forma de actuar como «mafiosa». ¿Es algo novedoso o ya ocurría antes?
No, siempre ha sido así. Si retrocedes en la historia te encuentras con los ejemplos más aterradores. Por ejemplo, el problema que hubo con la talidomida y los niños que nacían sin brazos. Esto pasó hace 50 años. La empresa farmacéutica alemana hizo todo lo que pudo para evitar los datos que tenían sobre los efectos de este medicamento. Incluso cuando unos médicos averiguaron que el problema era la talidomina, los intimidaron durante años.
¿Y ahora se ha generalizado este tipo de prácticas? Podría valer como ejemplo el caso de la gripe A y el Tamiflú.
Eso fue un escándalo terrible, ni siquiera tuvimos la posibilidad de saber quiénes eran las personas que estaban aconsejando a la Organización Mundial de la Salud y es evidente que ganaron mucho dinero con eso…
El Ministerio de Sanidad español está negociando con una empresa farmacéutica un tratamiento para la Hepatitis C, por el que se pide una cantidad desorbitada
No conozco el caso en profundidad, pero siempre ocurre algo así: cada vez que aparece una medicación innovadora, es demasiado cara. Esto es extorsión…
¿Las farmacéuticas extorsionan a los gobiernos?
Sí, sin duda, porque tienen el monopolio. Ellos fijan el precio que les da la gana. Además, los gobiernos acaban pagando porque no quieren que salga en la televisión un paciente diciendo que se puede morir porque el Gobierno no quiere pagar un medicamento muy caro. Es como cuando hay un secuestro con rehenes y te ponen entre la espada y la pared para que hagas lo que quieren. No hay ninguna relación entre lo que cuesta hacer el producto y al precio que lo venden.
Y en esta situación, ¿la Agencia Europea del Medicamento sirve para algo?
Las agencias de control de medicamentos no están protegiendo a los pacientes tal y como deberían hacerlo. Aprueban para su comercialización un número demasiado grande de medicinas que son peligrosas y ni siquiera se ponen a estudiar en serio cuando les alertamos de que hay problemas.
¿Y cómo presionan las compañías farmacéuticas a estos estamentos?
No lo sabemos con mucha profundidad porque la gente cuando cobra un soborno no está muy dispuesto a contarlo, pero hay documentación concreta de corrupción en la Agencia Americana, en la Agencia Italiana… muchas veces ha ocurrido.
El libro está muy documentado y en él se nombra a varias compañías y empresas pero, ¿quiénes son los dueños de estas empresas?
Muchas son de fondos de inversión. Pero también hay que hablar de los directores de las empresas, consejeros delegados. Muchos de ellos fueron interrogados por criminólogos, y la conclusión es que eran unos bastardos sin sentimientos.
Un caso paradigmático que aperece en el libro es el de la fluoxetina (Prozac) y su comercialización en Suecia
Sí. Yo conocí a la persona de la compañía farmacéutica, John Virapen. Su jefe en Inglaterra le dijo que era necesario que se aprobara en Suecia esté fármaco. A él le dio miedo perder su trabajo, igual que pasa en la mafia: o matas tú o te matamos a ti. Entonces este hombre averiguó quien era la persona decisiva a bases de sobornos y llegó hasta a él. El fármaco se aprobó.
Debo pensar que la insulina me está dando vida o me está matando?
«Después de escuchar su charla, lo primero es preguntarle si toma medicamentos y en qué basa es decisión…
No, no tomo. No tengo diabetes, entonces para qué debería tomar ninguna medicina. Si tengo alguna bacteria o alguna neumonía tomo antibióticos, naturalmente, pero nada más.»
Leer a veces ayuda a responder preguntas
Cuanta razón , el otro dia lei que el omeoprazol era el causante de muchas fracturas de cadera en mayores y estas a su vez causaban muchas muertes .
El problema es cuando el ompeprazol se hace necesario… ejemplos úlcera péptica, sangrado digestivo… no nos queda de otra … ahora si eres ambulatorio ranitidina, sucralfato en fin…
el problema somos nosotros los sanitarios. La indistria farmacéutica echa «lubricante» y luego la maquinaria funciona muy bien
[…] eat Prozac el analista del ámbito psiquiátrico David Healy. ¿Cómo se aprobó Prozac? En una entrevista para el diario on line La Marea, Gotzsche lo cuenta con su característico estilo […]
[…] eat Prozac el analista del ámbito psiquiátrico David Healy. ¿Cómo se aprobó Prozac? En una entrevista para el diario on line La Marea, Gotzsche lo cuenta con su característico estilo […]
Muy bueno. Gracias!!! Me lo llevo al fb para compartirlo…
Se agradece que haya técnicos honestos y que lo den a conocer. En la misma linea también escribe Miguel Jara. Autogestión de la salud.
Osasuna / salud