Economía

Som Energia: la eléctrica de los ciudadanos

La cooperativa catalana de consumo y venta de energía renovable apuesta por un cambio de modelo, basado en comercializar electricidad procedente de fuentes renovables sin que ello suponga un sobrecoste para el consumidor.

BARCELONA // Cuando Djore Kasimir era pequeño y vivía en Alemania, todos sus compañeros de clase soñaban con ser ingenieros nucleares. Su padre lo era. Ya fuera por rebelión o por conciencia, el caso es que él decidió seguir el camino contrario, y en los años 70 formó parte del movimiento antinuclear austríaco. El mismo que forzó un referéndum sobre la centralde Zwentendorf, que ya estaba construida pero que gracias a la oposición de los ciudadanos nunca entró en funcionamiento.

“Toda mi vida he ido encaminándome hacia esta dirección, pero cuando hace unos años me instalé en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), vi que no podría consumir energía limpia porque no había opciones”, explica. Por eso cuando se enteró de la iniciativa de Som Energia,no se lo pensó dos veces. Som Energia es la primera cooperativa española de consumo, producción y comercialización de energía renovable.La idea inicial surgió en la primavera de 2010 en las aulas de la Universitat de Girona, cuando un profesor de economía holandés llamado Gijsbert Huijink propuso a sus alumnos buscar un modelo energético
participativo basándose en las experiencias exitosas que ya están en marcha en otros países europeos. En diciembre de ese mismo año se celebraba la asamblea constitutiva con la participación de 150 socios.

Desde entonces, la cooperativa se ha mantenido fiel a sus dos compromisos principales. Por una parte, pretende comercializar electricidad procedente de fuentes renovables –etiquetada como clase A– sin que eso suponga un sobrecoste para el consumidor. “Ya vale de atacar a la conciencia de la gente vendiéndoles la idea de que, si quieren energía verde, tienen que pagarla más cara. Nosotros no queremos entrar en ese juego”, afirma rotundo Marc Roselló, presidente de Som Energia.

El objetivo a largo plazo, sin embargo, es el de ir removiendo conciencias para trabajar juntos por un nuevo modelo energético, sin esperar a que los gobiernos se decidan a tomar la iniciativa. “Renovable, por sí sola, no deja de ser una terminología”, asegura Roselló. “Apostamos por las renovables porque queremos una sociedad más justa, más horizontal, con más participación y más controlada por nosotros mismos. No queremos dejarlo a expensas de los políticos, que a su vez están a expensas de las empresas”.

Además de las asambleas generales, existen otros espacios de participación más constantes, como son los grupos locales de socios, que ayudan de forma voluntaria con las tareas de difusión.

“El modelo energético que perseguimos tiene puesta la mirada en el entorno local. Hay empresas que han hecho inversiones en renovables a gran escala, pero nosotros apostamos por el modelo cercano a las personas.De ahí la importancia de la participación de estos pequeños grupos”, explica el autríaco Kasimir, que pertenece al grupo local del área del Garraf y el Penedès. Este organismo organiza periódicamente encuentros medioambientales y distribuye folletos informativos para captar nuevos socios.

Som Energia cree firmemente que, si los ciudadanos van poco a poco invirtiendo una pequeña cantidad de dinero, es posible poner en  marchaproyectos de generación de energía a partir de fuentes renovables (biogás, solar, eólica y otras) de manera independiente. De hecho, la cooperativa catalana ya ha empezado a hacerlo, y desde el mes de marzo cuenta con una cubierta fotovoltaica cerca de Lleida.

Modelo de autofinanciación

Tienen en proyecto incluso una planta de biogás. “Todo con el modelo de autofinanciación o de inversiones a partir de los socios, que tienen una pequeña rentabilidad por hacer esta inversión. Lo que nos gustaría es que el porcentaje de renovables vaya aumentando progresivamente. Cuantos más seamos, más rápido podremos hacerlo”, concluye Kasimir.

Socio con 100 euros

Som Energia ya tiene 2.700 socios que han entrado con una aportación inicial de capital social de 100 euros. Eso da derecho a un voto en las asambleas generales. No gasta en publicidad, no hay grandes sueldos a directivos y sí oficinas modestas y eficientes.

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Comentarios
  1. Ese es bel camino, dar alternativas desde la ciudadania fuera de las mafias electricas , dentro de lo posible.

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