Internacional
Egipto abre la puerta a la excarcelación de Mubarak
El expresidente podría abandonar la prisión de Tora este jueves // Un tribunal ha aceptado la petición de su abogado, que alega que se ha agotado el período de prisión preventiva
MADRID // Mohamed Hosni Mubarak, el hombre que hasta la revolución de 2011 fue durante tres décadas la cabeza visible del régimen autoritario que gobierna Egipto desde 1952, podría quedar en libertad este mismo jueves. Un tribunal de El Cairo que lo juzga por un caso de corrupción ha abierto la puerta a su salida de la prisión cairota de Tora tras aceptar una petición de su abogado que alega que se ha superado el tiempo de prisión preventiva previsto por la ley egipcia.
Mubarak, de 85 años, ingresó en prisión en abril de 2011, dos meses después de ser forzado a abandonar la presidencia por el alzamiento popular que tuvo como escenario icónico la plaza Tahrir (Liberación) de la capital egipcia. Desde entonces ha sido juzgado por diversos cargos de corrupción y abuso de poder, así como por complicidad en las matanzas de manifestantes durante la revolución, un cargo por el que fue condenado a cadena perpetua. Sin embargo, la justicia egipcia anuló en enero esta condena y ordenó celebrar un segundo juicio, cuya primera vista esta prevista para este domingo, 25 de agosto.
Fared Al Dib, el abogado del expresidente, anunció hoy que Mubarak abandonaría la prisión de Tora «tal vez en 48 horas». La Fiscalía podía haberlo evitando presentando un recurso pero ya ha anunciado que no lo hará. Mubarak tiene aún cuatro causas pendientes, entre ellas la del segundo juicio por la muerte de los manifestantes de Tahrir.
Si finalmente se produce la excarcelación del hombre que ordenó-o al menos consintió- la represión de las protestas de la plaza Tahrir, la violencia que sacude Egipto desde el golpe de Estado militar que el 3 de julio desalojó del poder a Mohamed Mursi podría recrudecerse.
Para quienes perdieron a un ser querido en la represión de la revolución de 2011- y también para los 13 millones de egipcios, poco más del 50% del electorado que votaron al Partido Libertad y Justicia, la marca política de la organización islamista Hermanos Musulmanes- , el hecho de que el dictador quede en libertad, mientras Morsi, el presidente elegido democráticamente, lleva siete semanas encarcelado, será percibido con mucha probabilidad como una afrenta y una restauración en toda regla del régimen que encarnaba el anciano Mubarak.
Sobre todo porque la nueva oleada de represión desencadenada por el régimen militar para desalojar las acampadas de protesta en favor de Morsi ha provocado en los últimos días un baño de sangre en el que han perdido la vida al menos 900 personas, de las que un centenar eran policías. Alrededor de 3.000 simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, entre ellos su máximo líder, Mohamad Badie, han sido detenidos.
El miedo a la restauración del antiguo régimen egipcio no parece estar infundado a la luz de que en el borrador para modificar la Constitución recibido este martes por el presidente interino egipcio Adly Mansour, nombrado por los militares, se prohíben los partidos de ideología religiosa, lo que apunta directamente al brazo político de los Hermanos Musulmanes.
También se modifica el sistema electoral egipcio para volver al pasado: a las candidaturas individuales que estuvieron vigentes durante casi toda la presidencia de Mubarak. En el borrador se incluye a su vez una disposición que reinstaura la impunidad política y propicia el regreso de los antiguos prebostes del régimen, pues se levanta la prohibición que impedía a los principales funcionarios del expresidente y de su formación política, el Partido Nacional Democrático, presentarse a las elecciones.
La incomodidad de los militares
Tras más de dos años en prisión preventiva, Mubarak no ha sido condenado en firme por ninguno de los cargos que se incoaron contra él y, mientras tanto, ha ido agotando sucesivamente los periodos de detención preventiva. En el caso por el que está siendo juzgado estos días, se le acusa de corrupción por haber recibido supuestamente regalos millonarios cuando era presidente.
Según medios como la agencia Reuters, que cita «fuentes diplomáticas», las poderosas monarquías del Golfo Pérsico, fundamentalmente Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, han ejercido presiones para que se liberara al anciano dictador, a quien consideraron en su tiempo un fiel aliado. Desde el derrocamiento de Morsi, estos tres países han prometido a Egipto una ayuda de 12.000 millones de dólares.
Los militares egipcios no veían tampoco con buenos ojos lo que consideraban una humillación a quien fue un destacado miembro de la institución castrense (llegó a ser comandante en jefe del Ejército del Aire), sobre todo después de que se difundieran imágenes del expresidente en las que éste aparecía enfermo y exhausto en una especie de jaula en la que compareció en el tribunal de El Cairo que lo juzgó en el caso de la muerte de los manifestantes.
El expresidente egipcio fue también un importante aliado de los Estados Unidos, que sólo le retiraron su apoyo en 2011 cuando vieron que la revolución popular era imparable. Entre otras cosas, Mubarak afianzó el Tratado de Paz con Israel firmado por su antecesor, Anuar El Sadat, en 1978.
Washington es el principal aliado del Ejército egipcio, a quien proporciona cada año alrededor de 1.230 millones de dólares anuales en asistencia militar, aunque una parte de estos fondos están vinculados a la compra de armamento americano. En los últimos años, EEUU ha concedido anualmente al régimen egipcio ayuda económica por valor de 241 millones de dólares.
Mientras Mubarak se prepara para una posible liberación- de ser excarcelado probablemente se trasladará a su residencia en la turística ciudad costera de Sharm El Sheij, en el Mar Rojo- prosiguen las detenciones de miembros y simpatizantes de los Hermanos Musulmanes. Su líder Mohamed Badie, será juzgado también el domingo 25 de agosto, al mismo tiempo que Mubarak comparece en otro tribunal para responder por la muerte de los manifestantes de la revolución de 2011.