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Democracia y primarias abiertas

"El mecanismo de las primarias abiertas no es ni mucho menos la solución y plantea problemas insoslayables para las organizaciones de izquierda", sostiene el autor

La crisis del sistema político español ha animado la reflexión sobre los mecanismos de elección dentro de los partidos políticos. El debate se ha centrado particularmente sobre las primarias abiertas, como aparentemente el método más abierto y democrático de los posibles. A mi juicio, sin embargo, el mecanismo de las primarias abiertas no es ni mucho menos la solución y plantea problemas insoslayables para las organizaciones de izquierda. Por el contrario, el problema democrático del sistema político se encuentra en la falta de mecanismos propiamente internos, esto es, en la dificultad que tienen los militantes de un partido para que sus dirigentes/representantes ejecuten durante todo el mandato su voluntad.

La cuestión del mandato imperativo

En España está prohibido por la Constitución el mandato imperativo, es decir, el mecanismo que obligaría a los representantes a ser un fiel espejo de los representados y de su voluntad. Bajo el mandato imperativo el representante no podría actuar por su cuenta sino que se debería en todo momento a un rígido vínculo establecido con los electores, esto es, sus representados. No existiría la posibilidad de incumplir un programa electoral, por ejemplo.

La fórmula del mandato imperativo es la históricamente preferida por la tradición socialista, y de hecho Marx la alabó en sus escritos sobre la Comuna de Paris en 1871. Sin embargo, para la tradición liberal la mejor opción es el mandato libre o representativo porque presenta ventajas en varios aspectos. Los más importantes: a) que el sistema deja de ser el resultado de una lucha faccionalista entre intereses particulares y b) que los elegidos se desconectan de sus bases y así las importantes decisiones finales quedan al abrigo de los impulsos de la masa o plebe (de la que el liberalismo siempre ha desconfiado). Dicho de otra forma, bajo el mandato libre o representativo los representantes elegidos por la circunscripción de Málaga, como un servidor, no representaríamos formalmente a Málaga (interés particular) sino al conjunto del cuerpo político (interés general). La tradición liberal siempre ha optado por diseños institucionales que perfeccionaran la elección de las élites, entendidas estas como las mejor capacitadas para tomar decisiones, y alejarlas de la muchedumbre.

No obstante, en nuestro país cada poco tiempo tenemos noticias de nuevos representantes expulsados o sancionados por saltarse la disciplina de voto. No parece que case muy bien con la teoría liberal de elección de las élites. Y es que esa disciplina de voto no es otra cosa que una especie de mandato imperativo pero aplicado en otra dirección. ¿Qué es lo que ha pasado aquí? Pues que en realidad y bajo nuestro sistema actual la soberanía efectiva se ha desplazado desde los ciudadanos hasta los partidos políticos, que son los que tienen la capacidad de fiscalizar a los representantes. Así, hemos pasado del mandato imperativo pueblo-representante al mandato imperativo partido-representante, por mediación del formalmente establecido mandato libre o representativo.

Y claro, dado que nuestra Constitución del 78 proporciona un poder enorme a los partidos políticos, y dado que no se les exige a éstos ningún nivel de democracia interna en sus métodos de organización, al final podemos terminar dando la razón a Robert Michels y su ley de hierro de la oligarquía. Para Michels toda organización social tiende hacia la burocratización y hacia la creación de un liderazgo fuerte y de oligarquías internas que se reproducen mediante las redes clientelares. Así, la soberanía efectiva se desplaza de nuevo hacia unos pocos ciudadanos que son los que están en la cúspide organizativa de los partidos.

Esto es lo que hace que, en realidad, no sea el poder legislativo quien elige al poder ejecutivo sino que tanto uno como otro acaban siendo conformados por los propios partidos políticos, que es en quienes reside la tarea de elaborar las listas electorales y de negociar pactos de gobierno.

Las primarias abiertas

La ley de hierro de la oligarquía puede neutralizarse si en el seno de los partidos se aprueban mecanismos de democracia interna que impidan la creación de esas oligarquías. Aquí no hablamos de otra cosa que de cómo hacemos para que la voluntad de los representados pueda ser ejecutada fielmente por los representantes. Y como un mecanismo posible se ha propuesto, desde diferentes ángulos, las primarias abiertas.

No niego los elementos positivos de las primarias abiertas, como la movilización social que promueve y la capacidad de recaudación que puede suponer, pero me parece más importante poner de relieve sus problemas. No obstante, tampoco ignoro los muchos diseños diferentes en los que puede cristalizar un proceso así.

En su tipo ideal, las primarias abiertas son en última instancia un producto de la democracia liberal de mercado, esto es, de la concepción democrática según la cual los partidos tienen que ser la oferta que escucha a la demanda. Es decir, el partido se presenta como abierto para escuchar al conjunto de la ciudadanía y para adaptarse –incluso internamente- a sus demandas. De ser así, se dice, los partidos acabarían convirtiéndose en el mejor reflejo del cuerpo ciudadano y de esa forma se maximizarían sus opciones electorales.

Este procedimiento de primarias abiertas tiene problemas operativos, que pueden ser resueltos, y problemas ideológicos, que no tienen solución.

Los problemas operativos son los derivados de la información asimétrica que reciben los votantes respecto a los candidatos, puesto que unos serán previamente mucho más conocidos que otros. Y nadie asegura que no sean más conocidos porque hayan sido patrocinados por grandes empresas privadas de comunicación o porque hayan obtenido financiación especial por parte de los grupos de interés o lobbies. A pesar de todo, estos problemas operativos pueden afrontarse mal que bien a través de mecanismos de contrapeso.

Pero el importante es el problema ideológico. Un partido concebido como simple oferta que se adapta a la demanda no es, ni mucho menos, un partido ideológico. Se tratará de un partido vacuo, líquido, vaporoso, capaz de cambiar de criterio a la misma velocidad que cambia el sentido común de la sociedad. Y el sentido común, para decirlo con Gramsci, no es otra cosa que la ideología de la clase dominante.

Las primarias abiertas, de hecho, pueden posibilitar la elección de candidatos con principios y valores mayoritarios socialmente por encima de candidatos con principios y valores minoritarios. En un ejemplo extremo, un proceso de primarias abiertas podría imponer un candidato favorable a la pena de muerte en un partido que en sus principios es contrario a ella. De ahí que a mi juicio no tenga sentido que un partido ideológico se abra a un proceso de primarias en el que el conjunto de la sociedad va a imponer su sentido común en la elección del candidato. Los partidos han de deberse a un marco ideológico, dentro del cual cabe la disensión, y que pretendidamente obedece a la razón y a objetivos de emancipación social.

En realidad, un partido concebido ideológicamente no sólo se limita a escuchar las demandas de la ciudadanía sino que también trata de cambiarlas. Es decir, se trata de un partido que combate el sentido común y no se adapta a él. Un partido ideológico no permite que su organización interna y su programa sea determinado a golpe de encuesta, sino que lucha por crear hegemonía en el sentido gramsciano.

La democracia interna

Así pues, un partido debería responder únicamente a aquellos que, compartiendo un espacio ideológico común, marcan las tácticas y las estrategias desde dentro. Y ya dentro de la organización la tarea es evitar que opere la ley de hierro de la oligarquía. Y sin duda para eso necesitamos echar mano de todos los mecanismos democráticos a nuestro alcance.

Uno de ellos es el proceso de primarias, a secas, pero que se refiere únicamente a la elección de candidatos. Hay que entender aquí que el objetivo sin duda es el acierto político. Naturalmente los representados buscan al representante que mejor se adapte a los propósitos establecidos, pero no hay forma de garantizar que eso suceda. Sin duda es más fácil acertar cuando mucha más gente participa de la deliberación, pero aún así no se garantiza el acierto político. De hecho, incluso un dedazo puede acabar siendo un acierto político a pesar del método. De ahí que tengamos que impugnar la obsesión por el método de elección como panacea del problema de acierto político.

Para acercarse al acierto político o para confirmarlo existen otros mecanismos, más interesantes y complementarios, que son los referidos a la fiscalización y control permanente del representante. Aquí es donde entran los revocatorios, herencia del republicanismo socialista y defendido desde Robespierre hasta el propio Marx. Se trata de mecanismos que operan en el seno de una democracia representativa y tienen como objetivo ajustar la voluntad de los representantes a la de los representados. Así, cualquier sujeto político soberano –como una asamblea de militantes- puede evitar que sus cargos públicos –como los concejales o diputados- se desconecten de sus bases y acaben sirviendo a los intereses del poder privado o de grupos de corruptores.

Una democracia representativa que operase así, de acuerdo a la descripción anterior, permite el mandato imperativo de partidos sobre representantes, pero representando aquellos la voluntad democrática de sus militantes. El soberano efectivo se desplaza desde la oligarquía interna hacia los militantes de las organizaciones políticas, ahora democráticas.

Con una ley electoral justa, de carácter puramente proporcional, y con mayor espacio para los mecanismos participativos de carácter general, como los referéndums e iniciativas legislativas populares, las reglas del juego democrático permiten adaptarse a principios mucho más válidos para una democracia. Y ello sin renunciar al carácter ideológico de las organizaciones de izquierdas, que es lo que me temo puede empezar a ocurrir con los procesos de primarias abiertas.

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Comentarios
  1. Creo que es un análisis excelente y lo comparto prácticamente en su totalidad. Sólo añadiría dos cosas:
    1) Ese mandato imperativo, si no se ve suficiente la lógica moral que emplea Alberto Garzón, tiene la ventaja de que empodera, o digamoslo más claramente, hace más poderosas a las organizaciones de izquierda. No es lo mismo un voto que se decide en los órganos internos de un grupo parlamentario, que un voto que deviene de la voluntad expresa de una asamblea de militantes o una asamblea de electores. En este caso, incluso cuando dicho voto imperativo puede contravenir la estretegia puntual de una organización política, la hace a medio y largo plazo más fuerte, porque significa algo que las organizaciones de la derecha delegada no tienen, la expresión de la voluntad popular. Y la voluntad popular, cuando el cuerpo social está informado e implicado en su realidad, tiende naturalmente a la izquierda. A más información, a mayor compromiso, mayor desarrollo de las conceptualizaciones de izquierda.
    2)No creo que contemplar esa posibilidad debiera postegarse a la aprobación, por parte del Estado, de medidas que democratizaran el escenario electoral o la participación ciudadana (nótese que tenemos una participación ciudadana poco democrática, o sea, incapaz legalmente, excepto por el voto en las elecciones, de tomar decisiones en el marco político). Ese debate estaba en el 15M, fue una de las ideas-fuerza, ahora abandonada, de Podemos, y sería enórmemente positivo que lo recogiera Izquierda Unida e hiciera bandera de ello. Sabiendo que los candidatos de IU se reunirían semanalmente con sus electores en cada circuscripción (eligiendo si quieren que esas asambleas sean vinculantes o no) y riendiendo cuentas de su actividad parlamentaria, o como electos en cualquier cargo, además de deliberar co ellos las próximas votaciones que tuvieran lugar, ya se daría un gran paso. El modelo social por el que se lucha hay que prefigurarlo, no esperar a que sea aprobado por el modelo social contrario. Si realmente se quiere ir en esa dirección hay mucho que ganar porque sea cual sea el número de representantes de Izquierda Unida que sean elegidos se estará construyendo una estructura mucho más democrática, que hará al pueblo y a las organizaciones más fuertes, y más visibles social y políticamente.

    • La dualidad del autor me permite decir que es un farsante. Se vale de subterfugios «objetivistas» para meter por el «backdoor» su inclinación a eternizar el modelo y statusquo (mafiocracia) que ha imperado por siglos. Nunca un proceso cerrado podrá arrojar mejor calidad representativa que uno abierto.

  2. Para empezar a construir una democracia deliberativa es necesario establecer canales de comunicación entre el mundo de la política y la ciudadanía. Las primarias abiertas es un instrumento que va en esa dirección.

    Si empezamos a temer o minusvalorar al pueblo, poco avanzaremos en el proceso.

    Un saludo

  3. ¿Militantes? Convendría hacer desaparecer la palabra militante del discurso democrático de los partidos. Cuando dices «…permite el mandato imperativo de partidos sobre representantes, pero representando aquellos la voluntad democrática de sus militantes. El soberano efectivo se desplaza desde la oligarquía interna hacia los militantes…» Los militantes han venido militando, obedeciendo órdenes para salir en la foto… y en general han callado las corruptelas, los coches oficiales, los sobresueldos,… nadie salió a denunciar a Santín en Bankia,.., y si discrepan, acaban saliendo… Menos militantes y más asociados y simpatizantes, o afiliados con voz

    • Apoyo la idea de que se debe dar más importancia de la que tiene ahora mismo a la figura del simpatizante, pero no en detrimento del militante.

      Sintiendo mucho que no te guste el término, sin militantes no habría gente comprometida las 24h con el partido en el que militan (ojo, hablo de militantes de algunas organizaciones, como IU, no hago referencia a los del PPSOE), no habría gente que se pegara una paliza encargándose de la intendencia de dichas organizaciones, de que éstas estén en la boca de la gente, de pegar pegatinas y carteles de madrugada, de montar los actos… El militante hace un trabajo de calle por su ideología muy admirable, implica una fuerza de voluntad y una entrega sin más recompensa que la satsfacción propia que no deberían tirarse por tierra a la primera de cambio. La militancia es otro nivel de compromiso con tus ideas.

      Así que no me vale la afirmación de «menos militantes y más…».

      A todo esto, estoy muy de acuerdo con este artículo de Garzón, aunque sí creo que debería idearse algún mecanismo para escuchar también a los simpatizantes.

  4. Una crítica bastante insustancial de las primarias abiertas. Sinceramente, parece que Alberto se esfuerza más aquí en revestir su opinión de estilo académico para compensar la escasez de argumentos lógicos.
    Hace 2 críticas a las primarias abiertas, se responde a sí mismo en la primera, y en la segunda ni siquiera lo intenta.
    Es obvio que en primarias abiertas existe un denominador común para todos los candidatos, que es el marco ideológico del partido. Ese marco no puede ser rebasado, y no hace falta un pensamiento muy profundo para imaginar mecanismos por los cuáles se puede hacer esto realidad.

  5. Sin poder rebatir las referencias que da el artículo, veo, como en otros comentarios, una falta de oportunidad (oportunismo?) al dejar escapar el consenso que parece estar formándose en torno a figuras como el propio Alberto que pueden aglutinar un voto ahora disperso o de «nariz tapada» en torno no a un mesías o candidato manchú, sino a un discurso razonado y realmente alternativo que pueda forzar a cambios desde dentro del sistema. A lo mejor no es tan malo que los partidos cedan un poco de su tendencia a la hegemonía y se hagan un poco más líquidos o permeables al sentido común. Parte de la propuesta, aunque vaya en contra de la ley de hierro de la oligarquía, parece querer sustituirla por una especie de despotismo-partidismo ilustrado.

  6. Según lo que he podido entender Alberto no rechaza las «primarias» pero no cree que sean la panacea para solucionar la democracia en los partidos, habla que es necesario que los representantes sean los transmisores de la voluntad de los representados articulada previamente en un programa que ha sido sometido a la discusión y participación, por lo que yo creo que el liderazgo de desarrolla en torno a la discusión del programa y la política a seguir, el representante se hace mediante la discusión participativa y la acción a seguir en torno a unas ideas políticas y un programa.

  7. Hay una reciente experiencia con las primarias que se reglamentó en 2009 en Argentina. Allí los procesos electivos son obligatorios, lo que diferencia a la laxitud imperante en España y otros países en los que vota quien quiere. Las Primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, son las que definen a los «elegibles».
    (Ley Electoral n° 26.571)

  8. Con todos mis respetos y mi cariño hacia Alberto Garzón e IU, quiero indicar que no acabo de entender el empecinamiento de la dirección de esta formación política por NO aceptar PRIMARIAS. El artículo de A. Garzón es impecable… si olvidamos qie el tiempo se nos echa encima y cuenta de manera primordial unir las fuerzas de la auténtica IZQUIERDA para conseguir el principal de los propósitos: Cambiar la nefasta LEY ELECTORAL que margina a los partidos minoritarios y garantiza un endiablado BIPARTIDISMO que ha demostrado ya lo ominoso que resulta para todo un pueblo.
    La demanda de PRIMARIAS es un clamor entre la gente. Nadie con un pensamiento derechón va a intentar votar en unas primarias de un partido de izquierda. Solo los ideológicamente afines van a hacerlo. Rechazar PRIMARIAS en estos momentos es un suicidio político para IU. Va a haber una atomización aún mayor entre las fuerzas de izquierda, justo ahora en que ha aparecido otro partido que puede restar votos al PP, VOX (sin olvidar a UPyD, y al mismo PSOE. Es el momento de tomar decisiones valientes y prontas. Lo demás vendrá de corrido.
    Un muy cordial saludo.

  9. Personalmente, el artículo es un poco infumable, tengo unos conocimientos normalitos de política y no termino de entender la mitad de lo expuesto… Es una pena porque me interesa, pero bueno. Se agradecería un lenguaje más «asequible»… Gracias

  10. Pretender un debate «más allá de ideologías» es como pretender comunicarnos más allá de hablar con la boca y escuchar con los oídos. Hasta que no entendamos esto seguiremos más perdidos que un pingüino en un garaje y seguirán siendo los medios de producción de opinión de la oligarquía los que definan lo que quiere la clase trabajadora o ciudadanía, si lo preferís, ahora que estos nos inculcaron esta moda de meternos a todos en el mismo saco, como si fuésemos realmente iguales que emilio Botin o Juan Rosell

  11. Querido compañero Alberto,

    creo que no puedes estar más equivocado. Creo que habla la voz de la inexperiencia, la del ser humano que tienen miedo a lo desconocido y que con fuertes argumentos, que como tu tienes, construye un largo pero «prejucioso» articulo CONTRA una herramienta que esta TOTALMENTE de tu parte: Ideologicamente y operativamente.

    ¿Como te preguntaras? Pues tan sencillo que llevando la transparencia y la horizontalidad a la radicalidad democrática. O acaso tenemos miedo de equivocarnos dejando que cualquiera se presente. Es mejor un filtro ideológico, y ¿este quien lo hace efectivo? ¿Quien vigila a los vigilantes amigo?

    Un rotundo NO. Por esta parte, desde la más profunda convicción política socialista y progresista. Por supuesto Ecologista.

    A lo ultimo de lo que hablas. Nosotras en EQUO ya estamos implementando mecanismos de sanción directa para que los representados elegidos dentro de nuestra organización. Elegidos con este «peligroso» método, donde todos han sido considerados como con iguales oportunidades, principio de EQUIDAD. Que aunque han sido elegidos así, si no cumplen con sus representados puedan ser sancionados.

    ¿Como te volverás a preguntar? Pues con varios mecanismos internos. Un Estatos modernos y audaces. Unos órganos que se deben a todo EQUO y que los controlan. Incluso como dos comisiones muy importantes, de las cuales en una soy un miembro electo por votaciones abiertas: La comisión de respeto y transparencia.

    Dicho esto. Si un partido nuevo como en el nuestro, en menos de 3 años, hemos puesto en marcha un proyecto progresista, radical en democracia real, horizontal, equitativo y donde no dependemos de dinero de la banca…

    Dime tu compañero que más se puede hacer con esta sociedad que nos ha tocado vivir…

    Una ultima pregunta de otro «nacido» en el 15M, pero hijo de esta democracia, nacido en los 80. ¿Acaso nosotros somos la generación que debemos y podemos cambiarlo todo?

    Un EQUOabrazo! 😀

    David Gámiz Jiménez
    EQUOafiliado de EQUOCatalunya. Miembro de la CRT.
    Ingeniero Técnico en Diseño industrial

  12. Para acercarse al acierto político o para confirmarlo existen otros mecanismos, más interesantes y complementarios, que son los referidos a la fiscalización y control permanente del representante. Aquí es donde entran los revocatorios, herencia del republicanismo socialista y defendido desde Robespierre hasta el propio Marx. Se trata de mecanismos que operan en el seno de una democracia representativa y tienen como objetivo ajustar la voluntad de los representantes a la de los representados. Así, cualquier sujeto político soberano –como una asamblea de militantes- puede evitar que sus cargos públicos –como los concejales o diputados- se desconecten de sus bases y acaben sirviendo a los intereses del poder privado o de grupos de corruptores.

    Una democracia representativa que operase así, de acuerdo a la descripción anterior, permite el mandato imperativo de partidos sobre representantes, pero representando aquellos la voluntad democrática de sus militantes. El soberano efectivo se desplaza desde la oligarquía interna hacia los militantes de las organizaciones políticas, ahora democráticas.

    Con una ley electoral justa, de carácter puramente proporcional, y con mayor espacio para los mecanismos participativos de carácter general, como los referéndums e iniciativas legislativas populares, las reglas del juego democrático permiten adaptarse a principios mucho más válidos para una democracia. Y ello sin renunciar al carácter ideológico de las organizaciones de izquierdas, que es lo que me temo puede empezar a ocurrir con los procesos de primarias abiertas.
    (ESTA ES LA CLAVE DE LA REFLEXION DE GARZON, QUE CONSIDERO ESENCIAL, Y TIENE TODO MI APOYO)

  13. Para los que aspiramos a autodeterminarnos,sin perdernos,la aportación de Alberto me parece muy esclarecedora.¿Hay alguna diferencia o no entre las personas que llevamos años en la militancia,el esfuerzo,la cotización y lo@s ciudadan@s sin compromiso militante?.Cual es pues el mecanismo,»LA DEMOCRACIA INTERNA»
    Salud y República de l@s trabajador@s.

  14. Muivien Alberto por tu articulo .todos los métodos tienen contradicciones ,estarás de acuerdo con migo que el des prestigio de la clase política no están tanto en el como sino en poner los medios forestares ,el des prestigio de los la clase política tiene mucho que ver con la corrupción si ponemos los medios para ha cavar con los corruptos habremos dado un gran paso,otro elemento importante es que los militantes de las organizaciones politicas de jen de ser comparsas de los aparatos para recibir prebendas.

  15. Sólo conozco un partido (o una ideología, más bien) que cumpla 100% con todo lo expuesto anteriormente: Los Piratas: Pirates de Catalunya, Piratas de Galicia, Madrid… La Confederación Pirata, etc.

    Y sé de buena tinta que eQuo está dando grandes pasos en esta misma dirección, aunque por desgracia no se puede decir que lo cumplan en su totalidad, aunque seguro que muy pronto sí se podrán enorgullecer de ésto.

  16. Estoy de acuerdo con la crítica a los procesos de primarias abiertas. Un partido político, para mí, es el instrumento con el que un grupo de ciudadanos se ha dotado para luchar por conseguir que determinadas medidas e ideas que comparten se hagan realidad. Para ello, eligen a sus propios candidatos y coordinadores.
    Procesos de primarias abiertas en todos los partidos darían lugar a partidos indistinguibles entre sí. No habría posibilidad de tener un candidato con ideas extremas (entendidas tales como ideas alejadas del sentir mayoritario de la sociedad) y por tanto esas ideas desaparecerían del debate político. Seríamos gobernados por un conjunto de Bonos y Gallardones, aquellos políticos que han logrado ser vistos por otros partidos como la opción «menos mala» (Gallardón se ha cargado esa imagen hace poco…)

    Esto NO es defender la situación actual de democracia interna de los partidos, sino oponerse a una alternativa planteada.

  17. Coincido con tu opinion de las primarias abiertas en el seno de un partido.
    Si hablamos del caso de PODEMOS que es una candidatura que pretende ser de convergencia, yo creo que si caben. ¿Que piensas?

  18. Pero vamos a ver, cómo pueden algunos decir que este artículo de Alberto Garzón es para defender la posición de IU??

    Si precisamente Garzón se ha caracterizado por criticar los procedimientos internos y esto es lo que hace ahora! No suscribir las primarias no significa suscribir el método actual. De hecho propone democracia plena en el interior de la organización, cosa que hoy no existe en IU.

    A ver si leemos mejor. Por lo menos antes de lapidar al autor.

  19. Copiopego parte del artículo, pero haciendo el ejercicio de imaginarme que lo ha escrito alguien del PP (obviando referencias a Gramsci, claro):

    «Pero el importante es el problema ideológico. Un partido concebido como simple oferta que se adapta a la demanda no es, ni mucho menos, un partido ideológico. Se tratará de un partido vacuo, líquido, vaporoso, capaz de cambiar de criterio a la misma velocidad que cambia el sentido común de la sociedad. Y el sentido común, para decirlo con Gramsci, no es otra cosa que la ideología de la clase dominante.
    Las primarias abiertas, de hecho, pueden posibilitar la elección de candidatos con principios y valores mayoritarios socialmente por encima de candidatos con principios y valores minoritarios. En un ejemplo extremo, un proceso de primarias abiertas podría imponer un candidato favorable a la pena de muerte en un partido que en sus principios es contrario a ella. De ahí que a mi juicio no tenga sentido que un partido ideológico se abra a un proceso de primarias en el que el conjunto de la sociedad va a imponer su sentido común en la elección del candidato. Los partidos han de deberse a un marco ideológico, dentro del cual cabe la disensión, y que pretendidamente obedece a la razón y a objetivos de emancipación social.
    En realidad, un partido concebido ideológicamente no sólo se limita a escuchar las demandas de la ciudadanía sino que también trata de cambiarlas. Es decir, se trata de un partido que combate el sentido común y no se adapta a él. Un partido ideológico no permite que su organización interna y su programa sea determinado a golpe de encuesta, sino que lucha por crear hegemonía en el sentido gramsciano.»

    Siguiendo esa misma lógica el PP nos cambia las demandas a la gente por sus medidas ideológicas. Así es como llama a los exiliados que tienen que buscarse la vida fuera porque aquí no hay trabajo «jóvenes aventureros impulsados por su espíritu emprendedor», a la PAH «terroristas», a mejorar las cifras económicas a base de destruir familias y derechos «recuperación económica»… y precisamente, porque dejamos lo que es de todos en manos de unos pocos que se creen más idóneos que el resto para decidir qué hay que hacer, estamos donde estamos.
    Veo que lo que reivindica Alberto Garzón es combatir el método PPSOE con más método PPSOE, pero con otra receta que pueda molar más a los que han ido recibiendo palos.

    A ver cómo hay que explicarle a los políticos que no queremos más de lo mismo:
    Que no queremos que unos cuantos decidan por todos.
    Que el buen tirano, el benévolo con la gente, el que les hace concesiones en forma de leyes que benefician a la mayoría, sigue siendo un tirano. Que la soberanía nacional reside en el pueblo y queremos ejercerla, no que nos sigan suplantando y mucho menos que nos compren nuestra soberanía con leyes que nos complazcan. Que queremos igualdad política real.
    Que la voluntad general está por encima de las ideologías, que es el común denominador de las voluntades e intereses del pueblo y que la forma de determinar esa voluntad general es el voto, no la delegación en partidos ni en candidatos de partidos.
    Que no queremos que unos pocos impongan su visión a la del resto, ni ideológicamente ni recetas mágicas contra la crisis en cuya elaboración no hemos tenido oportunidad de participar todos.
    Que dejar la política, lo público, en manos de los partidos, es privatizarla y queremos ejercerla por nosotros mismos, que somos mayorcitos de edad.
    Que el total del censo electoral que milita en partidos en inferior al 10%, abrir el poder de las cúpulas de los partidos a los partidos completos es una desconcentración parcial de poder muy reducida.
    Que los políticos estáis ahí para ejecutar la voluntad general, no para imponer lo que creáis ideológicamente oportuno en un partido.
    Que la ideología de cada uno es de cada uno y rompe la igualdad imponer la de unos a la de otros.
    Que el sentido común no es la ideología de la clase dominante y la realidad actual es un claro ejemplo.
    Que la hegemonía no es argumento que justifique ningún «golpismo social», que ningún colectivo distinto de la totalidad de la gente está más legitimado que la totalidad de la gente para imponer ningún tipo de discurso.
    Que no estáis ahí para cambiar mis demandas ni mis ideas ni mis pretensiones (ni las de nadie, hacerlo es una intromisión ilegítima en el derecho a la libertad ideológica, que es individual de cada uno y nos permite pensar lo que prefiramos, no hay por qué interceder y mucho menos imponer buscando la hegemonía), si las cambio será a través de reflexión propia, no las voy a cambiar porque a otros les salga de las narices darme la matraca con sus propias ideologías. Os lo digo a vosotros (IU), a PP, a PSOE, a UPyD y a todos los partidos políticos.
    Que prácticamente todo lo que acabo de decir es de 1º de 15-M y tener que escribirlo como respuesta a Alberto Garzón es algo que jamás me hubiera imaginado hacer y me entristece.

    • Pues te entristece porque no te has enterado de nada. Garzón defiende el mandato imperativo, que es como neutralizar a los representantes, y también todos los mecanismos de democracia interna en los partidos. Lo único que crítica aquí es el mecanismo de primarias abiertas. Todo lo demás es fantasmada.

  20. Mucha teoría gramsciana pero hay que comprobar si de facto se cumple. Ahora mismo sería más posible que accediera una Ada Colau a presidir un partido de izquierdas que alguien impuesto por el lobby de las transnacionales.

    Os dejo un microcuento sobre el peligro de las ideologías sectarias. Si os apetecce leer, pinchen mi nombre.

  21. A ver, que las primarias abiertas son insuficientes claro que sí, hay que hacer muchos más arreglos procedimentales para que sea más democrático. Y claro que los medios manipulan y crean hegemonía, pero también los movimientos sociales, los colectivos y partidos pueden cambiar esa hegemonía concienciando.. Y claro que hay ideologías, pero no son compartimentos cerrados de ideas y todas van unidas.. Puedes pensar algunas de una manera y otras de otra. Claro que la democracia no es solo cambiar el procedimiento, pero por algo hay que empezar, si no das poder a las personas el poder seguirá siempre en los mismos círculos.. Y el dinero será quién marque la tendencia.. Pero las personas también podemos marcar tendencias,podemos sensibilizar etc..

  22. La diferencia entre los elitistas Girondinos y los demócratas radicales Sans Culotte era precisamente que unos quería representar al peublo y otros simplemente querían que hubiese mandatarios. Al final se impuso la visión elitista de los padres fundadores del Gobierno Representativo (Madison, Sieyes, John Adams, Robespierre, etc).
    Más info aquí –> http://sistemaencrisis.es/crisis-sistema/crisis-sistema-politico/el-gobierno-representativo/

  23. El tema no es la representación/delegación…es un mandato participativo »a la open government» tal y como ha hecho EQUO. El mandato imperativo exige que todo se haya discutido/deliberado previamente. Demasiado costoso

  24. Hace tiempo que reclamamos un líder que aglutine a la izquierda, el mismo Alberto, Ada ó Iglesias lo pueden conseguir con consenso, tenéis tirón. Entendiéndote Alberto, has elegido la partitocracia. El reto de Iglesias pone sobre la mesa democracia y el camino para derrotar a la derecha; tu partido por circunstancias está anclado.

    • Garzón critica el mecanismo de primarias abiertas y apoya la máxima democracia interna, con primarias incluidas. ¿Y usted le acusa de qué? Si este artículo es también una crítica a IU!

      Y luego la tontería de comparar a Garzón con Iglesias. A ver, ya que nos ponemos: Iglesias ha sido elegido candidato por inspiración divina hasta que se demuestre lo contrario. Garzón, en cambio, pone fichas en la mesa y muestra sus cartas con honestidad.

  25. Lamentable artículo para justificar las decisiones opacas y el funcionamiento de partido tipo aparato-apisonadora. Penoso. IU enrocándose.

  26. Estoy en desacuerdo con la tesis. No parece lógico hablar del miedo al pueblo de la oligarquía y, luego, defender el mismo «miedo al pueblo» intentando limitar las primarias a los afiliados. Pueden haber argumentos para defender unas primarias «cerradas» respecto a unas abiertas y en algún momento del texto se ha intuido algo, pero el argumento que se da en el texto no es sostenible y menos para alguien que procede del 15-M.

    Hablar de que las primarias abiertas se pueden convertir en un producto «de mercado» para rechazarlas es un argumento muy peligroso que puede servir también para deslegitimar la propia democracia por convertirse los procesos electorales, también, en un producto de mercado y mediático. Ese argumento no se puede usar sin que el público dude de si realmente la tesis es, en sí, elitista o incluso oligárquica.

    El argumento del partido como fuerza política que quiere cambiar la realidad y que quiere convencer a la población de una idea (y no ser sólo vehículo) me parece más acertado, pero creo que Garzón ha intentado dar demasiados argumentos en contra y por eso ha debilitado toda la argumentación.
    Me temo, desgraciadamente, que Alberto Garzón ha querido echarle un capote a su partido ante los momentos de dificultad que se le presentan al tener candidaturas en competencia como las de Pablo Iglesias o la de EQUO-Compromís.

    • Me sumo a la respuesta de Pedro. Alberto ha querido justificar la decisión de su partido de forma artificial y retorcida. Muy en desacuerdo.

    • No entiendo de dónde sale la idea de que Garzón apueste por un diseño elitista u oligárquico. No sólo lo critica explícitamente al comienzo, incluso defendiendo a Marx y el mandato imperativo, sino que apuesta por democracia interna plena y por referendums externos e ILPs. Lo que defiende es precisamente que siga existiendo un marco ideológico en los partidos. De verdad, no entiendo qué sentido tiene buscar cinco patas al gato cuando yo pienso que se entiende perfectamente.

  27. Absolutamente de acuerdo en casi todo.
    magnifico y valiente articulo
    para prevenirnos de salvadores mediáticos patrocinados por el propio régimen.

  28. Absolutamente en desacuerdo en prácticente todo.
    Que pena que una persona en la que tenia algo de fe escriba esto como protección injustificada del arcaico sistema de su partido.

    • Una buena explicación de como los medios pueden manipular a las masas y engañarlas, de como el poder económico puede imponerse y bien el típico intoxicador a criticar sin argumentos. Bien por Alberto, o por quien sea que desvele la manipulación que se encierra tras las «listas abiertas». ¿ Abiertas para que? ¿para que se cuelen manipuladores? ¿para que los medios de comunicación de masas decidan? Ni mijita.

      • Qué lástima grillo. Qué pena, en serio.
        Desde los acontecimientos del 15-M 2010, creo que gran parte de la ciudadanía buscamos una manera de entendernos más horizontal, más allá de ideologías. «Los de abajo que iban a por los «chorizos» de arriba». ¿o me equivoco?
        Qué lástima grillo!

        • «Más horizontal y más allá de ideologías».

          He aquí una muestra del lenguaje falaz imperante. Es imposible ir más allá de ideologías, aceptar ese discurso es aceptar el sistema y su orden de actuación.

          Que los de abajo vayan a por los de arriba no es otra cosa que la clase trabajadora intentando tomar el poder que ostenta la clase burguesa, las élites económicas.

          Por lo demás la explicación perfecta. La política no es solo votar, es participar, trabajar, actuar. Nadie mejor que los militantes de una organización saben quien ha estado trabajando honradamente, quien es consecuente con la ideología que defiende la organiación, etc.

          Primarias abiertas a lo USA ? No gracias !

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