Opinión

No están hechos los langostinos para la boca del preso

El menú especial que tomaron los presos de Soto del Real el 24 de septiembre, día de la Merced, causó la indignación de la masa. También en este caso, bajo esa emoción, late el clasismo.

Jamón serrano, queso y lomo en entrantes; ensalada de pasta, de primero; y entrecot con patatas y langostinos, de segundo. De postre, un bombón helado. Eso es lo que los presos de la cárcel de Soto del Real comieron el pasado día 24 de septiembre, día de la Merced.

El menú especial que los presos comen tres veces al año levantó indignación en la masa, si entendemos la masa de forma literal tal y como la definió Le Bon,“agrupación humana con rasgos de pérdida de control racional, mayor sugestibilidad, contagio emocional, imitación, sentimiento de omnipotencia y anonimato para el individuo”. Es el primer concepto de la definición, “rasgos de pérdida de control racional”, el que nos ocupa. La indignación que este menú causó es difícil de comprender si atendemos al gasto que supone, y fácil de entender si buscamos una razón más arraigada en la sociedad: son delincuentes, y los delincuentes no deben comer langostinos, que para eso están en la cárcel.

La indignación nació de la emoción, no de la razón. Se sentía que no era justo que los presos comieran mejor que los niños en los comedores, o que los enfermos en los hospitales; nada de lujos para los delincuentes. Con la crisis económica, no se entendía ese dispendio para los presos, entrecot y langostinos. Una verdadera vergüenza gastar tanto en alimentar a delincuentes.

Gasto del menú de un preso

La emoción nos dice que es un gasto desmesurado, los langostinos y el entrecot son platos reservados a ciertas clases. Pero la razón nos hace comprobar el gasto que supone ese menú. Según lo dispuesto en el BOE, el gasto por preso y día -recalco lo de día- es de 3,61€ para una cárcel con más de 500 reclusos. Tres días al año ese gasto puede ser ración doble. Es decir, 7,22€ por preso y día.

¿Nos sigue pareciendo una vergüenza gastarnos 7,22€ en alimentar a un preso tres días al año?

Si la respuesta es que sí, pasamos a la razón más profunda.

Los delincuentes como clase social marginada

En la indignación por el menú especial de los presos trasciende una cuestión de clase. La clase trabajadora que ha sentido ser clase media alguna vez en su vida se considera mejor que los presos, que son delincuentes y, por tanto, se encuentran un escalafón por debajo. La situación legal acaba convirtiéndose en clase social.

En julio de 2012 pasó sin pena ni gloria una noticia relacionada con los presos y la comida que define bien los parámetros de indignación que sentimos en lo relativo a los presos. El gobierno de la Generalitat retiró la merienda de los presos como medida de ahorro por los recortes. Los dejó sin una comida y no pasó nada. Son delincuentes al fin y al cabo.

Tampoco trascendió la noticia de que una sentencia del Tribunal Constitucional consideraba legal cobrar el menú a los presos que cobrasen una pensión no contributiva. Resolución por una demanda que interpuso un preso al que la Junta de Andalucía había rebajado su pensión de incapacidad de 301 a 147 euros al cobrarle la manutención en la prisión. Son delincuentes al fin y al cabo. Lo malo de esta sentencia es que también abre la vía para que pueda hacerse con enfermos en hospitales.

Cuando hablamos de presos tendemos a pensar en Bárcenas o Bretón como paradigma del delincuente. De ahí la idea de sentirnos mejor que ellos. En España, hay 68.405 presos según la última estadística facilitada por Instituciones Penitenciarias. De los 56.989 presos ya condenados, 35.587 lo están por delitos contra el patrimonio y de salud pública, es decir, robos y drogas. Sólo 206 se encuentran encarcelados por delitos contra las administraciones y la Hacienda pública, por ejemplo.

La mayoría de los presos en las cárceles españolas se encuentra en ella por delitos relacionados con la clase social a la que pertenece. La influencia que esa pertenencia tiene sobre la población  presa ha quedado constatado por la reducción de los presos en la cárcel que ha venido produciéndose desde 2009, cuando se alcanzó el mayor número de reclusos en las prisiones españolas, con un total de 76.259. Esa reducción viene producida sobre todo por dos factores: La reducción de las penas en el Código Penal de 2010, cuando se modificó el artículo 368, por el que disminuyeron las penas por tráfico de estupefacientes (de 3 a 9 años pasaron a de 3 a 6 años). Otra de las causas es la reducción de la inmigración por la crisis, uno de los sectores sociales más desfavorecidos y que ocupa un porcentaje importante de la población reclusa.

Las drogas como el núcleo del delito del desarraigado

Las drogas siempre han golpeado a los núcleos de población más desfavorecidos y con menor perspectiva de futuro. La persecución de este delito siempre ha tenido a las clases trabajadoras como principal perjudicado.

Esta relación entre la persecución de las drogas y el clasismo encubierto queda evidenciado de manera brillante en el documental premiado en Sundance The House i live in, realizado por Eugene Jarecki. En él, el autor expone cómo la lucha contra las drogas ha servido a lo largo de la historia como método de segregación para las minorías, raciales a simple vista, y sociales, cuando se estudia más profundamente.

Uno de los autores entrevistados en el documental es el doctor Richard Miller, autor de The Case for legalizing drugs. El catedrático expone que las drogas han venido ilegalizándose a lo largo de la historia no por los efectos de la droga en sí, sino según el grupo de población que la consumía. A principios del siglo XIX ocurrió con el opio, una droga que al principio era consumida por las amas de casa de la clase media norteamericana y que no estuvo mal vista hasta que se extendió entre la población china de California, que la consumía en fumaderos de opio para soportar las largas jornadas laborales que asumían y que provocaban que muchos trabajadores estadounidenses acabasen en el paro. El opio se ilegalizó, básicamente, porque no se podía detener a la gente por ser china.

El mismo proceso ocurrió con la cocaína a finales del siglo XIX. Esta droga, que incluso se comercializaba porque la consumía la población blanca de clase media, comenzó a perseguirse cuando la población negra rural comenzó a tomarla para aguantar las extenuantes jornadas de trabajo. En los años 30, fue el cannabis el que sufrió el mismo proceso de aceptación primero e ilegalización después, cuando los obreros mexicanos empezaron a consumirla y la llamaron marihuana.

El paradigma de esta estigmatización de ciertas drogas se dio con el crack en los años 80 y 90. El crack se diferencia de la cocaína en su forma de consumo y en que se le añade bicarbonato y agua. A pesar de que son la misma droga el hecho de que el crack fuera la droga habitual de las minorías negras y la cocaína la de los empresarios y trabajadores de Wall Street llevó a penalizar de manera dramática la tenencia del crack sobre la cocaína. Las penas impuestas por tenencia de crack tenían una proporción 100 veces mayor que las penas por tenencia de cocaína. Así pues, para un ciudadano que fuese detenido con 5 gramos de crack, la pena sería de 5 años de cárcel, la misma condena que tendría un ciudadano que fuese detenido con 500 gramos de cocaína. Recientemente, Obama modificó esa ley, dejando la proporción en 18 a 1.

La penalización de las drogas más consumidas por las minorías tiene en común el componente de clase. La del crack por encima de la cocaína viene, además, ocasionada por un problema laboral. La aparición del crack en las zonas con población negra fue propiciada por la masiva inmigración que vino del campo a las ciudades en la segunda mitad del siglo XX en EEUU. Esa población se estableció en guetos alrededor de las fábricas y, cuando éstas fueron deslocalizadas, una ingente cantidad de ciudadanos negros dejaron de tener la posibilidad de ganarse la vida, y acabaron recurriendo a la economía sumergida y el tráfico de drogas para poder subsistir. Ese mismo proceso se está dando en la actualidad con los obreros blancos y la metanfetamina.

Este fenómeno no es exclusivo de EEUU. Los que nos hemos criado en poblaciones de la periferia de las grandes urbes, antiguas ciudades dormitorios que se nutrieron de la inmigración rural, hemos visto cómo en época de crisis el fantasma de la droga vuelve a asomarse a nuestros barrios. Los anuncios para curar los problemas con las drogas aparecen en los parabrisas de nuestros coches, conocedores del nicho de negocio que es un barrio obrero con un elevado porcentaje de trabajadores en paro.

Con la crisis y el paro disparado, el consumo y el tráfico de drogas se incrementa. Son los ciudadanos con menos recursos, los parados con familia a su cargo, los que se ven abocados a transgredir la ley, a veces como única solución a la situación económica que están viviendo.

Las cárceles están llenas de pobres, de trabajadores que han visto degradada su situación económica y que han tenido la mala suerte de desarrollar su vida en alguna población o barrio con nulas perspectivas de futuro. Los presos muchas veces no son más que obreros sin futuro. Los llamamos delincuentes, creyendo que en la cárcel sólo hay bárcenas o bretones, y olvidamos que en 2013, gracias a Gallardón, ahora es un delincuente el que roba para dar de comer a sus hijos.

David Simon explicaba en un simple párrafo que los delincuentes y los obreros no somos tan distintos. Que la cárcel, la mayoría de las veces, es sólo una cuestión de clase. Una cuestión de oportunidad y suerte.

“En los albores del siglo XXI menospreciamos nuestra industria manufacturera, los sindicatos y un salario sindical legítimo, un trabajo y un sueldo con el que poder cuidar a tu familia y marginamos a muchos obreros blancos…y cuando a los blancos se les margina, cuando se les niega un trabajo digno, se dedican a la venta de metanfetaminas porque es la única actividad que les acepta… el sistema capitalista es daltónico, cuando el sistema económico no necesita a alguien no lo necesita, le importa poco el color que tengas, los blancos lo averiguaron un poco más tarde que los negros, pero lo averiguaron”.

El Derecho penal siempre se ha cebado con las minorías y los pobres. La cárcel es una cuestión de pobreza. Siempre lo ha sido. Como dijo “Bunny” Colvin en The Wire: La esquina es, era, y será la sala de estar del pobre

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Comentarios
  1. «los delincuentes no deben comer langostinos, que para eso están en la cárcel.»

    Te sigo y sé que eras un hombre inteligente, así que no diré que eso lo ha escrito un subnormal, pero lo parece. se ve que no habías dormido bien esa noche…
    Los presos deben poder comer lo que quieran, pero no tengo que pagarlo yo, que para eso llevo toda la vida sin dañar a nadie para beneficiarme (la delincuencia es una forma de fascismo, querido Antonio: la dictadura del criminal sobre la víctima, considerar al otro un objeto explotable de cuyos bienes fruto de su trabajo, o de cuyo cuerpo apropiarme -la violación y el robo se parecen bastante en el fondo-) y trabajando honradamente. No debo ser sancionado con el pago de nada a nadie que decidió vivir del prójimo. ¿Tan complejo de entender es el razonamiento?

    Por supuesto podríamos argumentar que el trabajo asalariado es una forma de robo, como otras formas de explotación, es verdad, pero estamos hablando de que los contribuyentes tangamos que invitar a langostinos a los presos.
    Los presos tienen que aprender a producir su propia riqueza con la que pagar todos los langostinos que que quieran o puedan, deberían estar obligados a trabajar, en primer lugar para indemnizar a sus víctimas, que mucho nos quejamos de que los políticos y empresarios no devuelven un duro de lo robado pero parece que el que le roba el bolso a una vieja cuando sale del cajero después de sacar media pensión, ese no tiene que devolver nada («pobrecillo, roba para comer…» Por eso lleva un Samsung Galaxy y unas Nike, porque alimentan mucho…); en segundo lugar tendrían que trabajar para su manutención; y en tercero, y quizá el más importante, para que los presos por motivos económicos, que suelen ser la mayoría, adquieran una experiencia laboral por un lado y la rutina de levantarse todos los días para hacer algo productivo. Este tercer motivo para obligar a trabajar a los presos me parece imprescindible para que cuando cumplan su condena la probabilidad de reinserción sea lo más alta posible. Mientras los camellos, chorizos, etc, no interioricen el hábito del trabajo, y mientras sigan sin hacer la O con un canuto, es muy difícil que se reinserten en la sociedad.

    Así que si quieren langostinos, jabugo, ostras, champagne francés y Vega Sicilia, ¿por qué no?, siempre que lo paguen religiosamente con el dinero que honradamente hayan ganando trabajando.

    Hala, ya me pueden llamar fascista y neonazi todos los retrasados que están hundiendo la izquierda rebajando el nivel de nuestro discurso al nivel del más idiota, al múltiplo común más mínimo. Esa es la izquierda que estamos desarrollando dando igualdad a los «argumentos» más banales y pueriles. Pero oye, es que quedan tan bien en un twiter…

  2. Mi hermano a hecho la locura de traer droga desde otro país, quería pagar las deudas que le género el cierre de su empresa. Nosotros somos humildes y esto a sido un golpe durisimo. Obviamente se ha equivocado en la solución Porq le ha llevado a estar en prisión. Pero es mi hermano y me alegra saber que tres días al año comera así de bien. Somos una familia trabajadora y siempr. Con lo justo. Así que vean que en prisión hay jóvenes que cometen errores.

  3. Hace poco, una persona muy cercana a mí que trabaja en una empresa de comidas preparadas me contó que el menú de la cena de Navidad de un hotel turístico de categoría y el de la cárcel de esa comunidad eran el mismo. Era la misma partida.

    Me encantó imaginarme a los del hotel, encarcelados por cualquier condena, encontrarse en la cárcel el menú que comieron en un viaje de vacaciones y viceversa, al preso que se libera y se va de vacaciones y se topa la misma comida que en la cárcel.

    Me dio mucho que pensar.

    En el fondo de mí, me dio rabia que alguien que ha robado, violado, matado, malversado o lo que sea, comiese por Navidad lo mismo que yo comería si, con mucho esfuerzo, pudiese pagarme ese menú especial en un hotel. No pude evitarlo y no me parece clasista, ni mucho menos. Los presos son tan personas como yo, algunos habrán tenido mejor educación que yo. Pero cada uno debe tomar decisiones en la vida y es cruel que tomar decisiones equivocadas contra el patrimonio, la salud o el bienestar de otros, tenga ese trato de lujo, por poco lujo que sea.

  4. Ahora que nos pongan algunos menús de afamados peperos famosos por su implicación en el Gurtel.Seguro que alucinaríamos viendo lo que han hecho con dineros mas o menos públicos.Y con los coches,chalés,fincas,cumpleaños y otras delicatessen,pagadas por los ciudadanos.Seguimos en el pais de nunca jamás,donde mucha parte de los ciudadanos se escandalizan con las migajas del pobre,pero aplauden y vitoren al rico ladrón.¡¡Im….presionante,como dijo el otro!!.

  5. Muy buen artículo. Bastante de acuerdo con el que escribe esto. La peña que se queja de los putos langostinos de mierda luego no les oyes cuando indultan a policias torturadores y a banqueros ladrones.

  6. Estoy alucinando con la miseria argumental de algunos comentarios, prueba de que las cárceles no están para diferenciar la escoria de la gente decente. Vergüenza debería darles pelearse por unos putos langostinos congelados cuando nos roban desde arriba millones y millones y encima se ríen de nosotros; «¡qué impresionante noticia! los navajeros de Vallecas y los drojadistos de La Cañada comen langostinos y ven el Canal +, mientras mi niña está sin bragas y va con medio culo al aire». Hay que ser ruin para equiparar cuatro comidas de cátering al año y el Canal + con la libertad, será que no la valoran ustedes mucho. Cuando miren los desatinos del PP y del PSOE, acuérdense de que esos «criminales» no están en la cárcel, cobran de SU dinero, roban SU dinero y se pagan las fiestas con SU dinero (el de ustedes). Dejen a los presos en paz y preocúpense por los que están sueltos y destruyendo el país.

  7. Simplemente diré que los que tildan de falso y exagerado este artículo, creo que no han sido capaces de entender el sentido del mismo. Y es una pena, porque me parece un enfoque muy interesante al asunto.
    Creo que los que critican, que están en su derecho, se equivocan de enfoque y se dejan llevar por la emoción, que como señala Antonio, es madre, entre otras cosas, de la indignación.

  8. No entiendo el morboso placer que siente la gente en el sufrimiento ajeno. Nos han hecho seres anónimos, insolidarios, sin capacidad de empatía. Nadie piensa que la cárcel le pueda tocar a él, o a su hermano o a su hijo.

    No me creo que nadie salga 15 kilos mas gordo de la cárcel ni que la llamen el hotel, como no sea que el hombre tiene un problema o habla de guasa o por despecho.

    Eso si, el que habla así de los presidiarios, que suelen ser ladrones de poca monta que nada le han hecho, suele tolerar y votar a los ladrones que hacen que su vida concreta cada vez sea mas miserable.

    Este mundo huele a podrido.

  9. Mi amigo Moraad, que ya ha estado varias veces en el truyo por menudeos varios, se refería a la carcel como EL HOTEL.

    nada comparado con la realidad, pero la verdad es que siempre que tenia permiso le veíamos con 10 o 15 kg de más.

    EL HOTEL SEÑORES
    EL HOTEL.

    yo todavía no sé de que lado posicionarme, creo que unos langostinos no hacen daño a nadie, y que pueden ser una forma de demostrar a esta gente que la sociedad todavía confía en ellos…
    pero cuando ves que se lo toman así da que pensar.

    gran artículo Antonio MAESTRE!!!

  10. A ver si he leído bien…3,61 x 1.600 presos (en una cárcel tipo, mayoritarias en nuestro país) = 5.776 euros al día, que a la semana son 40.432, que al mes suponen 161.728 y nos da un resultado anual de 1.940.736 euros. A todo esto hay que sumar gastos de luz, agua, ropa, personal de instituciones penitenciarias, etc. ¿Cuánto cuesta mantener a un preso?
    Pero no hagámos nada, como dice usted. Por lo visto está mal pretender que quien cobra un dinero pague por su estancia en la cárcel y no salga rentable delinquir.
    Eliminar una comida de cuatro que hacían en Cataluña también es deleznable, según se desprende de su artículo…pero vaya, no le de por mirar estadísticas de otros países como EE.UU. donde han eliminado varias comidas a cambido de dar dos postres en cada comida para poder llegar así al número de calorías mínimas exigibles. Tampoco vea usted el programa «Encarcelados» de la sexta, pues seguramente estarán mucho mejor aquellos presos que estos.
    Por último le pediría un poco más de rigor, la Junta de Andalucía no tiene competencias en materia penitenciaria, únicamente Cataluña, por lo tanto es legalmente imposible que la Junta rebaje la pensión de nadie por la comida que se le facilita en la cárcel…

      • «como usted acaba de hacer»

        De nada. 😉

        Pd: Pero me gusta su forma de «desacreditar» todo lo expuesto por no conocer una sentencia judicial…
        Pd2: También me gusta su defensa en pro de la Demagogia, ámbito reservado a los políticos, no así como su discurso demagogo…(desacredita usted muy bien a quienes no utilizamos las palabras y los términos como forma de ganarse la vida…)

  11. Adios la marea. ¡Esto ya es el colmo!¿Tenemos que soportar semejante insulto de artículo lleno de demagogía barata?
    Todos los que crecimos en barrios dificiles y formamos parte de la clase trabajadora somos insultados de esta manera al pretender convertir a los vagos y maleantes que siempre hemos conocido y que preferían el camino fácil al dificil en victimas.
    Esta gentuza no forma parte de la clase trabajadora. Y lo de la demagoía de los seis millones de parados. Cuando en España había trabajo de sobra hace unos años, ¿iban la mayor parte de ellos al andamio o a la agricultura?
    La inmensisima mayor parte e los casos no han trabajado nunca ni han querido hacerlo cuando han podido. No son clase trabajadora como si lo son los trabajadores asalariados y los trabajadores en paro. NO SON CLASE OBRERA. Son lumpen parasitos que chupan nuestra sangre como la burguesia.

    • Lo mínimo es que antes de usar las palabras nos molestemos en mirar su significado Xavier.

      demagogia.
      (Del gr. ?????????).
      1. f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.
      2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.

      La política no es mi profesión. Sobre el resto no tengo nada que decirte, eres un perfecto ejemplo de lo que expongo en el artículo.

    • Estoy contigo Xavier, y me parece lamentable que haya personas defendiendo que esta gente (donde el 99% de ellos se han buscado esta situación solitos) tengan el privilegio de comer este tipo de comida sin dar un palo al agua.

      p.d: ya lo del Canal+ y demás privilegios lo dejamos para otro día porque vaya tela…

      • Odio no, vergüenza que gente no pueda comer y los delincuentes de este pais vivan a cuerpo de rey

  12. ¿y realmente alguien se cree que con 3.61€ salen 3 comidas al dia? que me digan el secreto. Y desde luego también el de cómo conseguir entrecot y langostinos con 7.22 mas las otras dos comidas…

  13. Bueno… como se enteren los parados de larga duración de lo bien que se vive en la cárcel, se van a apuntar todos en *diferido* a la banda del Pepé para delinquir *en confianza* y terminar en el talego.

    Empiezo a sospechar que los de la banda pepera están preparando cárceles paradisiacas para cuando sean inquilinos de sus suites, porque ya empiezan a haber en ellas presos como Ferrán, Bárcenas y otros a los que les espera la furgoneta para viajar a un lugar de La Mancha.

    Qué diferencia de cuando metieron a mi padre en la cárcel en 1945 por republicano siendo capitán en Tetuán y dormían veintiún presos políticos en el suelo sobre una manta en una habitación de tres metros por tres.

    Comían dos veces al día un rancho de acelgas y un bollo de pan.

    Rajoy supongo que pedirá caviar Beluga del de 1250 euros kilo.

  14. Menu, piscinas, canal +, etc… y cotizando encima no se nos olvide, de mayor quiero ser asesino en serie ……..

  15. Cuando pienso en la población reclusa siempre me viene a la mente un porcentaje: el 92% de los presos son hombres. Lo cual quiere decir que, con las mismas circunstancias socioeconómicas, los hombres delinquen y las mujeres no. Ese, aunque es otro tema, igual también debería analizarse.
    Felicidades por el artículo, Antonio.

    • Porque sigue existiendo la mentalidad de que el hombre trae el pan (robándolo o pagándolo) a casa y la mujer cuida de la prole. Por que no veo a una mujer que no sea Gina Carano (gordas o flacas, no tienen corpulencia), cometiendo delitos, estadisticamente las mujeres son más miedosas. Esto no es demagogia ni machismo, son hechos y estadísticas.

  16. Cuanto linchamiento, cuanto justiciero . A mi me gustaria q los langostinos, las piscinas , los médicos, la enferemria,los libros etc le sirvieran también a ellos. La población q entra y sale, los ADVP (adictos a drogas por via parenteral) sale de allí con un master en delinquir y con 5 0 6 artículos del código penal o civil memorizados para decirle a la poli si los detienen. Lo sé porque el el servicio hospitalario donde trabajo, en los 90 venían muchos presos con dos polis. Qué coman lo que puedan y que le aproveche, y a los que van a cáritas o asi lo mismo
    saludos

  17. Ayudar a un sin papeles ¿en qué categoría entraría?. Porque Gallardón quiere encarcelar a los que ayuden a los inmigrantes sin papeles.

    • ¿Te parece mal que los presos tengan atención médica y medicamentos? Si te parece, que se hagan un seguro en Sanitas y para los medicamentos les dejamos salir a la calle y que vayan a la farmacia más cercana a por lo que necesiten. Si luego vuelven o no…

  18. Los asesinos en serie son así porque fueron abusados de niños. Los delincuentes lo son porque crecieron en barrios pobres.

    Mire señor Maestre, algunos hemos tenido infancias durisimas y en la vida no hemos robado ni un lápiz. Igual que yo ellos son libres de elegir entre el bien y el y mal…..y ellos eligen hacer daño a otras personas. Lo eligen libremente..

    • Yo también, pero no por eso creo que todos los que no son como yo y acaban presos los son por maldad. No confunda el bien y el mal con lo legal e ilegal.

      • No confunda Vd un preso que ,en resumen, ha atentado contra la sociedad en la que está de forma voluntaria, con un enfermo («Lo malo de esta sentencia es que también abre la vía para que pueda hacerse con enfermos en hospitales»). Es muy CÍNICO.

        Yo también soy pobre y trabajador como la inmensa mayoría de los españoles,actualmente en paro como casi 6 millones de compatriotas, y hace que mucho, muchísimo que no como «Jamón serrano, queso y lomo en entrantes; ensalada de pasta, de primero; y entrecot con patatas y langostinos, de segundo. De postre, un bombón helado». Años. Pero no robo, no trafico, no atento contra Vd ni contra nadie.

        Y si, creo que los langostinos no están hechos para la boca del preso, y que mientras recorten pensiones a jubilados, libros a las escuelas, medicinas y camas a los enfermos, está muy bien que antes recorten meriendas y subsidios a los presos.

    • La cárcel existe para quienes cometen ilegalidades, nunca inmoralidades. Si algunos os leyeseis el Código Penal entenderíais el artículo de Antonio.

  19. Perdone que discrepe, pero no me creo que usted, el firmante de este artículo, haya crecido en un barrio» periférico». Si así hubiera sido, no escribiría el texto más demagogico que he leído en años. No ha estado en una prisión en su vida, no ha tratado con delincuentes comunes, habiendose restringido su conocimiento de un barrio marginal al serial callejeros.

  20. Cuanto paga un diputado por el menu en el Congreso y con cuanto se subvenciona dicho menu?… Por no hablar de lo que ganan, oficial y extraoficialmente por supuesto.

    Quienes estan en la carcel no siempre tienen que ser los peores de la sociedad.

  21. Artículo muy demagógico, muy señor mío también hay pobres que se matan a trabajar por cuatro reales para sacar adelante a sus familias, y si no encuentran trabajo (que creame en el campo hay y limpiando casas también o ¿acaso no vienen inmigrantes a hacerlo?) se van fuera a buscarlo (como en su día hizo mi padre) si es un camino mucho más dificil que robar o delinquir desde luego.

    • Claro que hay trabajo hombre, los 6 millones de parados no trabajan porque no quieren. Se ha cubierto de gloria con el comentario.

      • Le puedo asegurar que en algún ayuntamiento, y conozco dos casos, se contrata a delincuentes no reformados para que dejen de montar espectáculos en los consistorios. Y eso es una vergüenza. Es vergonzoso premiar al delincuente con langostinos que pagan los ciudadanos con sus impuestos y que sí cumplen con las normas. El mensaje es desalentador para cualquiera que este pasando una situación difícil.

          • Pienso no, pero langostinos y entrecot tampoco. También tendrán que ir vestidos, y si no tienen ropa habrá que darles algo, pero que tampoco sea un traje Armani. También tendrán que beber, pero no creo que haya que darles Champagne francés… es el colmo!

      • Pues en realidad es verdad que buena parte de esos parados no trabajan porque no quieren. Es que yo no quiero trabajar por 800 € al mes! Para eso me busco la vida haciendo chapucills en B. La negativa a aceptar trabajo esclavo es una forma de lucha, bueno, de lucha no, pero sí de resistencia. No nos da la gana trabajar por una miseria.
        Que haya gente de otros países que estén dispuestas a hacerlo porque esa misera en su país es un buen salario. Ese es otro tema, más profundo de lo que parece ya que sin guerer esta gente está ejerciendo de esquirol tirando por tierra mejoras conseguidas tras siglos de luchas obreras.
        Lo cierto es que efectivamente muchos, durante algunso periodos de nuestra vida, nos hemos negado a trabajar «legalmente», es decir, con un contrato, para ganar más o menos lo mismo que ganábamos sin contrato. Repito, NO ME DA LA GANA de que el Estado y los empresarios digan que gracias a ellos yo tengo trabajo y ya vivo feliz.

        Lo que propone el lector «Demagogia barata» es volver al franquismo: toda la población con trabajo, o casi toda, es cierto, pero trabajo miserable, esclavo y explotador a más no poder. volver a vivir 3 familias realquilados en un piso de 80 m porque el salario no da para más. Pues no, efectivamente para vivir así es preferible buscarse la vida, tirar de paro, o parasitar «paguitas» públicas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.