Internacional
“Una victoria de la izquierda abriría las puertas al cambio en México”
Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del Partido de la Revolución Democrática, advierte de que un triunfo del PRI en las elecciones presidenciales, perpetuaría un modelo económico y social "excluyente".
Cuauhtémoc Cárdenas (México, 1934), fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), sueña con un México diferente, un país libre “de las ataduras que lo someten a Estados Unidos”, y en el que las estadísticas que elevan la pobreza al 52% de la población lleguen a ser un mal recuerdo del pasado. El político a quien muchos consideran el líder moral de la izquierda mexicana cree que su país padece las consecuencias de un modelo económico y social “excluyente” que ha permanecido inmutable durante los doce años de gobiernos del Partido de Acción Nacional (PAN). En su opinión, la única forma de poner punto y final a este “modelo neoliberal” sería una victoria de la izquierda en las elecciones del domingo 1 de julio.
Usted ha dicho: “Hay que cambiar radicalmente la forma de hacer política y subordinarla a un proyecto de país”. ¿Cuál es su proyecto para México?
Un país cabalmente soberano que recupere su soberanía como nación; un país democrático que pueda ir profundizando en los cambios y cuyas políticas de Estado resuelvan los problemas de la gente. El modelo económico que se ha desarrollado en México estos últimos 30 años no ha llevado a una integración con Estados Unidos, sino a una subordinación a la economía de ese país, pese al hecho de que el 90% de nuestros intercambios económicos, tanto en un sentido como en el otro, sean con EEUU. Los mercados mexicanos se han abierto estos años a los productos estadounidenses con el resultado del desmantelamiento de muchas ramas de producción propia del país. México se ha convertido además en el principal abastecedor de mano de obra barata y desprotegida para EEUU. Antes del TLC (Tratado de Libre Comercio), que entró en vigor el uno de enero de 1994, los mexicanos que entraban en EEUU de forma irregular eran unos 30.000 al año. Después de 1994, esta cifra alcanzó el medio millón anual. Doce millones de mexicanos viven en situación irregular en territorio estadounidense. Son mano de obra barata que, a su vez, abarata la mano de obra autóctona. Este tipo de modelo sitúa a los países exportadores de mano de obra bajo la depredación económica de países hegemónicos como Estados Unidos.
Usted cita a menudo los ideales revolucionarios, que para algunos están caducos.
Mientras haya injusticia, pobreza y corrupción, la revolución seguirá viva. Aunque las formas de lucha no sean las de hace un siglo, su ideología, sus principios, siguen siendo válidos.
Durante la campaña para las elecciones del 1 de julio, la terrible violencia que sacude México se ha recrudecido. ¿Por qué ha fracasado la guerra contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón?
Utilizar a los militares para el enfrentamiento directo con el crimen organizado ha sido un error, pues ha abierto la posibilidad de que las Fuerzas Armadas se contaminaran de este tipo de criminalidad. Ni este gobierno ni el anterior entendieron que el crimen organizado y el narcotráfico en particular no son fenómenos aislados que surgen porque sí ni se expanden sin motivo. Estos fenómenos no se pueden separar, por ejemplo, de un desempleo que, en términos reales, afecta al 50% de la población, y no al 6% como sostiene el gobierno. El crimen organizado tiene mucho que ver con la falta de oportunidades y el crecimiento de la pobreza, una condición a la que en los últimos años se han sumado 12 millones más de mexicanos. El propio gobierno ha reconocido que el 52% de población vive bajo la pobreza y entre el 23% y el 25% en situación de pobreza absoluta o alimentaria.
¿Cuándo habla de “contaminación” se refiere a la corrupción en el seno del Ejército?
No sé hasta qué punto la corrupción ha infectado a las Fuerzas Armadas, pero hoy mismo [el día que se realizó la entrevista] nos hemos levantado con la noticia de la detención de dos altos cargos militares, uno de ellos un ex subsecretario de Defensa, con cargos por este tipo de delito. Ha faltado voluntad y determinación para erradicar esta plaga en las esferas más altas de poder. Para acabar con la corrupción hay que hacer como quien barre una escalera, de arriba a abajo.
¿Este problema no se solucionaría sacando a los militares de las calles?
Sustituir a las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico, en las actuales circunstancias, no puede hacerse ya de un día para otro; tiene que ser algo progresivo y además sería necesario crear un cuerpo especial que asumiera esa función.
El crimen organizado se aprovecha de la frontera que México comparte con Estados Unidos, y de la venta casi libre de armas en ese país. ¿Cuál es la responsabilidad de su vecino del norte en la violencia en México?
Para contestar a esta pregunta sólo hay que ver cómo todo lo que pasa por México, armas y droga, tiene como origen o destino, respectivamente, Estados Unidos. Por ello es necesario que exista una mayor coordinación internacional para luchar contra el narcotráfico. Si no mejora esta cooperación en inteligencia e investigación, no se podrá combatir de forma efectiva a los cárteles de la droga.
Al candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, se le reprocha su discurso ambiguo sobre ciertas políticas de Calderón, por ejemplo, la militarización de la guerra contra los cárteles.
Yo no veo indefinición en las declaraciones de López Obrador. Sobre la retirada de la Fuerzas Armadas de la lucha contra los cárteles, López Obrador lo va a hacer, pero de forma progresiva. No se puede retirar de repente a una fuerza que está enfrentando a la delincuencia y dejar un vacío. Con respecto al modelo económico, también ha planteado un cambio, por ejemplo en cuanto al fortalecimiento de los mercados internos y del consumo.
Tras más de 70 años de poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la llegada al poder del Partido de Acción Nacional (PAN) y los doce años de gobiernos de la llamada alternancia han desilusionado. ¿Por qué?
La alternancia en el poder ha desilusionado porque los gobiernos del PRI y del PAN han aplicado el mismo modelo excluyente desde 1982 y favorecido que los beneficios del desarrollo se concentraran sólo en unas pocas manos. Se trata de un proyecto neoliberal que ha disfrutado del apoyo de Washington y que provocó que México dejara de crecer económicamente. También se desmantelaron muchos sectores productivos, como la producción de fertilizantes y muchas pymes. La agricultura se desatendió y el banco de fomento, que ofrecía créditos a la industria y la agricultura, desapareció. El crédito a la actividad productiva en México se redujo en un 95%. El resultado fue un aumento del desempleo y el abandono del campo. Una economía que no tiene instrumentos para desarrollarse, no crece. Estos sectores que fueron abandonados fueron luego ocupados por empresas norteamericanas.
Las encuestas pronostican la victoria en las urnas del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. ¿Cómo ve un futuro con el PRI de vuelta en el poder?
Si en el futuro se aplican las mismas políticas que hemos sufrido 30 años, veremos que crecerá el desempleo y se generarán nuevas crisis. Deseo que el movimiento progresista venza, sobre todo porque esto abriría las puertas al cambio.
Usted ha declarado que las crisis, tanto en México como a escala global, no son casuales.
Sí, creo que es inevitable pensar que alguien se está beneficiando de la situación que vivimos. También que lo que está sucediendo no es casual y que hay una intencionalidad en imponer este tipo de modelo. Para salir de la crisis, se están poniendo en práctica las mismas medidas que condujeron a ella. El resultado es que este modelo económico crea crisis cada vez más agudas y más difíciles de resolver.
¿Esa intencionalidad es también política?
Sí. Por ejemplo, las políticas de austeridad debilitan a las fuerzas populares y dan prioridad a determinados sectores, como el estamento militar. De ahí, que este tipo de medidas haga pensar en políticas de corte conservador.
¿Cómo relaciona esta situación con el desencanto de la política, que dejan traslucir movimientos sociales como el 15M [en México ha surgido un movimiento estudiantil similar en algunos aspectos bautizado como #Yo soy132]?
Existe un distanciamiento de los líderes políticos de sus bases ciudadanas. Los partidos no se distinguen; no se percibe que sus propuestas tengan algún efecto sobre los problemas que la gente sufre todos los días. Tampoco convocan a la gente para discutir, pues están encerrados en sí mismos. Lo que deberían hacer es acercarse a los movimientos sociales, pero no para tratar de liderarlos, sino para entender cuál es su lucha, discutir sobre si sus planteamientos son válidos y sobre las causas que han provocado su surgimiento. No vale con decir ‘Ah, como estos movimientos son contrarios a los partidos, váyanse al diablo’. Los partidos tienen la responsabilidad de entender por qué la gente los está rechazando.