Internacional

“El conflicto en Siria sólo se resolverá con un acuerdo político”

Ciudadanos sirios exiliados en Beirut (Libia) dudan de la efectividad de un ataque de los EEUU y sus aliados y apuestan por el diálogo

NICOLÁS LUPO – Beirut // El inminente ataque que parece que los EEUU y sus aliados llevarán a cabo contra el régimen sirio ha disparado todas las alarmas entre la población civil en Damasco. Los ciudadanos comienzan el aprovisionamiento de agua y comida, unas necesidades básicas que ya escasean en las tiendas y cuyo precio empieza a ser prohibitivo para mucha gente. Los últimos preparativos del ataque tienen lugar mientras los inspectores de la ONU continúan su visita a los diferentes suburbios de la capital, donde la población sufrió los efectos de agentes tóxicos.

Hundido en el sofá de su casa, Talal no puede parar de mirar videos de lo que ocurre en Siria: de combates y bombardeos, de ejecuciones por parte de unos y otros, de soldados del ejército y combatientes de la oposición hablando amistosamente en las líneas del frente, de tanques avanzando por las calles de las ciudades sirias. Conectado todo el día a su tableta electrónica, intenta también comunicarse desde Beirut con sus padres, que no quieren abandonar Damasco. Muy implicado como activista durante los primeros meses de la revuelta en Siria, durante los cuales escribía para distintos periódicos de la región, escapó a principios de 2013 en dirección al Líbano.

“Todo el mundo está muy nervioso ante la posibilidad de un bombardeo”, explica después de colgar el teléfono con el que acaba de hablar con su familia durante unos cortos minutos. “Mi madre me cuenta que es muy difícil comprar comida y botellas de agua porque la gente se está aprovisionando en grandes cantidades”. Las necesidades más básicas comienzan a escasear y los precios no paran de aumentar en la capital ante la inminencia del ataque. Los habitantes de la capital temen que Damasco sea el principal objetivo de los misiles y aviones de combate. “Odio al régimen de Bashar al Assad” dice Talal, que a los 28 años busca la forma de llegar a Europa para continuar trabajando en el sector audiovisual, “pero no quiero que se bombardee a mi país”.

Los sirios exiliados en Beirut no tienen claro qué pensar del inminente ataque contra el régimen por parte de una coalición liderada por EEUU. “No sé, creo que no puedo ser muy objetivo”, explica Mohamed con un vaso de arak en la mano, la bebida alcohólica típica de la región, “pero parece que la intención es dar una advertencia al régimen y no dañar su capacidad militar”. El Gobierno norteamericano ha dejado claro que la respuesta al supuesto uso de armas químicas por parte del régimen no busca expulsar a Assad del poder.

La posibilidad de un ataque “quirúrgico”, como han llamado los medios al bombardeo selectivo que sirva como advertencia, no afectaría a la capacidad militar del régimen ni cambiaría el rumbo de un conflicto estancado desde hace tiempo. En los últimos meses, el régimen ha conseguido ganar algo de terreno en puntos estratégicos pero los rebeldes han conseguido infiltrarse en los suburbios de Damasco hasta controlarlos.

“Un hipotético ataque quirúrgico tendrá un impacto mínimo en el conjunto del ejército sirio y en su mando”, explica Aram Nerguizian, experto en las dinámicas militares y estratégicas en Oriente Próximo, “pero podría tener un efecto disuasorio y cambiar la forma en la que el régimen se plantea el uso de armas estratégicas”. Nerguizian cree que se deben tener en cuenta posibles consecuencias no previstas. Un ataque militar “siempre conlleva el riesgo de que tenga el efecto contrario al deseado o que la situación se vuelva más problemática y se vean forzados a más ataques” que los previstos inicialmente.

“Tendremos que ver qué tipo de ataque prevén los mandos militares”, explica el profesor de ciencias políticas Bassel Salloukh, “pero creo que Siria necesita un acuerdo político negociado” para poner fin a los combates. Y este acuerdo debe pasar por un diálogo entre las potencias regionales enfrentadas en el conflicto, principalmente Irán y Arabia Saudí. “El acuerdo debe incluir a los principales actores de la región porque la guerra en Siria ya no es un conflicto entre dos partes enfrentadas sobre el terreno”, continúa Salloukh, “porque la lucha en Siria es una lucha regional que comenzó con la invasión y ocupación de Irak por parte de los Estados Unidos”.

Algunos analistas dicen que el ataque previsto por EEUU y algunos de sus aliados sirve no sólo como advertencia al régimen, sino también para equilibrar la balanza en una futura negociación. Después de dos años y medio de guerra, 100.000 muertos y más de un millón de refugiados, prever lo que pasará a medio plazo es atrevido. Muchas veces se ha dicho que el régimen estaba a punto de caer y ahora está más fuerte que hace un año. Los medios han repetido una vez tras otra que la oposición política estaba lista para tomar el relevo cuando éstos son incapaces de ponerse de acuerdo, no se sabe dónde va a parar el dinero que reciben y su influencia sobre los grupos armados es mínima.

“¿Ilusión? ¿Qué ilusión?”, dice Talal poco antes de irse a dormir mientras visualiza más vídeos en YouTube. “La ilusión la perdí hace mucho tiempo”.

[Artículo publicado en La Directa]

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