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Sochi 2014: los Juegos del odio

A sólo dos días de la inauguración oficial, este miércoles hay convocadas movilizaciones con el objetivo de exigir a las empresas patrocinadoras que se pronuncien “contra los atropellos homofóbicos" en Rusia

La polémica ha acompañado a los Juegos Olímpicos de Sochi, que se inauguran este viernes, desde el anuncio de su elección en 2007. La población circasiana, nativa de esa zona del noroeste del Cáucaso que ahora pertenece a la Federación Rusa, exige al Gobierno que se reconozca el genocidio cometido contra su población a finales del siglo XIX. Grupos de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional, dudan de que se vayan a respetar los relativos a la libertad de expresión, de asamblea y de asociación. El proyecto de construcción de las instalaciones deportivas aprobado por el Comité Olímpico Internacional (COI) levantó durísimas críticas por parte de grupos ecologistas debido a que se sitúa dentro de la Reserva Nacional de la Biosfera del Cáucaso, declarada como tal por la UNESCO en 1924.

A todas estas controversias se ha unido la discriminación institucional hacia personas homosexuales. En junio de 2013 la Duma rusa aprobaba una ley que prohibía cualquier muestra “propagandística” de “relaciones sexuales no tradicionales” ante menores de edad. La ausencia de debate y la unanimidad en la votación (que solo recibió una abstención y ningún voto en contra) contrastaba con lo que ocurría más allá del recinto gubernamental. En las calles de Moscú, se producían detenciones de decenas de activistas defensores de los derechos LGTB (de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) y la prensa de medio mundo se hacía eco de las críticas a la normativa.

El campeonato mundial de atletismo celebrado en agosto en Moscú permitió un primer escrutinio internacional. El modesto símbolo de protesta de la atleta Emma Green, quien se pintó las uñas de las manos con los tonos del arco iris, provocó la petición de la Federación Sueca de Atletismo de que cambiase el color de su laca, además de las críticas de la pertiguista rusa Yelena Isinbayeva por no respetar las leyes de su país. La prensa estaba tan pendiente de la posible polémica en torno a la cuestión de la homosexualidad que algunos medios se lanzaron a calificar como muestra de apoyo a la comunidad LGTB lo que no era más que la forma tradicional de celebrar una medalla por parte del equipo femenino ruso de relevos.

Durante los prolegómenos a la celebración deportiva, que se desarrollará entre el 7 y el 23 de febrero, el COI ha tratado de mantenerse ajeno a toda esta polémica. Su representante, Jean-Claude Killy, afirmaba en septiembre que el organismo “no tiene derecho a cuestionar las leyes del país sede de los Juegos”, excepto que estas supongan una violación clara de los principios recogidos en la Carta Olímpica. Sin embargo, como la influyente organización estadounidense Human Rights Campaign ha señalado, el citado documento establece que “toda forma de discriminación hacia una nación o persona por motivo de su raza, religión, política, género u otra característica son incompatibles con la pertenencia al movimiento olímpico”.

La respuesta de EEUU

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no asistirá a ninguno de los actos de los Juegos Olímpicos de Invierno, lo que es habitual para el protocolo de la Casa Blanca. Vladimir Putin tampoco podrá saludar a la primera dama ni al vicepresidente del eterno rival en las ceremonias de inauguración ni clausura de estos juegos. En un gesto que muchos han querido entender como crítica velada y dentro de los límites marcados por la diplomacia internacional a las políticas homofóbas, la delegación olímpica elegida para representar a Estados Unidos de forma oficial está encabezada por deportistas abiertamente homosexuales, como la legendaria tenista Billie Jean King.

A los llamamientos al boicot por parte tanto de activistas como de celebrities de la proyección de Cher o Elton John se une el anuncio del ministro de Sanidad de Noruega, Bent Hoeie, que acudirá a principios de marzo a las competiciones de deporte paralímpico con su marido. La plataforma digital All Out ha convocado para este miércoles, a tan solo dos días de la inauguración oficial, una jornada global de movilizaciones con el objetivo de exigir a las empresas patrocinadoras que se pronuncien “contra los atropellos homofóbicos de Rusia y apoyando a las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans en Rusia”. En Madrid, han hecho propia la propuesta las organizaciones Arcópoli, COGAM y Halegatos, que convocan a las 17:30h en la plaza de Callao.

Los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, los XXII de la era moderna, ya han pasado a la historia, a pesar de que la llama olímpica todavía no ha llegado a Sochi.

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