OTRAS NOTICIAS | Política
Cinco claves de la ley de prensa que quiere impulsar Podemos
Pablo Iglesias no dio detalles de una posible normativa, pero sí esbozó algunas líneas en las que, según él, tendría que basarse su elaboración
MADRID // El pasado viernes, durante la presentación del libro Conversaciones con Pablo Iglesias (Jacobo Rivero, Ediciones Turpial), los periodistas centraron la mayoría de sus preguntas en la cuestión de la prensa. El día antes, El País había destacado en un titular una de las frases del eurodiputado recogidas en el texto: «Los medios de comunicación, por lo menos una parte, tienen que tener mecanismos de control público».
El asunto dio que hablar hasta el punto de que la rueda de prensa en la que se presentaba el libro acabó pareciendo, en algunos momentos, una asamblea de periodistas sobre cómo podría concretarse una hipotética ley de medios en España. Iglesias no dio detalles de una posible normativa, pero sí esbozó algunas líneas en las que, según él, tendría que basarse su elaboración.
1- Los medios públicos deben ser independientes del partido que gobierna
Iglesias cargó duramente contra el que llamó “modelo Urdaci” y contra la dirección de Julio Somoano de los informativos de TVE, quien fue denunciado la semana pasada por sus propios trabajadores por manipular los contenidos y favorecer así al Gobierno. “Una práctica habitual en este país es convertir un servicio público en un privilegio en manos de sus amigos”, denunció el eurodiputado, cuando la información “es de todos”. “Los ciudadanos están hartos del uso partidista de los medios de información. Si la información es un derecho, ésta tiene que servir a los ciudadanos”, zanjó.
2- Debe acabar la concentración empresarial en el mundo de los medios de comunicación
Durante la rueda de prensa, un periodista planteó que existían “dos imperios”, en referencia a Mediaset y AtresMedia, que controlan la mayoría de las licencias. Iglesias agarró el término y no lo soltó: “No sé si la expresión imperios es compatible con la democracia”, comenzó. “¿Le parece razonable para garantizar la libertad de expresión que el 80% o el 90% de lo que ven los españoles sea propiedad de dos imperios?”, preguntó de forma retórica. Iglesias abogó por acabar con los “oligopolios de la comunicación”, que además representan, según él, intereses totalmente espúreos. “El 95% de lo que leemos, vemos y escuchamos en España es propiedad privada de extranjeros. Ni siquiera son españoles”, añadió.
3- Los medios públicos tienen que ser potenciados como garantes de la libertad de prensa
En este punto, Iglesias le da la vuelta al discurso de que los medios privados representan la independencia y los públicos están siempre sometidos a censura. Y lo hace centrándose en los trabajadores: “Es muy difícil que exista un programa de televisión, que exista un periódico, que exista un medio, si no tiene detrás a un multimillonario o a un fondo de inversión, o grandes poderes financieros que lo financien. Y yo creo que los periodistas no tendrían que pedir permiso a nadie para poder escribir, no deberían tener que pedir permiso a nadie para estar en un periódico, para estar en una televisión”, desarrolla.
En este sentido, el sector privado sería antidemocrático en sus formas. “Cuando se producen las fusiones entre medios de comunicación y la unificación de líneas editoriales, no se le pregunta a los periodistas: se reúnen los dueños de los medios de comunicación y después llaman por teléfono a los directores y les dicen sobre qué se puede escribir y sobre qué no”, continúa, lo que considera una “realidad terrible”. “No deberle nada a nadie es la mejor garantía de que podamos construir una democracia también a nivel de los medios de comunicación”, añade. Eso sí, dejó claro que no quiere imponer un modelo único, ya sea público o privado: “Eso sería una barbaridad”, asegura.
4- El periodista debe tener garantías de que puede desarrollar con libertad su trabajo
La concentración de los medios y la nula voz de los profesionales de la información en las estructuras empresariales de los medios conlleva, para Iglesias, una “amenaza” a la libertad de los periodistas. Lo ilustra con esta anécdota: “A mí muchísimos periodistas, cuando les preguntas ‘¿pero por qué ponéis esos titulares?’, te ponen cara de ‘tengo familia y tengo que trabajar, y en la redacción no mandamos nosotros, sino quien paga’”. Por eso Iglesias habla de “empoderar” a los periodistas: “Hay que apostar por fórmulas que aseguren que los periodistas tienen más protagonismo, más peso”, de manera que el Estado “garantice las condiciones para que esos periodistas puedan trabajar en libertad sin tener que rendir pleitesía a ningún millonario”.
En este sentido, el eurodiputado afirmó que, si llegaran a gobernar, trabajarían para asegurar que “la liberad de prensa es incuestionable”. “Estoy harto de encontrarme periodistas de El País, de El Mundo, de La Sexta, de Cuatro, que me dicen muchas veces ‘trabajo donde trabajo, qué le voy a hacer, y me marcan la línea que me marcan, pero tenemos enormes simpatías hacia lo que estáis haciendo y nos parece de vergüenza la línea editorial que está manteniendo nuestro periódico’”, narra. Por eso, se trata, según él, de “empoderar a quien hace periodismo, no al que lo único que tiene es dinero para comprar el medio de comunicación”. “No puede ser que un propietario le diga a un periodista de quién tiene que hablar bien o mal. Los periodistas tienen que ser libres para contar lo que quieran”, zanja.
5- Las futuras leyes de prensa tienen que hacerlas los periodistas
Éste fue una de las preguntas que más se repitieron: ¿Con qué medidas concretas se lleva todo esto a cabo? De hecho, algún periodista mostró su preocupación con respecto todo lo que suene a control público. La respuesta de Iglesias fue siempre la misma: preguntando a los trabajadores de la información. “A los periodistas, tanto a los que están asociados como a los que no, habría que convocarlos a un proceso amplio de discusión en el que dijeran cuál es el modelo para garantizar que se asegura la libertad de expresión”, avanza. Y en esta idea, puntualiza: “Tendría que ser una ley redactada por periodistas. Ojo, no redactada por los medios de comunicación para los que trabajan los periodistas”.
Para Iglesias, lo ideal sería que en las reuniones de redacción, los profesionales de la prensa definan la línea del medio de comunicación, que funcionasen como cooperativas de trabajadores en la toma de decisiones. “Estaríamos, en última instancia, haciendo lo que los periodistas nos han pedido que hagamos”, asegura, y, recuerda de nuevo la pregunta sobre los “imperios” de comunicación: “Hay que sentar a los profesionales de la prensa, y si ellos te dicen que hay dos grandes imperios mediáticos en España, hay que preguntarles qué formas entienden ellos que son más adecuadas para limitar esa situación imperial, que seguramente no es compatible con la democracia”.
Y, ¿qué parte se llevaría la empresa editora de Público en esa ley de prensa pública?
Este medio de comunicación está teniendo un respeto exquisito hacia la libertad de expresión en los comentarios a Podemos. Censura los comentarios críticos y autoriza insultos al líder. ¿No será una técnica de reclutamiento de votos mantener el insulto y ocultar la razón? Pudiera ser.
Así expuestas (corrección de estilo se llama eso) es fácil estar de acuerdo con las líneas generales, suenan bien. Sin embargo, la implementación práctica de algunos apartados me rechina: ¿Los medios públicos no deben ser controlados por el partido que gobierna (es decir, del elegido democráticamente por la mayoría), sino dependientes de los trabajadores del medio? ¿Acaso estos no tendrán una ideología bien particular? ¿No deben estos someterse al control público? ¿Cuál es la mejor manera de ejercer un control público -el de la mayoría- sin introducir la ideología de la mayoría en dicho control?
Una idea posible sería formar un Consejo de Administración que tuviera una representación parecida a la del parlamento, con representantes de todos los partidos. Ah, espera, ¡si es lo que hay ahora! Pero claro, en los detalles está la virtud o el vicio, ahora se elige al presidente del consejo con una mayoría absoluta, mientras que antes era necesaria una mayoría de dos tercios (que ya está bien!). Sólo este pequeño cambio ya ha hecho que RTVE sea mucho menos libre de lo que era antes. Luego está su modo de operar, su poder ejecutivo, su control por parte del gobierno… todo importa. No hace falta hacer la gran revolución para mejorar RTVE. Sólo hace falta si quieres dar la impresión de que tú traes la Solución Total.
Sin embargo me gusta mucho su sugerencia: «[a los periodistas] habría que convocarlos a un proceso amplio de discusión en el que dijeran cuál es el modelo para garantizar que se asegura la libertad de expresión». Se les consulta, vale, que saben más de censura que nadie, ¡pero ellos no deciden! Igual que no se deja en manos de los soldados cómo hay que articular el ejército, ni deciden los ingenieros sobre la inversión estratétigca en energía nuclear.
Las prácticas más libres se dan donde el control estatal está a muchos escalones lejos de lo que sucede, y donde el gestor es elegido por los trabajores, pero aun así tiene que dar la cara ante indicadores públicos (decididos a priori). Dichos trabajadores a su vez son elegidos por sus méritos (funcionariado) y no por pasar una entrevista de trabajo con el jefe de RRHH que te ve la pinta de rojo o de facha que tienes. Un buen ejemplo es la universidad. Un sitio ineficaz, pero libre.
Respecto de los medios privados, la libertad no existe por definición (salvo en el caso de que se trate de un medio creado para la libertad del periodista en sí misma): se contrata a los periodistas que se encuentran a gusto con la línea editorial. La libertad no está en el medio en sí, sino en el hecho de que haya una pluridad grande de ellos, y de que haya ciudadanos que quieran y puedan acceder a dicha variedad. Si los ciudadanos leen sólo El País, o La Marea, o Gara, se perderán una parte importante de la realidad. Pero vaya, son LIBRES de hacerlo. O tal vez la Comisión de Aseguramiento de la Libertad deba limitar la tirada de los grandes periódicos con el fin de mejorar nuestra libertad.
Popular tags: casta, imperio.