Internacional
La violencia rebrota en el Norte de Irlanda
La decisión del pleno del ayuntamiento de Belfast de retirar la Union Jack desata una ola de protestas y disturbios en varias ciudades del Norte
BELFAST // El pasado lunes cuatro de noviembre se votaba en el ayuntamiento de Belfast una propuesta de los grupos nacionalistas enclavada dentro del proceso de paz para la retirada de la Union Jack (la bandera del Reino Unido) del edificio consistorial. Los partidos unionistas se oponían frontalmente y Alliance -un partido de centro que defiende la pertenencia a Reino Unido y que cuenta con oficinas en el Este de la ciudad- puso sobre la mesa una propuesta de mínimos que contentara a todos, en la que la bandera ondearía únicamente diecisiete días al año, correspondientes a fechas señaladas en el calendario británico. La iniciativa salió adelante con veintinueve votos a favor y veintiuno en contra.
Tras la decisión, un millar de personas que protestaban ante el ayuntamiento intentaron asaltar el edifico, reventando la puerta trasera y desatando una batalla campal que se saldó con tres detenidos y dieciocho heridos. Esa misma noche se registraron ataques en el barrio católico de Short Strand, enclave especialmente sensible al encontrarse aislado en zona protestante. Las protestas e incidentes no quedaron ahí y se extendieron por el Norte de Irlanda durante toda la semana.
Así, el martes, una multitud se concentró ante la sede de Alliance en el Este de Belfast, colgando una bandera y globos con los colores de la Union Jack. Ese mismo día se conocieron amenazas a una concejal de ese partido y a Gerry Kelly del Sinn Fein, en este caso de muerte. El miércoles se incendió la sede de Alliance en Carrickfergus y se atacó con pintura la casa de dos concejales en Bangor, ciudad situada al sur de Belfast.
El jueves se registraron protestas unionistas en las ciudades de Coleraine y Derry, donde se cortó una de las principales arterias de la ciudad. También se sucedieron los cortes de carreteras en el Sur de Belfast y, en Ballymena, algunos manifestantes se enfrentaron a la policía, con varios vehículos dañados y dos detenidos.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, de visita en Belfast el viernes, apeló a la pacificación del conflicto y condenó la violencia en torno a la problemática de la bandera. De poco sirvió, pues fue uno de los días en los que se registraron los incidentes más graves en la ciudad. Tras una concentración, los manifestantes unionistas cortaron una de las principales arterias de Belfast, atacaron a la policía con botellas y adoquines e incendiaron un coche y varios contenedores. Finalmente y con la presencia de un cañón de agua de la policía, los manifestantes se disolvieron. También se registraron enfrentamientos en otros puntos de la ciudad. En total, ocho agentes fueron heridos y trece personas detenidas.
El sábado todas estas protestas culminaron en una manifestación ante el ayuntamiento de Belfast, a la que los partidos unionistas, en un intento por rebajar la tensión, habían pedido que no acudiera la gente. Varias marchas unionistas desde diferentes puntos de Belfast concluyeron en la manifestación, donde se quemó una bandera tricolor irlandesa. Finalmente, los manifestantes marcharon hacia el Este de la ciudad, zona lealista, donde se registraron nuevos incidentes con la policía y se quemó un vehículo.